Desde hace nueve años, el Inescer ofrece a los internos de la Unidad Penitenciaria de Villa María la posibilidad de realizar carreras terciarias con el acompañamiento de docentes de la casa
Desde el año 2007, el Inescer lleva adelante un proyecto educativo destinado a los internos de la cárcel de Villa María. Son nueve años de trabajo constante y en crecimiento. “En este ciclo lectivo, dado que tenemos 35 estudiantes en la cárcel, decidimos fortalecer el proyecto pedagógico incorporando a estudiantes alumnos que acompañan el proceso académico de los internos”, dijo Silvia Paredes, directora del instituto terciario.
El comienzo de la relación interinstitucional fue por la inquietud de un interno que quería estudiar comunicación social. A partir de eso, hubo varias reuniones entre autoridades de la cárcel y del Inescer para acordar los términos del convenio que finalmente se firmó ese mismo año. Hoy, tienen alumnos de tres carreras: Comunicación, Trabajo Social y Agraria.
Los estudiantes de la cárcel rinden con la modalidad de “libre”, pero son acompañados en el proceso de aprendizaje por la trabajadora social Mirta Vilella, quien actúa como facilitadora de esa actividad académica. A la tarea de Vilella, se suman este año los estudiantes Rafael Sagripanti, Juan Peironi, Josefina Ortega, Alan Páez y Rodrigo Rivera.
“Hay dos vertientes que sostienen la continuidad de nuestro trabajo en la cárcel: por un lado, la posibilidad concreta de que puedan acceder a estudios terciarios rindiendo libre mientras están internos y cursando cuando tienen salidas transitorias o recuperan la libertad. Pero por otro lado, también tiene que ver con una preocupación social que nos motiva a trabajar para que puedan tener un proyecto personal, un proyecto a futuro, que muchas veces es difícil para las personas que están en un contexto complejo”, precisó Paredes.
“No medimos cuantitativamente nuestro trabajo, sino desde lo cualitativo, desde el fortalecimiento de los derechos humanos”, agregó.
Vilella dijo que en estos nueve años, las experiencias positivas se multiplican: “Hace poco un interno que estudia Trabajo Social en el Inescer y Abogacía en la Universidad de Córdoba, accedió a un beneficio para ser trasladado a un penal con un sistema semiabierto que le permita cursar la carrera en la capital. Pese a ser una oportunidad, me decía que estaba triste, porque había crecido con nosotros y le costaba alejarse”.
Destacó la importancia de la Ley de Estímulo Educativo, que es una normativa nacional que ofrece un beneficio a quienes estudian “dado que morigera el encierro en lo que hace a salidas transitorias, libertad condicional y libertad asistida”.
Hoy, la institución y el equipo docente que trabaja “sin sostenimiento económico” de manera ininterrumpida desde hace nueve años, sostienen la tarea con el convencimiento de que siembran esperanza.
OPINIONES
Del primer encuentro salieron cosas muy lindas. Nos agradecieron todo el tiempo que estuviéramos allí. Josefina Ortega, ayudante alumna
Me gustó mucho la experiencia, a uno lo gratifica poder hacer cosas como esta. Noté que hablaban mucho del tiempo, que les sobra. Por otra parte, nosotros remarcamos que somos iguales y que estamos para ayudarnos.
Rafael Sagripanti, ayudante alumno