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Acusan a funcionario municipal de acoso sexual por las redes sociales

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Acusan a funcionario municipal de acoso sexual por las redes sociales
Sergio Pindo trabaja como funcionario en la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de Villa María

El “grooming” es un delito tipificado en el Código Penal y se refiere a los casos en que hay acoso sexual a través de tecnologías de transmisión de datos, por ejemplo, por las redes sociales. En esta nota, mostramos una conversación de Sergio Pindo, funcionario del área de Gobierno, con una menor de edad

Sergio Pindo trabaja como funcionario en la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad de Villa María

“Una pregunta… ¿No te molesta la diferencia de edad que tenemos? Porque a mí me encanta que seas tan nena”.

Ese es el texto de uno de los mensajes de WhatsApp que envió Sergio Pindo a una niña que se había contactado con él para pedir ayuda para su familia, que está en situación de vulnerabilidad, según lo reveló a EL DIARIO la madre de la menor de edad, G.P., quien además proporcionó las evidencias.

Los mensajes comenzaron por Facebook, cuando la pequeña, ayudando en tecnología a su madre, fue a un ciber a enviar cartas a funcionarios para que la ayudaran a no perder el techo en el que viven. Luego, él nombrado propone seguir la charla por WhatsApp y le da su número de teléfono. EL DIARIO pudo corroborar que el número es el del funcionario y que está utilizándolo actualmente, es decir, no se lo robaron ni lo contesta otra persona.

«Mandábamos la carta a todos los políticos, a Nora Bedano, a Martín Gill y hasta a Martín Llaryora», relató la jefa de familia. Las respuestas en muchos casos no llegaron y en otros fueron insultantes, pero lo peor estaba por venir.

«Cuando mi hija le manda la carta a Sergio Pindo por Facebook, éste comenzó a responderle diciéndole que iba a hacer todo lo posible por ayudarnos, pero luego inició una conversación de índole sexual totalmente abusiva», narró.

Pindo se desempeña como administrador del PJ Digital, órgano de difusión web del Partido Justicialista y, además, trabaja en la Secretaría de Gobierno municipal como funcionario, particularmente administrando las redes sociales de Rafael Sachetto, el titular del área.

Para resguardar la identidad de la víctima es que no publicamos el nombre completo de su madre (solamente sus iniciales, G.P.) ni de las hermanas, que en todo momento contuvieron a la menor para evitar riesgos en su integridad.

Algunas de las capturas de pantalla de la conversación revelan el “grooming” o acoso sexual por redes a una menor que expresamente le dice que tiene menos de 16 años

Los mensajes

«Leí tu pedido. En realidad veo dos cosas: estás en problemas graves y estás sin cariño. Yo, obvio, puedo escucharte, me gustaría hacerlo en persona… y que te sirva para contar todo, descargarte y contar con mi apoyo en lo que pueda», le dice Pindo desde su Facebook a la niña, prometiéndole que puede guiarla para hablar con quien corresponda en la Municipalidad.

Acto seguido, le pregunta si tiene pareja y la invita a tomar café para charlar personalmente de los problemas.

La conversación sigue. La niña insiste con el pedido de ayuda, le cuenta todas las cartas que mandó y él le da su número de celular para “seguir la conversación por WhatsApp”.

A esta altura de la charla, la invita a una casa ubicada en el barrio Rivadavia, que, según los dichos de Pindo, pertenece a su madre, pero le asegura que ahora está deshabitada.

«Me gustan las personas de tu edad, tienen la energía a pleno, vas a conseguir salir de todos los problemas», le dice.

Luego, avanza preguntándole cómo es físicamente, interesado especialmente en saber si es flaca y si es cariñosa.

Le ofrece también «enseñarle» a hacer masajes terapéuticos y sigue con el acoso: “¿Puedo darte un besito de buenas noches? Te diré nena y vos, papi… ja ja ja”.

La conversación se traslada ahora al WhatsApp y a juzgar por el contenido de la conversación, se extendió hasta el domingo 2 de julio, cuando él la citaba para encontrarse en una casa deshabitada después del acto del gobernador Juan Schiaretti en Mundo Rojo, donde estuvo sacando fotos.

