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Del campo a las góndolas multiplican precios por 7,1

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Del campo a las góndolas multiplican precios por 7,1

Si bien hay productos que tienen estacionalidad en determinados meses del año, la situación en la Argentina va más allá de ese factor. Hay problemas estructurales que explican por qué lo que paga el público multiplica en tantas veces el costo que tienen las frutas o verduras en el campo. Y no es solamente la fortísima devaluación que arrastra los precios al ritmo de la escapada del dólar. Los altos montos de fletes y logística, la elevada carga fiscal… y los abusos de muchos intermediarios

p14-f1 Cuadro 1 ECOLas alteraciones de precios en la cadena alimentaria se incrementaron fuertemente en enero, una tendencia que está marcando también lo que va de febrero. La diferencia entre lo que pagó el consumidor por los productos agropecuarios y lo que recibió el agricultor aumentó de manera exponencial, impulsada principalmente por el aumento en la brecha de precios de la manzana, la cebolla y la pera, entre otros productos.

Así surge del Indice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el Area de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), para una canasta de 20 alimentos del agro relevada en la segunda quincena de enero.

Durante el primer mes del año la diferencia promedio entre el costo que abonó el cliente en góndola superó en 7,1 veces lo que recibió el productor en el campo, pero nuevamente con desigualdades de entre 13 y 19 veces en alimentos como pera, la acelga, el arroz y la manzana roja, que desde que se comenzó la medición (agosto de 2015), mantienen distorsiones muy marcadas.

 

Las mayores disparidades

Efectivamente, según el IPOD, las mayores disparidades de montos en la cadena durante el mes fueron de: 19,95 veces para la pera que nuevamente fue el fruto de mayor brecha; 15,71 para la manzana roja que en enero pasó a ser el segundo producto con más deformación; 13,42 en arroz que como en diciembre siguió ocupando el tercer lugar; y 13,07 en acelga que pasó del segundo puesto en diciembre al cuarto en enero. En el otro extremo, los frutos o vegetales con menos diferencia fueron: limón con un contraste de sólo 2,44 veces (menor al 3,11 de diciembre); lechuga que se multiplicó en 3,48 (vs 5,91 en diciembre); calabaza 3,62; aceite de oliva 3,74 y pimiento rojo 3,85 veces.

De los 20 alimentos agropecuarios que integran la canasta del índice relevado, en 10 la diferencia entre el precio de origen y el de destino aumentó en enero, mientras que+ en los otros 10 se redujo. Sin embargo, las subas promedio de las brechas fueron más acentuadas que las bajas promedio y por el eso el IPOD mostró el señalado deterioro.

En enero, los productos que más bajaron sus precios al público frente a diciembre fueron: la calabaza (-19,8%), la berenjena (-15,4%) y el aceite de oliva (-10,4%). Sin embargo, en los tres casos también el agricultor recibió menos pago por su cosecha: 16% de rebaja en el caso de la calabaza, 13,1% en la berenjena y 19,2% en el aceite de oliva.

En cambio, una situación de particular desajuste se dio en el caso del brócoli, donde el productor ganó 50% menos que el valor recibido en diciembre pasado pero el consumidor pagó en góndola 14,1% más. Por eso fue uno de los vegetales donde más aumentó la desigualdad en el mes. Algo similar sucedió con la frutilla: el agricultor recibió 16,7% de rebaja mientras que el público pagó 6,9% más en góndola. También se deterioró la situación del repollo: mientras en enero al productor se le pagó 30% menos que en diciembre, el consumidor sólo desembolsó 3,8% menos.

 

Variación de la brecha

En cuanto a la diferencia, el principal incremento durante el primer mes del año ocurrió en el brócoli donde el contraste creció 3,77 veces (de 2,94 en diciembre a 6,72 en enero), seguido por un crecimiento de 2,67 en la manzana roja (de 13,05 en diciembre a 15,71 en enero) y de 2,03 en el repollo (de 5,36 a 7,38).

Por otro lado, en enero el producto con mayor reducción de su brecha fue la acelga que bajó 3,48 veces (de 16,55 en diciembre a 13,07 en enero), la lechuga disminuyó 2,43 (de 5,91 a 3,48) y el ajo tuvo una caída de 1,77 (de 6,78 a 5,01).

