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Un ejemplo de esperanza y voluntad

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Un ejemplo de esperanza y voluntad
María Eugenia Gonzales, en la actualidad, se desempeña laboralmente en Cánadez

Hace diez años, María Eugenia Gonzales vio fallecer a su joven y única hija. Sin poder tener más hijos, se dedicó a la enseñanza y actualmente es una  docente destacada y apreciada por alumnos que llegan de toda la región a tomar clases con ella

 

María Eugenia Gonzales, en la actualidad, se desempeña laboralmente en Cánadez
María Eugenia Gonzales, en la actualidad, se desempeña laboralmente en Cánadez

María Eugenia Gonzales es instructora de maquillaje y manicuría en Cánadez, y ante una de las adversidades más grandes que nos puede plantear el destino, supo salir adelante a pesar de haber perdido una hija.

María Eugenia, hace 10 años atrás tuvo que dejar a su familia para encaminarse a Buenos Aires en la búsqueda de un trasplante cardiopulmonar para su única hija, Victoria.

Tras muchas vicisitudes, el trasplante no llegó y lamentablemente Victoria falleció, a partir de ese amargo momento la vida de María Eugenia cambió para siempre.

«Me concentré en estudiar para poder transmitir todo lo que sabía a otras personas», explica la entrevistada por EL DIARIO recordando que su hija estando internada habló con ella y la alentó para que siga sumando conocimientos.

En Buenos Aires, la villamariense que actualmente se radica en Villa Nueva relata que estudió y se recibió pero tuvo que volver a Villa María sin saber a dónde ir porque, en ese momento relata que «había perdido todo, no tenía un trabajo, un futuro y ya no tenía a mi hija que era lo más importante».

En aquellos tiempos complicados, Eugenia conoció al que hoy es su marido, y fue quien le brindó contención y la sigue alentando para que día a día pueda salir adelante.

Al preguntarle por sus alumnas cuenta y aclara que son un gran escape para expresarse cuando se siente un poco decaída. Vale destacar que este año pasaron por su clase cien mujeres, que viajan desde distintas localidades de la región para asistir y formarse en el mundo laboral.

«Cada una de ellas que viene al aula pasan por situaciones muy fuertes, trato de entenderlas y darle una palabra de aliento, porque nada está perdido, con ayuda se puede salir adelante. Es como que salís de dar clases por momentos y la ayudás como puedas», expresa la reporteada.

 

«Mi camino estaba definido»

María Eugenia no se define como una luchadora pero dice que las fuerzas que la impulsaron para cumplir sus sueños se las dio su hija que en un momento estando internada , la tomó de la mano y le habló:» Fueron palabras que me ayudaron y se cumplieron».

Hoy, aquellas palabras siguen latentes en su corazón todos sus días .

Ella se expresa y el brillo en los ojos la caracteriza como alegre y guerrera. Dijo además que recuerda y conoce a muchas personas del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) y que sigue en contacto con amigos de su hija.

Al hablar sobre la donación de órganos, enfatiza:» Donar es un acto increíble, es importante, sin pensarlo todo el tiempo estamos dando algo y eso es donar».

Al preguntarle por ese brillo que la caracteriza relata: “Me pasan cosas, pero creo que cada uno habla desde el corazón, de la sinceridad cuando alguien te ve, te ve así tal cual sos, uno es un espejo que mira y observa; tratás de brindarle el apoyo que necesitan».

Como final de la entrevista Eugenia, se expresa desde el alma, «no hay que perder las esperanzas, hay que tener fe y nunca bajar los brazos, elegir y vivir la profesión que uno ama es importante», concluye.

 

Nelly Yurquina

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