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Dos integrantes del equipo de Briner se bajaron antes del mes

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Dos integrantes del equipo de Briner se bajaron antes del mes

Dos nuevos funcionarios no alcanzaron a cumplir un mes en la nueva administración municipal. En ambos casos argumentaron “cuestiones personales”. Los problemas financieros son graves, según admitieron

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Fantini y Molina dejaron sus cargos en dos lunes consecutivos

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A los problemas financieros del municipio, se le sumaron abandonos: dos integrantes de la nueva gestión que encabeza el intendente Carlos Briner abandonaron su puesto a menos de un mes de asumir en la Municipalidad de Bell Ville.

Se trata del secretario privado del mandatario, Eduardo Fantini, y el director de Defensa Civil, Germán Molina, un área muy sensible para la ciudad por las invasiones del río Ctalamochita en los últimos dos años.

La buena es que hoy «todos los trabajadores podrán cobrar el resto de su sueldo», según confió una fuente de Gobierno. Habían emitido un comunicado oficial advirtiendo que la ayuda financiera no llegaba y se complicaba el depósito de haberes para cumplir un cronograma de pagos pactado de antemano.

 

Nada personal

En primer lugar, vale mencionar que el funcionario que asumió como secretario privado del intendente es un amigo de toda la vida de Briner, con un rol importante en la campaña preelectoral pero, según marcaron, un hombre nuevo en la política participando de la denominada «mesa chica» de las decisiones. Sin embargo, carga con el prestigio de su padre, Eduardo Fantini (también), reconocido médico quien fuera años atrás destacado por su lucha en pos de la salud pública y exdirector del Hospital Regional de Bell Ville. Los consultados indicaron que a la hora de la despedida, el novel secretario argumentó «cuestiones personales» y presentó su renuncia el lunes 4, esto es, 25 días después de asumir.

Por su parte, Molina se bajó una semana antes. El joven, de unos 30 años, a quien se le reconoce un amplio conocimiento técnico para llevar adelante su función, fundamentó lo mismo. De todas maneras, desde el municipio desconocen el verdadero detonante del caso, aunque afirmaron que la Junta Municipal de Defensa Civil, que tan buen desempeño tuvo en las inundaciones de 2014 y 2015, volverá a funcionar este año (la misma está integrada por Defensa Civil, el intendente, Bomberos Voluntarios y la Policía de la Provincia).

 

Sueldos en el día

Por otra parte, y lo que causó mucha preocupación tanto en la numerosa planta de empleados municipales como en las autoridades, fue contar con los fondos suficientes para afrontar el pago del 70% de los salarios que restaba depositar.

Es que tal como se había acordado con los dirigentes gremiales del sindicato de municipales en tres encuentros que se realizaron, restaba ese porcentaje, habiendo convenido el pago del 30% de los sueldos de diciembre por adelantado, antes de la fiesta de Navidad, y el medio aguinaldo antes de la celebración del año nuevo.

Habiendo cumplido los dos primeros, la cuestión se había complicado, pero la tarde del martes apareció el dinero.

En conferencia de prensa, el martes, el propio Briner se encargó de narrar que el 22 de diciembre viajó a la ciudad de Córdoba para solicitar ante el Gobierno provincial un adelanto de la coparticipación por la suma de 12 millones de pesos. Desde el área de Comunicación del municipio también indicaron que el 29 de diciembre el intendente tuvo una larga espera de más de seis horas y no fue atendido ni recibido, no consiguiendo respuesta alguna a su pedido.

Recordaron que desde el mismo Ministerio de Gobierno se comprometieron al envío de dos millones en calidad de adelanto, que hasta el mediodía del martes 5 no había aparecido. En esas gestiones a contrarreloj para revertir la situación, tal como lo contaron, por la tarde llegó como un mágico regalo de Reyes.

Esto permitirá cerrar el cronograma de pagos hoy y nada más. Para que el municipio pueda funcionar, estimaron las autoridades, será necesario saldar cuentas, ya que al asumir el equipo de Briner se encontró con lo que denominaron «maniobras dudosas» de partidas presupuestarias puntuales que fueron destinadas a pago de sueldos y una deuda a proveedores por 17 millones de pesos, con un haber en caja de 400 mil pesos y sin coparticipación.

Frente a ello, encargaron una auditoría que será llevada a cabo por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y que estaría lista en marzo próximo.

Dijeron que se trata de un «proceso de reacomodamiento» y manifestaron que los dos millones de pesos complementaron un aporte importante que se dio a partir de una moratoria a la que se acogieron los contribuyentes.

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