Cuando se agrupan los productos por origen, se observa claramente cómo las mayores distorsiones en la cadena ocurren en los de procedencia vegetal.

Efectivamente, mientras el Indice de Precios en Origen y Destino que agrupa a 19 alimentos vegetales (se excluyó leche para esta comparación) alcanzó una brecha de 7,1 puntos en enero, el IPOD que agrupa a 4 productos animales (huevo, carne de pollo, carne de ternera y leche) se ubicó en 4,08, un 8,5% mayor al IPOD animal de diciembre pasado.

Extendiendo el IPOD a una canasta de 23 alimentos donde se combinan los de ambos orígenes, se obtiene una disparidad de 6,58 puntos, 1,7% superior a la de diciembre.

 

Acerca del Indice

El Indice de Precios en Origen y Destino es un indicador elaborado para conocer lo que ocurre con los precios de los principales productos agropecuarios que se venden en fresco en el mercado, desde que salen del campo y hasta que llegan al consumidor.

“Como se desprende de este trabajo, en el recorrido que hacen hasta que llegan a la góndola, se generan un conjunto de alteraciones que suelen multiplicar por varias veces el costo de origen de muchos de ellos”, dice el texto de Confederación de la Mediana Empresa que acompaña las estadísticas.

 

Algunas consideraciones

Y agrega que si bien claramente hay productos que tienen estacionalidad en determinados meses del año, la situación en la Argentina va más allá de ese factor. “Hay problemas estructurales que explican por qué lo que paga el público multiplica en tantas veces el costo que tienen las frutas o verduras en el campo”.

O sea que en este sector no se trata como en otros solamente de los precios que son arrastrados por la devaluación y la disparada del dólar. Aquí se conjugan además “los altos montos de fletes y logística, la elevada carga fiscal y los abusos de muchos intermediarios, explican la evolución irracional que en muchas ocasiones tienen los valores”, concluye el informe.

 

El impacto en comedores escolares

El gasto mensual promedio de un comedor escolar para el corriente año sería de entre 1.600 y 1.900 pesos por alumno, en tanto que el monto necesario para una vianda elaborada en el hogar es casi tres veces menor, unos 600 pesos por mes, según un cuadro comparativo efectuado por la consultora de consumo masivo Focus Market, que se conoció durante el fin de semana último.

El estudio dividió el precio promedio de los costos mensuales de los comedores escolares en los distintos niveles de educación: para el inicial calculó que el gasto mensual es de 1.648 pesos; para alumnos de primero a tercer grado, de 1.755 pesos; y para cuarto grado en adelante, de 1.947 pesos.

Si los padres elaboran una vianda diaria hogareña el costo promedio es de 30 pesos y el gasto mensual se eleva a 600 pesos.

El gasto mensual promedio para el comedor escolar para el nivel inicial es de 82,4 pesos, y por día asciende a 96 pesos; el mensual para primer a tercer grado es de 87,7 pesos y el diario llega a 101; y el mensual para cuarto grado en adelante es 97,3 pesos y el diario es de 110,7.

Para este estudio se tuvieron en cuenta ocho opciones de “salad bar”, plato principal con guarnición, pollo o bife a la plancha con verduras al vapor, e incluso dietas especiales para celíacos.

Se incluyó variedad de postres comunes y light o mesa de frutas de estación, además de agua o jugo, pan banco o negro, aderezos y complementos, y servilletas de papel.

 

Viandas

Para la elaboración de 20 viandas hogareñas, en tanto, se emplearon los siguientes alimentos: pollo, carne, atún, huevo, queso agregado, lechuga y tomate incorporados en sandwiches, tomates cherry como guarnición de carnes y vegetales cocidos como zapallitos y espinacas.

También se incluyeron papas en tortillas, granos de choclo en tartas y ensaladas, bananas, manzanas, cereales, arroz, pan integral, milanesa de soja, lentejas y arvejas, mientras para bebidas se contempló el consumo de botella de jugo o agua.

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