De los catorce que armaron la cooperativa, cuatro ahora quedaron sin empleo. Piensan en fabricar ladrillos block.  Para la mayoría, este es el primer empleo estable tras un pasado de pocas monedas y algunas changas

Los jóvenes del barrio La Calera que armaron una especie de cooperativa y que arreglaron la Escuela Domingo Faustino Sarmiento, ahora comenzaron a refaccionar el Jardín Paula Albarracín. No obstante, cuatro chicos de ese grupo quedaron sin trabajo luego de finalizar las tareas de remodelación del comedor comunitario del barrio, el Caritas Felices.

Los varones tienen muchas ganas de progresar y de laburar, pero necesitan para eso que se les presenten oportunidades. La predisposición es tal que iniciaron la obra en el jardín del sector dos semanas antes de lo pedido por el municipio, que solicitó un parate de 14 días “porque no había plata”.

Los chicos decidieron no detenerse y empezaron a trabajar dejando pendiente el cobro para más adelante, según señaló Marisa Sánchez, presidenta del centro vecinal.

EL DIARIO dialogó con los jóvenes mientras daban los últimos retoques en el comedor. Allí recordaron que en la Escuela Sarmiento hicieron labores de pintura, albañilería y arreglo de aberturas durante un mes y medio.

No quisieron decir públicamente cuánto cobraron por esto.

“La idea es formarnos como cooperativa para seguir trabajando. Estamos viendo qué vamos a hacer, estamos pensando en fabricar ladrillos block. Adonde nos den laburo, allá vamos a ir”, expresó uno de los entrevistados, parte del grupo de cuatro jóvenes que hoy por hoy están sin empleo, ya que no todos comenzaron las tareas en el jardín.

Veinteañeros (aunque seis de los 14 son menores de 18 años), agradecieron la oportunidad que les brindó el Instituto Municipal de Inversión (IMI) y las gestiones del Centro Vecinal para poder tener una fuente laboral bastante estable. Hasta que arrancaron en el colegio primario del barrio, que recientemente cumplió 75 años (precisamente fue remodelado en ocasión de su aniversario), no tenían ingresos porque no conseguían empleo. “Sólo hacíamos changas por día, no pasaba nada. ¿Sabés cómo ayuda tener todos los fines de semana una moneda, para progresar en algo?”, expresó uno de los pibes.

La “cooperativa” (por ahora no formal) está conformada por Daniel, Mauricio, Agustín, Fernando, Walter, Héctor, Gabriel, Joel, Lucas, entre otros, todos habitantes de La Calera. “Como no teníamos trabajo, el resto pensaba que andábamos en boludeces. Esto es cumplir, tenemos pautas que respetar y un horario establecido que se cumple”, subrayó otro de los jóvenes.

Cuando se le preguntó sobre las herramientas, confirmaron que el IMI les dio algunos elementos que luego fueron pagando con su trabajo. Además, “nosotros también pusimos dinero” para las mismas y así ya cuentan con una hormigonera, un taladro, una amoladora, pala y balde.

“La idea es seguir, armar algo bueno”, recalcaron.

Sin empleo. La preocupación ahora es por los cuatro varones que se quedaron sin trabajo tras llevar adelante los arreglos en el comedor comunitario, en donde “arreglaron, pintaron e hicieron la entrada de cemento”, especificó Marisa Sánchez. Quienes quieran contratarlos, comunicarse con el (0353) 154114971.

“Sólo hacíamos changas por día, no pasaba nada. ¿Sabés cómo ayuda tener todos los fines de semana una moneda, para progresar en algo?

“La idea es seguir, armar algo bueno.”