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Agua: entre lo público y lo privado

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Agua: entre lo público y lo privado

Obras Sanitarias de la Nación fue creada en 1912; tuvo su esplendor, su estancamiento y su paso de la órbita estatal a la privada. La llegada del cooperativismo

Día del Trabajador SanitaristaEl 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

Hagamos un poco de historia sobre el discurrir del agua como un servicio en la República Argentina.

En 1824 las autoridades de Buenos Aires, bajo el auspicio de Bernardino Rivadavia, contrajeron un préstamo internacional con la Baring Brothers para la construcción del puerto de la ciudad, la colonización rural y la instalación de un sistema de agua corriente en la ciudad. Dicho episodio formó parte del famoso empréstito de la Baring Brothers, el primer hito de una serie de deudas que contrajo el Estado para realizar obras que nunca se concretaron.

En 1867 la epidemia de fiebre amarilla, que diezmó la población, conllevó a la urgente realización de una infraestructura para el saneamiento. El Gobierno, entonces, le encomendó al ingeniero irlandés John Coghlan el proyecto del sistema de saneamiento de la ciudad (agua, cloacas y desagües pluviales).

Los trabajos se iniciaron en 1868 y el 4 de abril de 1869 se libró el servicio público de abastecimiento. De este modo, Buenos Aires se convertía en la primera ciudad de América con instalaciones de filtros para agua purificada (las ciudades de Estados Unidos, por ejemplo, recién gozaron de este adelanto a partir de 1872).

La empresa Obras Sanitarias de la Nación (OSN) fue creada el 18 de julio de 1912 mediante la promulgación de la Ley 8.889, en el marco del primer Plan Nacional de Saneamiento, de 1909. Esta empresa pública de saneamiento apareció, por un lado, por los serios problemas de dimensionamiento del sistema, pero, por otro, como una manifestación del modelo de país que impulsaban los gobernantes de la época, basado en la trilogía «civilización, modernidad y progreso»

Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), OSN ya había contratado e iniciado muchas de estas grandes obras para la Capital y otras ciudades en el interior. Los efectos de este acontecimiento provocarían la restricción de la importación de materiales y la toma de empréstitos en el exterior, lo que hizo disminuir la capacidad de trabajo de los contratistas en 50%. La ejecución de este ambicioso programa se vio entonces afectada. Sin embargo, pese a la alteración que se produjo, los trabajos sólo se suspendieron parcialmente y las obras continuaron desarrollándose.

Muchas de las carencias que se generaron a partir del conflicto bélico fueron resueltas por la naciente industria nacional y por el excelente trabajo de los talleres que OSN.

Junto a la creación de OSN, se estableció una escuela de Ingeniería Sanitaria que alcanzó su máximo desarrollo en el año 1940, convirtiéndose en líder en América Latina.

 

Esplendor de agua

En 1946, el gobierno de Juan Domingo Perón lanzó el Plan Quinquenal, un programa de obras para el período 1947-1951 que preveía la construcción de grandes diques, el regadío de extensas zonas, la provisión de agua y la ejecución de desagües de cloacas y pluviales para numerosas ciudades y pueblos del territorio nacional.

En 1949, la Ley 13.577, lanzada durante la presidencia de Perón, volvió a definir los objetivos de la administración general de Obras Sanitarias de la Nación, descriptos como «el estudio, proyecto, construcción, renovación, ampliación y explotación de obras de provisión de agua, saneamiento urbano en la Capital Federal y ciudades y pueblos de la República y la exploración, alumbramiento y utilización de aguas subterráneas».

Para ese momento, OSN abarcaba aproximadamente el 85% del sector, desarrollando actividades en todo el territorio argentino.

 

Agua estancada

En 1955, tras instalarse la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, el crecimiento de la empresa se desaceleró y comenzó a sufrir la economía a partir del régimen militar. Se dejó de lado el mantenimiento preventivo, reparándose sólo el equipamiento que sufría averías. Cayó la inversión y la compra de equipamiento nuevo fue prácticamente nula, comenzó un paulatino deterioro de la calidad del servicio afectado a partir de allí por problemas inflacionarios y políticos.

 

Agua argentina

A partir de la década del 60, “Aguas Argentinas” nuevamente comenzó a realizar importantes inversiones, pero sin llegar a alcanzar el récord de la etapa peronista. Las inversiones se dieron a través de las cooperativas de agua y saneamiento que se crearon durante las décadas de los 60 y los 70, las eran responsables del suministro de agua en la mayoría de las localidades de menos de 50 mil habitantes, prestando servicios a más de cuatro millones de habitantes. Gracias a estas cooperativas, asociadas a la empresa, se logró llegar a cientos de localidades medianas y pequeñas.

Durante la dictadura militar pasaron a la órbita de las provincias los servicios de agua corriente y desagües.

 

Agua privada

En 1991 el Gobierno de Carlos Saúl Menem, influido por el neoliberalismo y organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), privatizó Obras Sanitarias de la Nación. Los servicios de provisión de agua potable y desagües quedaron en manos de la empresa Aguas Argentinas, propiedad en su mayor parte del grupo francés Suez, la española Aguas de Barcelona y Banco Galicia, y se concesionaron los servicios por 30 años.

Pero el pasivo y las deudas de Obras Sanitarias no fueron asumidos por la empresa, quedando en manos del Estado nacional. Obras Sanitarias fue declarada en disolución y liquidada en agosto de ese año. Entre febrero de 1991 y abril de 1993 las tarifas ascendieron 74%, a través de la sanción del Decreto Nº 999/92.

 

Cooperativa de agua

En los 90, en Villa María, los trabajadores de la empresa provincial de agua EPOS se vieron seriamente amenazados con perder sus fuentes de trabajo y conformaron la Cooperativa de Trabajo 15 de Mayo Limitada, que provee de agua potable y cloacas a toda la ciudad.

 

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