Escribe: Luisina Maldonado Arquitecta MP: 1-0351 Teléfono: (0353) 154256052 Hernando

La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado de 2 a 4 cm por década.

Esta cifra cobra significado cuando se suma a otra que nos dice que a nivel mundial la construcción y operación de edificios en las ciudades son responsables del consumo de casi el 50% de los recursos energéticos y generan más del 50% de los gases de efecto invernadero (GEI), ello sin mencionar las miles de toneladas de residuos de la construcción diarios que se producen en las ciudades, (incluyendo las de la provincia de Córdoba), ubicando la industria de la construcción en uno de los cinco factores más influyentes en la degradación general de la tierra, el agua y el aire global.

Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera son causadas por las emisiones de combustibles fósiles (carbono, petróleo, gas natural) desde 1750. El calentamiento es universal, hemos tenido los últimos 30 años más cálidos de los últimos 1.400 años.

La influencia humana sobre el clima es clara y ya hay impactos:

-Cambios abruptos e irreversibles en los ecosistemas y especies en extinción, aumento de tamaño y magnitud de las islas de calor urbanas (ejemplo: la ciudad de Córdoba).

-Aumento de la desertificación urbana y crisis de agua, con el efecto de propagación de vectores y enfermedades.

-Pérdida de tierra por aumento del nivel del mar y el descontrol del régimen de lluvias (monzonización), lluvias intensas de manera estacional y luego un extremo período de sequía produciendo riesgos potenciales como inundaciones para ciudades con sistemas de drenaje deficientes.

-Aumento de la temperatura global y aumento del consumo energético para proveer a la ciudad por el clima extremo.

Para mejorar

La mirada hacia el futuro es la adaptación al cambio climático por medio de:

-Reformular el modelo de asentamiento urbano y hacerlo sustentable. La ciudad compacta tiene mayor densidad poblacional, disminuye el uso del automóvil, requiere menor consumo energético y la factibilidad de implementación de infraestructuras y equipamientos.

-Diagnosticar las partes de los edificios, a través de las certificaciones y etiquetaciones edilicias, herramientas para medir y mejorar el diseño, construcción y gestión.

-Implementar tecnología, realizando un equilibrio entre tecnología y medio ambiente.

-Desarrollar programas de restitución del equilibrio.

Hacia el futuro

Para el camino eficiente, diez países presentaron sus metas de mitigación al año 2020 (Acuerdo Copenhague/Cancún) y planteándose como objetivo principal no más de 2 º C de calentamiento al año 2050, con una reducción del 50% de las emisiones de GEI.

En cuanto a nuestro país y Córdoba ya se trazaron algunas metas:

-Programa de prevención y acción ante riesgos ambientales.

-Ordenanza 12.302: Regula la incorporación de energía solar térmica, producción y abastecimiento de agua caliente sanitaria, para edificios públicos y nuevos, planes de viviendas municipales.

-Programa Nacional de la energía para recambio de luminarias más eficientes en edificios y alumbrado público.

-Convenio de Construcción de ciclovías para fomentar el uso de bicicletas.

-Monitoreo del Río Sequía y sus efluentes, monitoreo del aire y marco regulatorio del transporte público de pasajeros, disminuir los GEI de vehículos.

-Mejorar sistemas de aislamiento térmico y climatización.

-Proteger y aumentar la superficie cubierta de vegetación, especialmente árboles.

Pensar en el futuro inmediato, implica la gestión eficiente del diseño, construcción, uso de edificios, de los recursos renovables, agua y energías alternativas. La eficiencia como máximo potencial, no solo por el ahorro de los recursos sino también como exponente en la tasación del inmueble.