El extenista local Germán Gaich, referente del Sport Social Club, acudirá a los dos certámenes más importantes del tenis mundial con su pupila, Beatriz Haddad Maia, actual número uno de Brasil y número 100 del ranking WTA, quien jugará la etapa de clasificación de ambos torneos
El villamariense Germán Gaich cumplirá un sueño: participará en Roland Garros y Wimbledon, los dos Grand Slam más importantes del mundo del tenis, aunque no lo hará como jugador, sino como entrenador.
“Es cumplir el sueño que tuve desde muy chiquito. Como jugador, o como entrenador en este caso, es algo muy fuerte”, rescató.
Gaich llegará a Francia e Inglaterra junto a su pupila, la ascendente Beatriz Haddad Maia, actual número uno de Brasil, quien intentará superar la qualy para llegar al cuadro principal.
“Estoy superfeliz, son momentos que hay que disfrutarlos, aprovecharlos. Además es un enorme desafío, sabiendo que Beatriz se va a medir con los mejores del mundo, lo que demanda un trabajo muy fino, de mucho profesionalismo. Por suerte contamos con un equipo muy bueno y estamos preparados para enfrentar ese tipo de situaciones”, expresó.
Gaich sostuvo que pisar ambos torneos “son los premios que te da la vida por tantos años de estar buscando y preparándote para esto, rodearte de los más grandes del tenis, con este nivel de juego e infraestructura”.
El villamariense empezó a trabajar con Beatriz en marzo, en la Academia de Brasil en Río de Janeiro. Desde allí vivió buenas experiencias.
“Es increíble poder estar rodeado de jugadores y entrenadores del más alto nivel. Uno se siente muy agradecido de estar acá y de que lo elijan, que se apoyen en uno, que confíen en uno. Eso es superimportante, poder sentir ese respaldo. Y gracias a Dios, los resultados acompañan”, indicó.
En ese sentido, la brasileña llegó a segunda ronda del Masters 1000 de Miami, pasó la qualy de Bogotá obtuvo el torneo de dobles junto a Nadia Podoroska, de Argentina.
También participó en Stuttgart, Alemania, República Checa (venció a la australiana Samanta Estosur) y en el Challenger de Cagnes Sur Mer, en Francia, donde se coronó campeona.
