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Belén y Nicolás creen que contar sus vidas puede despertar otras búsquedas

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Belén y Nicolás creen que contar sus vidas puede despertar otras búsquedas
Estudiantes de cinco colegios escucharon el testimonio de Belén y Nicolás, ayer a la mañana

Víctimas del plan genocida que puso en marcha la última dictadura, lograron conocer sus orígenes. Hoy trabajan y militan en Abuelas de Plaza de Mayo en Córdoba

Estudiantes de cinco colegios escucharon el testimonio de Belén y Nicolás, ayer a la mañana

Belén Altamiranda y Nicolás Castiglioni lograron recuperar su identidad, pudiendo armar ese doloroso rompecabezas generado por los genocidas durante la última dictadura militar. Ella tiene a su mamá y su papá desaparecidos, él a su padre y ambos son nietos restituidos que militan y trabajan en la filial cordobesa de Abuelas de Plaza de Mayo.

Ayer estuvieron en Villa María para contar sus historias y dialogar con centenares de adolescentes que colmaron el Espacio INCAA, en el Auditorio Leonardo Favio, en un evento impulsado por el municipio. A la mañana, allí convergieron estudiantes de los IPEM Rosario Vera Peñaloza y Manuel Anselmo Ocampo, del Instituto Nuestra Señora del Rosario, de la Escuela Granja y del Colegio Nacional.

Para los visitantes (Nicolás está en el área de Prensa y Difusión de Abuelas, Belén en lo que es investigación) fue “un gusto conversar con jóvenes”.

“Siempre supe que no era hija biológica, porque mis padres adoptivos siempre me contaron la verdad”, contó ella.

A medida que fue creciendo se acrecentó su interés por querer saber qué es lo que había ocurrido con sus orígenes, y así fue que inició su búsqueda. “La mejor forma de hacerlo fue acercarme a Abuelas, llegué a hacerme los análisis y surgió la verdad: soy hija de Horacio y Rosa”, relató.

Añadió que “poco a poco” fue armando “este rompecabezas de mi vida, de conocer a mis padres no sólo a través de fotos, sino de tener detalles sobre mi nacimiento”, que se produjo en el Hospital Militar de Campo de Mayo.

“Cuando a mis padres los secuestran junto a mi tía Adriana, que tenía en ese momento 16 años, estuvimos en un centro de detención de la provincia de Buenos Aires. A mis hermanos los dejaron con unos vecinos”, contextualizó.

Su madre nunca supo si había dado a luz a una nena o un varón. “Le practicaron una cesárea, hay unos días que están en negro y después me dejaron en un centro de adopción que se llama Movimiento Familiar Cristiano en Capital Federal”, contó.

Según lo que supo, la había dejado allí un hombre con datos falsos, y posteriormente fue dada en adopción “a una familia que buscaba” prohijar.

El 29 de junio de 2007, Belén pudo recobrar su identidad. “Tuve la dicha y la suerte de poder saber quien soy, quiénes eran mis padres, cuál era su lucha, qué es lo que pensaban y tuve la suerte de poder conocer a mis cuatro abuelos”, describió.

La joven confesó que aún hoy siente “un poco de cosa” al contar su historia, pero está convencida de que podría servirle a otras personas que les sucedió lo mismo. Piensa esto porque cuando inició su búsqueda sintió impulso e identificación al ver documentales o notas periodísticas a nietos y nietas recuperadas.

“Es la mejor forma para quizás sentir algo adentro, para animarse y acercarse a Abuelas para poder encontrar su origen”, afirmó.

Incluso en este orden valoró a encuentros como los de ayer. “Este es un pasado reciente, no es tan pasado, quizás ellos también tengan a alguien en su familia con esta experiencia. Nos ha pasado que adolescentes de esta edad, hijos nuestros, se acerquen a Abuelas con dudas por su mamá y su papá, porque los padres no se animan y son ellos los que se acercan porque la identidad de sus progenitores también les compete a ellos”, dijo Belén a la prensa minutos antes de iniciar la charla con el alumnado.

En un contexto en el que la bestialidad del plan genocida que imperó desde 1976 a 1983 parece ser relativizado por algunas voces, Belén señaló ayer que ellos continuarán en busca de la a sin caer en provocaciones.

“El 24 de marzo es una fecha que por ahí produce una contradicción, porque te remueve muchas cosas, genera mucho dolor porque no están, pero a su vez te da fuerzas”, declaró sobre el aniversario del Golpe de Estado.

“Vemos que cada vez son más las personas que marchan, más los que nos acompañan y apoyan. Vivimos como una celebración el hecho de juntarse, marchar juntos, hacemos una previa para marchar juntos, cada uno va con hijos, pareja, amigos”, apuntó. Dijo que lo viven “con alegría y es lo que nos enseñaron las abuelas, de marchar con esperanza y alegría”.

Sobre algunas voces que vuelven a poner en escena la teoría de los “dos demonios” y cuestiones similares, la militante de Abuelas fue contundente: “Hemos escuchado varios dichos pero seguimos con el objetivo que tenemos, diciendo la verdad y cómo fueron las cosas, no cayendo en esas provocaciones”.

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