El fiscal Gustavo Atienza afirmó que por datos anónimos llegaron a tener causas con imputaciones y detenidos. Dijo que a grandes rasgos la comunidad hace un uso responsable del dispositivo

Escribe: Diego Bengoa
DE NUESTRA REDACCION

Cada martes, cuando personal de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico abre el buzón ubicado en la vereda de Tribunales para recibir denuncias anónimas sobre venta de drogas, se encuentra con varias datos. Siempre en la apertura semanal de ese dispositivo recogen escritos con información sobre presuntos implicados en el narcomenudeo.

Así lo aseguró ayer uno de los tres fiscales de Instrucción de Villa María, Gustavo Atienza, en una entrevista con EL DIARIO.

El funcionario también confirmó que lo que se comercializa en la actualidad es cocaína y marihuana y consideró que es alto el número de imputados por esta razón. Por otro lado, indicó ante una pregunta que en las causas que tramita no se evidenció complicidad de la fuerza policial en la venta de estupefacientes.

Atienza recibió a este matutino en su despacho y apreció el uso del buzón, al que calificó como “un elemento de esencial importancia, aceptado y expandido en el ámbito de la provincia, donde las personas pueden depositar de manera anónima y escrita datos de lugares o personas que pueden estar involucrados con la actividad ilícita del narcomenudeo”.

Precisó que cada martes “se toma razón de los escritos aportados, se labra un acta y se transcribe el contenido del dato, el que inmediatamente es transmitido a la fuerza especial creada recientemente en el marco de la lucha contra el narcotráfico”.

“A partir de allí comienza todo un estudio de campo por personal especializado y si el tema es de mucha envergadura se cita a personal de Córdoba y se presta colaboración entre los distintos grupos policiales dedicados a esta materia.

El buzón ha tenido éxito y es de vital importancia porque hechos que derivaron en personas imputadas y detenidas luego se han reiniciado en el mismo lugar, ante lo cual los vecinos viendo que ha habido una acción oficial del Estado se han animado y han puesto nuevamente en conocimiento a la Secretaría de que la actividad, que es muy lucrativa, continuaba en ese espacio”, manifestó.

-¿La comunidad hace un uso responsable del buzón? ¿Se ha señalado a alguien que no esté vinculado con la actividad ilícita con intencionalidad de dañarlo?

-Si lo hubo fue descartado. Efectivamente, ha ocurrido que motivados por circunstancias equis, se lanzaban nombres de personas o datos de lugares o circunstancias que nada tenían que ver con la realidad. Y digo que nada tenían que ver con la realidad porque todo es chequeado y corroborado. La investigación de lo que implica el narcomenudeo es una labor de paciencia, de muchas horas y de mucho esfuerzo por parte del personal por lo discreta que tiene que ser la investigación. Si el dato que se ingresa es falso, evidentemente se corroborará que así es. Hay un estudio mayor de campo.

-¿Con un dato anónimo se han originado causas que derivaron en imputaciones?

-Por supuesto, sí. Totalmente, con detenciones, con prisión preventiva, por supuesto. El buzón es muy útil.

-¿Tiene estadísticas sobre esto?

-No tengo estadísticas oficiales actualizadas, pero el movimiento es importante, no se ha detenido la colaboración de la gente, todos los martes surgen elementos por los cuales se labra un acta y se abren investigaciones.

-Hay vecinos a los que les parece ridículo que el Estado ponga un buzón de denuncias anónimas a metros de la Policía, porque creen que se exponen igual. ¿Han analizado esa circunstancia?

-Si existe voluntad de denunciar de modo anónimo, lo pueden hacer del modo que fuese. A mí me puede llegar a mi despacho algo anónimo en la correspondencia habitual y se puede hacer llegar una nota de distintas maneras, esto excede al buzón. Desde mi punto de vista el vecino no se arriesga al menos que un vecino en particular se haya identificado oportunamente con el vendedor o con el dueño de quien explota el quiosco y le haya reprochado la actividad. Luego aparece la denuncia anónima. El involucrado a lo mejor piensa: “El único que me reprochó en este vecindario es fulano, seguramente fue quien brindó el dato”. Lo que puedo observar es que la denuncia anónima es un episodio que funciona muy bien.

