Y llegamos al año

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Y llegamos al año

Cumplimos 1 año. Es cierto, aún somos cachorros, pero caminamos moviendo la cola porque estamos felices y tenemos una vida por delante. 

Nos acompañan esos tantos que aman la vida y, en consecuencia, aman a los animales. Y entonces hemos conseguido defender este territorio, un espacio donde estamos los que esperamos que alguien se apiade del peludito que anda solo y sin comida, los que bregamos por una comunidad integrada a lo que nos otorga la naturaleza, los que vamos a la calle para defender a los indefensos que son golpeados, los que disfrutamos acariciar la cabeza del “loquito” que se nos pone al lado.

En este espacio tan particular y nuevo, que apenas llega a los 12 meses de gestación, hay lugar de privilegio para quienes salven, los rescatistas, esos héroes anónimos e incansables, los que arman cadenas de solidaridad que son irrompibles.

Edificamos con ellos puentes para cruzar tempestades, sin claudicar en el camino de los derechos, por esos que sólo tienen como único vocabulario un guau o un miau.

Nos subimos al caballo sólo para dar un paseo, abrazarlo y comprometernos a darle una mano, aunque no alcance sólo con nuestro espacio.

Estamos ahí, recién asomando la cabeza, tratando de crecer, apoyados por dos amigos que nunca se fueron (¡gracias, Mr. Dog y Pet Foods!) y sosteniendo la palabra como un bien, abrigados por la literatura, haciendo escritores a los que pueden y respetando siempre a los que fueron.

Seguimos en esa senda, desde el vecino del barrio que nos emociona con la vida de un perro hasta las frases de la novelista inglesa Agatha Christie, que una vez escribió: “Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único”. Hacia allá vamos.

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