El milagro de la nutrición

Un estudio estadounidense realizó una investigación que se basó en 1.500 chicos en edad escolar y lo interesante es que se comparó con chicos de la misma edad de la década del 70. ¿Quieren saber cuál fue la conclusión?

Que los hábitos alimentarios cambiaron sustancialmente, ahora comen más afuera, las porciones ingeridas son supersize (más grandes) y la comida es más calórica.

Y este cambio en la dieta diaria perjudica la salud de los más chicos y afecta la vida de la adultez. No cuidar la cantidad y la calidad de la comida que se ingiere y las bebidas que se toman puede conducir a la obesidad y a otras enfermedades.

Para empezar, hay que aclarar que en la Argentina 6 de cada 10 hogares donde viven chicos y adolescentes no pueden cubrir una canasta de alimentos básicos. Pero en las familias que no tienen estos problemas económicos, la alimentación de los niños tampoco es buena.

En general los chicos comen de manera poco saludable y en forma desordenada, los hábitos alimentarios son malos: saltean el desayuno, se atoran con golosinas en los recreos, comen picadas a deshora y se llenan de fast food (comida rápida) los fines de semana.

Lo cierto es que todo cambio social repercute en el hogar. Evidentemente, desde que la mujer trabaja más la comida casera quedó casi en el olvido y cada vez se comparte menos la comida en familia, que previene de alguna forma e padecimiento de trastornos en la alimentación: sobrepeso, obesidad, bulimia y anorexia.

Enseñarles a nuestros hijos a comer más algunos alimentos y a moderar el consumo de otros es empezar a formar en ellos nuevos y mejores hábitos alimentarios que le garantizaran un bienestar futuro.

Hasta nuestro próximo encuentro…