La actriz admitió que esa fue la enseñanza que le dejó el proceso de superar la enfermedad y consideró que la vida es un “regalo espectacular de Dios que hay que disfrutar”

Marina Borensztein presentó anoche su libro “Enfermé para sanar”, en el Centro Cultural Leonardo Favio. La actriz fue invitada por el centro de diagnóstico por imágenes y la Fundación Roentgen, al conmemorarse el Día Mundial sobre la Concientización, Prevención y Lucha contra el Cáncer de Mama.

Previo a la presentación de su libro, Borensztein brindó una conferencia de prensa en la que hizo una pequeña síntesis de su libro, el mensaje que le da a las mujeres que la escuchan y la enseñanza que le dejó en su vida superar esa enfermedad.

“La idea fue brindarle a la comunidad la posibilidad de que escuche el testimonio de Marina, si no ha tenido la oportunidad de leer su libro, siempre destacando la importancia que tiene la prevención para la cura de esa enfermedad. Se trata de concientizar de la importancia de la prevención”, remarcó María Julia Paesani, de Roentgen, en la presentación de la actriz, antes de darle la palabra.

“Este es un diario íntimo que después de un final feliz se transformó en un libro. No estaba en mis planes que esto fuera un libro, es un día a día de todo el proceso que atravesé desde que me enteré que estaba enferma hasta que terminé con una medicación que me hacía mal y me llevó muchos meses de padecimiento. Como no podía tomar la decisión de dejar ese medicamento, es esa búsqueda para encontrar una solución a ese remedio, buscando alternativas y tratando de comprender qué era lo que me había pasado y cómo mi cuerpo había enfermado así”, contó Borensztein al hacer un breve resumen de su obra.

“Las mujeres que lo leen dicen que se sienten muy acompañadas e identificadas. Las lectoras me dicen que verme bien a mí les da esperanza, fuerza, tranquilidad para ponerse bien. El libro es una búsqueda que a mí me sirvió mucho y parece que ahora a los demás también, porque ya voy por la quinta edición”, agregó.

“No hay nada óptimo en estas circunstancias, uno puede estar en familia, con gente que lo ama, pero la realidad es que a la hora de enfrentar un quirófano y de poner el cuerpo, está solo. O al menos eso es lo que yo viví, a pesar de tener un marido amoroso y contenedor, madre, hermanos y amigos”, relató la autora del libro, tras lo que remarcó que “la voluntad de superación es fundamental”.

La mejor herramienta

“Nunca puse al cáncer como un enemigo que venía a tomarme, no viví la enfermedad como eso, yo creo que es algo que uno genera, somos una sola cosa, un todo. Nunca dije ‘esto no va a poder conmigo’, porque no tengo esa omnipotencia”, afirmó.

“Tengo una hija y un marido espectaculares, me gusta la vida y nunca pensé que mi vida había terminado. Yo me encargué de la espiritualidad, de cómo encarar este proceso con optimismo, con actitud, con una mente positiva”, señaló.

“La búsqueda espiritual vino como consecuencia del susto de que podía morirme y quería estar más conectada con Dios. Me satisfizo muchísimo, la herramienta más grande que encontré en todo esto fue mi espíritu, que es lo que me calma, donde me siento segura, donde estoy a salvo. Haber conectado con la espiritualidad es el descubrimiento de pasar por esta enfermedad, además de muchos cambios personales profundos. La espiritualidad sin religión, esa parte divina que todos somos y el Universo que es el mismo para todos”, reveló Borensztein.

La manera de sanar

“Como soy muy curiosa y muy inquieta, no soy una persona que se queda con una sola opinión, entonces fui a muchos médicos y pedí muchas opiniones y les digo a las mujeres que cuando sientan que el médico que tienen adelante les está mintiendo o les dice algo en lo que no confían o sienten que el cuerpo les está diciendo una cosa diferente, tienen que buscar y cambiar”, manifestó.

“Lo más importante que les digo a las mujeres que presencian las charlas es que los médicos lo que hacen es encontrar el tumor y sacarlo, pero no saben por qué uno hace ese tumor y por qué llegó ahí, entonces ese es el trabajo personal que cada uno tiene que hacer consigo mismo, es un trabajo hermoso y difícil, pero la única manera de sanar. El médico cura pero no sana”, consideró la actriz.

“El cáncer es multicausal, nuestro sistema inmunológico se cansa de batallar contra un montón de agresiones y en algún momento colapsa, pero yo creo que lo emocional es lo más potente de todo. Todas las mujeres que me consultan pasan por un momento emocional grande, pero no es que todos los que pasan por emociones fuertes hacen un cáncer, sino aquellas emociones fuertes que no fueron bien tramitadas”, aclaró.

“La enseñanza que me dejó esta lucha en mi vida, primero y principal, es que yo agradezco cada día de mi vida la maravilla que es vivir. Me levanto cada mañana con un grado de felicidad que no conocía, con una paz que no tenía, con una alegría de vivir que no tenía. Todos los días pasan cosas, algo, todos los días lucho con temas cotidianos que antes me volvían loca y ahora son cosas comunes que veo cómo voy arreglando pero que no opacan mi alegría de estar en este mundo. Cuántas veces alguien dice ‘me quiero morir’, yo no digo ni loca eso, porque la vida es un regalo espectacular de Dios y hay que disfrutarlo”, finalizó.