Ahí, el contenido se trastocó en explícitamente sexual. Le ofreció hacer un book de fotos “sexi” y avanzaba preguntándole si quería ver películas “XXX” (pornográficas) o cuál parte de su cuerpo era más sensible.

Intenta seducirla hablando de trabajos “importantes”, como hombre de negocios en la Bolsa de Valores de China, y hasta le indica la oficina en la que él trabaja en la Municipalidad.

La niña responde insistiendo en la ayuda que había pedido su mamá, pero él desvía el tema. Entonces, le pregunta si no podría darle un trabajo para ayudar a su familia en “la bolsa de China”.

Más se expresaba la niña pidiendo ayuda, más avanzaba en el acoso Pindo: “¿Te gusta masturbarte? Dejame enseñarte”.

La niña le decía que no salía, que no iba a boliches y que ni siquiera solía pasear por la costanera. Las respuestas de la pequeña aludían al recuerdo de su vida en el campo y le contaba los problemas que tuvieron desde que se mudaron a Villa María.

En la familia, las hermanas de la pequeña «seguían la corriente», sin saber muy bien el motivo, aseguró su madre. Pero cuando ésta intervino, se hizo cargo de la situación y fue ella, identificándose, quien envió un mensaje al WhatsApp del funcionario.

Pindo, confiado -tal como lo hizo saber después- en que la niña habría borrado los mensajes, se excusó diciendo que se había equivocado de número. La mujer le recordó el reclamo y él le sugirió entonces, como un vecino, que escriba por Facebook: “Una vez tuve problemas con las luminarias en mi barrio y me lo solucionaron”, aseguró, para terminar la conversación con la mamá diciendo: “Recemos por eso”, es decir, para que la escuchen.

“Mi hija le seguía la corriente creyendo que ayudaba. Por supuesto que le expliqué, pero te queda esa sensación de que se quieren aprovechar de nuestra situación. No encuentro palabras para decir cómo nos sentimos”, dijo.

La niña, ya acompañada por su mamá, retoma con un “hola” la charla, a lo que él le pide que cuando sea ella, empiece a escribir un “papi” para que él esté alerta y sepa que es la pequeña y no su madre.

Hasta el momento, no hicieron una denuncia judicial. Los problemas que atraviesa la familia son variados y ponen todas las energías en lo urgente, como el techo, el alimento y la asistencia a un integrante del grupo con discapacidad severa. Recurrieron a las redes buscando soluciones, pero encontraron perversidad.

En este chat por Facebook, Pindo le da su teléfono a la menor. EL DIARIO constató que sigue usando ese número

¿Qué es el “grooming” o ciberacoso?

En noviembre de 2013, el Senado de la Nación convirtió en ley la incorporación al Código Penal del «grooming».

De esta manera, se establece que “será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

Cuando se limita al entorno digital, como envío de fotos íntimas o grabación de contenidos de la cámara web, el menor podría sufrir traumas psicológicos como víctima de la manipulación y las consecuencias sobre la privacidad en caso que dichos contenidos sean publicados.

En caso que se concrete un encuentro cara a cara, las consecuencias podrían ser ya de carácter físico, pudiendo llegar incluso al abuso sexual.

 

Quien viva situaciones similares puede denunciarlas en la Unidad Judicial, ubicada en la sede policial de Villa María.

 

Antecedentes: un hecho similar protagonizado por un cura

Walter Maggiolo se desempeñaba como sacerdote en Monte Vera, provincia de Santa Fe.

Al hacer pública una conversación por un chat privado de Instagram con una joven de 16 años, el arzobispado ordenó que deje el cargo e inició una investigación canónica.

El caso se conoció a través de las redes sociales en mayo de este año. En esas conversaciones se ve el intento de acercamiento del cura y la contundente respuesta de la chica, espantada por la edad y la intención del hombre.

Dice parte del diálogo:

Cura: ¡Qué hermosa que sos, Sofi! ¿Sos de Santa Fe capital?

Niña: ¿Cuántos años tenés?

Cura: Soy grande. 40 tengo. ¿Vos?

Niña: Tengo 16

Cura: ¡Ah! ¡Re chiqui! ¡Estás rebuena!

Niña: Qué asco. Me llevás 24 años.

Después de la trascendencia que tuvo el caso, Maggiolo dio de baja su cuenta de Instagram. Fue la propia adolescente la que difundió el contenido de la charla.

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