

En la segunda semana de actividades organizadas por la Municipalidad de Villa María, enmarcadas en el Mes de la Mujer hoy se le suma el cine, con la apertura del ciclo de funciones para este año del espacio INCAA. Para homenajear a la mujer, se proyectará desde las 21.30 en el Centro Cultural Leonardo Favio, el filme documental “Merello por Carreras”, con la dirección de Victoria Carreras.
Se trata de un documental construido a partir de archivos fílmicos inéditos de la recordada actriz Tita Merello en la intimidad familiar y en su última actuación en público. El objetivo de la película es mostrar a la mujer y a la gran artista. Carreras, realizadora y actriz, presentará la película en la sala. Cabe destacar que el precio de la entrada será solventado por el municipio, por lo que el espectador sólo abonará el seguro, cuyo valor es de 2 pesos.

Según ha dicho la directora visitante, “Tita Merello y Enrique Carreras se hicieron amigos haciendo cine. La gran actriz y cantante argentina adoptó a mi familia como propia y se instaló cada domingo en casa. En sus últimos años Tita no se dejaba filmar ni fotografiar. Pero en 1995 cuando mi padre, su director, estaba por morir, ocurrió algo inesperado. La Merello me dijo: «Victoria, filmá». Esta es la película sobre ese momento y los que pasamos juntas en el escenario”.
Laura Ana Merello, tal su nombre legal, nació el 11 de octubre de 1904 y murió el 24 de diciembre de 2002.
Nacida en un conventillo de San Telmo, inició su carrera artística en el teatro como una cancionista de bajo nivel. Fue una de las primeras cantantes de tango surgidas en la década de 1920 que crearon la modalidad vocal femenina en el rubro. Adquirió popularidad principalmente por sus interpretaciones de “Se dice de mí” y “La milonga y yo”.
Su debut en cine fue en el primer filme sonoro argentino, ¡Tango!, junto a Libertad Lamarque. Luego de realizar una serie de películas a lo largo de la década de 1930, se consagró como actriz dramática en La fuga (1937), dirigida por Luis Saslavsky. En pareja con Luis Sandrini, abandonó parcialmente su carrera para apoyar a la del actor y a mediados de los años 1940 ambos se radicaron en México, donde Merello filmó Cinco rostros de mujer, por la cual obtuvo el premio Ariel a la mejor actriz de reparto. Al regresar, protagonizó Don Juan Tenorio (1949) y Filomena Marturano (1950), que posteriormente fue representada en teatro. El apogeo de su carrera ocurrió en los años de 1950, cuando encabezó filmes como Los isleros (1951), Guacho (1954) y Mercado de abasto (1955). Además, tuvo roles destacados en Arrabalera (1950), Para vestir santos y El amor nunca muere (ambas de 1955).
Luego de la caída del peronismo, debió exiliarse en México ante la falta de trabajo y, a partir de los años de 1960, de regreso a Argentina, la mayoría de sus trabajos fueron dirigidos por su amigo Enrique Carreras. Fue una asidua partícipe del ciclo televisivo Sábados circulares y su actuación en La Madre María (1974), dirigida por Lucas Demare, fue muy elogiada por los críticos y le proporcionó una renovada popularidad. Se retiró en 1985 aunque continuó realizando apariciones públicas y brindando consejos en radio y televisión. En 1990 fue distinguida como “Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires” por ser un “mito viviente de la iconografía porteña” y en 1991, recibió el premio Podestá a la trayectoria.
Al momento de su muerte, contaba con treinta y tres películas, veinte obras teatrales, tres ciclos radiales y varias participaciones en espectáculos de revista y televisión en su haber.
“Es mi primera película como realizadora integral y como protagonista de una historia que me tocó vivir por circunstancias familiares”, explicó en una entrevista Victoria Carreras.
Dijo que surgió por ser hija de un director de cine y haber tenido el privilegio de tener un vínculo íntimo y personal con una de las figuras fundamentales del arte en la Argentina como fue Tita Merello.