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Desde Cuba con los brazos abiertos

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Desde Cuba con los brazos abiertos
Delia, Roxana y Luis Hernández, en la casa del profesor Daniel Baysre, ayer por la tarde

De visita al país visitaron amigos en Alta Gracia y en esta ciudad. Estuvieron en la casa del profesor Daniel Baysre y se hicieron un tiempo para hablar con EL DIARIO

Delia, Roxana y Luis Hernández, en la casa del profesor Daniel Baysre, ayer por la tarde
Delia, Roxana y Luis Hernández, en la casa del profesor Daniel Baysre, ayer por la tarde

Delia Duque nació en Los Andes venezolanos y un día de aquellos, trabajando como enfermera en el leprosario de Cabo Blanco en Maiquetía conoció a un joven argentino que allí se desempeñaba como bioquímico.

El joven había llegado hasta allí con un amigo, con el que desde Argentina habían partido en motocicleta. Y en ese lugar tan doloroso, bastó el cruce de una mirada entre la venezolana y el cordobés de Hernando, para que el amor brotara como los sentimientos solidarios que en ambos afloraban.

Pocos años después, en 1962 Alberto Granado y Delia Duque se radicarían en Cuba ante el llamado del amigo que ahora se desempeñaba como ministro del Gobierno revolucionario que había acabado con la cruel y devastadora dictadura de Fulgencio Batista.

Y junto al Che Guevara, la pareja formaría parte de la historia grande de América Latina. Granado fundaba en Santiago de Cuba la primera facultad de Medicina y hoy, allí, en ese lugar, una estatua inmortaliza su protagonismo en la Revolución.

 

De paso

Delia, por estos días está en Villa María con su hija Roxana y su yerno Luis Hernández. Vinieron a visitar amigos. Mañana regresan a Alta Gracia, donde están desde hace un par de semanas y en pocos días más a La Habana.

En Alta Gracia están las cenizas de quien fuera el amigo entrañable de Ernesto Guevara, precisamente en el museo del Che.

Los tres visitantes hablan de Cuba y se le enciende la mirada. Sienten un gran orgullo por los logros revolucionarios de su Patria.

Roxana es Máster en Cultura Física Comunitaria; disciplina que Cuba tomó de la ex- Unión Soviética. Ella trabaja con niños de 1 a 5 años y adultos mayores. También implementa la gimnasia profesional aplicada a diabéticos, obesos e hipertensos. Con los más pequeños trabaja en el marco del proyecto estatal “Educa a tu hijo”.

Roxana se prodiga en elogios al sistema solidario, humanista, que caracteriza a su país. Comenta que los adultos mayores se capacitan en la Universidad Comunitaria en Psicología, Medicina preventiva, Arte y otras especialidades. A partir de ahí, se transforman en promotores de la salud en sus barrios, en sus comunidades y donde se los necesite, difundiendo la prevención de todo tipo de flagelos sanitarios.

Por su parte, Luis Hernández es fisioterapeuta, participó de misiones internacionales como la que lo llevó por dos años a Los Andes de Trujillo en Venezuela.

Actualmente trabaja en el Centro Nacional de Rehabilitación Integral Julio Díaz González, de La Habana. Un centro dotado de alta tecnología, con tres piscinas para hidroterapia. El complejo, que cuenta con los elementos científicos y la tecnología de mayor desarrollo, dispone de 400 camas y es el más importante de América. La Cuba solidaria, en ese complejo cuenta con un departamento que se denomina AMI (Asistencia Médica Internacional), donde se atiende a pacientes provenientes de distintas partes del mundo.

La Cuba revolucionaria, comenta Luis, educa en sus universidades de manera gratuita a jóvenes provenientes de países bajo ocupación extranjera, como Palestina y el Sahara Occidental, pero también le ofrece su sistema educativo a estudiantes que provienen de Estados Unidos; pobres que en la potencia del norte no pueden acceder a la Universidad. Cuba los forma como médicos y luego regresan a su lugar de origen con el compromiso de desempeñar la profesión en los sectores más humildes. Muchos afro descendientes del Bronx, encuentran en Cuba el reconocimiento a la dignidad humana que les niega su propio país. Llegan como excluidos del sistema estadounidense y desde La Habana regresan como médicos.

Delia Duque de Granado dice que la continuidad de la Revolución está garantizada porque la juventud es la esperanza de Cuba. Las nuevas generaciones están imbuidas del espíritu humanista que fluye desde las entrañas populares de un país que es ejemplo de solidaridad para el mundo.

 

Beneplácito, pero…

Con respecto al restablecimiento de relaciones con EE.UU., quien fuera la compañera de vida de uno de los dos próceres cubanos nacidos en Argentina, Alberto Granado, manifiesta su beneplácito a la vez que reclama por el fin del bloqueo, que continúa a pesar de las condenas mundiales.

Delia, Roxana y Luis, pasean por las calles de Villa María con la paz interior de quienes consagran su vida al prójimo en el marco de un proyecto nacional iniciado en 1959, cuando el Che y Fidel entraron en La Habana para que nunca más la isla fuera el garito prostibulario de la burguesía estadounidense y sí, una Patria revolucionaria que hasta el día de hoy tiende sus brazos solidarios hacia el mundo entero.

 

Delia expresa su beneplácito por el restablecimiento de las relaciones con EE.UU. pero reclama por el fin del bloqueo.