Existe también para los fines del anonimato una línea de teléfono, el 0800-888-8080, ese llamado ingresa y jamás el personal preguntará sobre algún dato que podría individualizar al que llama. La central recibe y transcribe los datos recibidos y la Jefatura Central la remite a la Secretaría de Lucha del lugar que corresponde.

-¿Cuáles son las características de la venta de drogas en la ciudad? ¿Qué se comercializa? ¿Hay muchos quioscos?

-Puedo decir que en la última visita de cárcel, sólo mi fiscalía tenía ocho personas con proceso de imputación por tenencia con fines de comercialización, algunas con dictado de prisión preventiva, otras que están al borde de la elevación a juicio. Es un número importante, porque son causas consolidadas con personas individualizadas y por las que hubo todo un proceso anterior de investigación con muchísimo esfuerzo. También hay condenas, las que se reflejaron en la Cámara del Crimen.

-¿Qué drogas se venden?

-Marihuana, cocaína. No nos ha tocado últimamente constatar drogas sintéticas.

-¿Paco?

-No.

-¿Conoce sobre la calidad de la marihuana que se comercializa en la ciudad? ¿Mayormente se vende la marihuana prensada o el cogollo?

-Sobre eso no puedo decir nada. Determinamos que la sustancia es un estupefaciente y se procede en consecuencia, igual que con la cocaína, no si es más o menos estirada. Es un tema que nos excede. Es un elemento de venta prohibida en el mercado, es un estupefaciente y entonces se procede en consecuencia.

-¿Quiénes son los compradores de los imputados? ¿Puede definir si afecta principalmente a adolescentes o jóvenes?

-Puedo advertir que un alto porcentaje de presos (Nota: se refirió a personas privadas de la libertad en general, no por este delito) se declaran consumidores de alguna sustancia. Creo que el consumo puede tener incidencia si se trata de algún ladrón común.

-¿Algún imputado por narcomenudeo argumentó que vendía drogas para tener dinero para comprar para consumo?

-Ninguno va a decir que vendía drogas, si lo hacía era autoincriminarse.

-¿Niegan que venden?

-Se exculpan de diferentes maneras: argumentan que la droga que tenían pertenece a fulano o que la plantaron. Son diferentes modalidades defensivas y estrategias que se analizan. Tenemos una causa en la que había tenencia personal de estupefacientes y un trozo de ladrillo de marihuana en el interior de un vehículo, lo que involucraba a todos los ocupantes del vehículo.

-¿Se ha evidenciado en las causas abiertas en esta Fiscalía complicidad estatal-policial para poder vender?

-No, todos los involucrados son civiles.

Marihuana: se oferta lo peor

En la calle se conoce que abunda la marihuana prensada, conocida como “paraguayo” y que hay pocas “flores”, que es el fruto de la planta. Esto hace que los consumidores fumen lo peor: “El paraguayo es la planta completamente prensada con químicos, con todo, por lo que es nocivo, es una porquería”, afirmó uno de los consultados por EL DIARIO. “Hay mucha oferta de paraguayo, porque a las flores las tenés que cultivar y eso está penado. Se consume más paraguayo porque es lo que está dando vueltas, las flores no forman parte del narcotráfico, son parte del autocultivo y el autocultivo es algo que el Estado no quiere que esté”, graficó. “Es muy difícil conseguir flores. El que tiene su planta no vende, el que comercializa vende a mil pesos un frasco de mermelada”, dijo otro entrevistado. Mientras el Estado se tapa los ojos (o abre uno sólo, a medias) sin discutir seriamente una política sobre el tema y persiguiendo a los “peces chicos” (también dañinos) y no a los grandes narcos, el negocio avanza y hace estragos. Para dar una idea de lo que mueve, vale consignar precios: cerca de 350 pesos cuestan los 25 gramos de paraguayo, un frasco del tamaño del pote de mermeladas con flores se consigue a 1.500 pesos, quizás 2 mil y en los barrios el porro sale a 10 ó 15 pesos. D. B.