Cuando los ricachones franceses abandonaban los salones donde habían consumado fastuosas fiestas, sus empleados, los pobretones que trabajaban para ellos, armaban su propio jolgorio en ronda; algunos cantando, otros contando chistes o haciendo alguna destreza circense.

Palabras más, palabras menos, el actor Juanchi Domínguez en la piel de Madame Moustache, presentada como la “travesti para toda la familia”, reseñaba el origen populoso, marginal y -vaya si no- político del cabaret.

Porque más allá de toda la grandilocuencia risueña del espectáculo, emergieron fuertes tomas de posición en distintos pasajes de “Medio mundo cabaret”, la puesta teatral independiente que arribó por primera vez a Villa María el domingo a Escena.

Desde la mentada introducción, pasando por la canzonetta napolitana “Tu vuo fa l’americano” en la previa interpretada por la increíble Joanna Mumi Tubert en voz y bandoneón, que acusa el contraste de los inmigrantes italianos en la América del Norte, hasta la declamación final contra todo tipo de violencia del híper gracioso personaje “Súper Culeao, el superhéroe cordobés”, encarnado por el talentosísimo Nico De Angeli, sirven de espejos reflexivos luego de la carcajada.

También, las criaturas de dicho actor (al igual que Tetero el Cuartetero), abordan con ingenio y generoso histrionismo los bordes visibles de la idiosincrasia esterotipada de Córdoba capital.

Como aspectos que se orientan hacia la deconstrucción de lo establecido, una actriz caminó literalmente en tetas por entre el público y el escenario mientras que la villamariense Florencia De Marchi, actriz y modelo, compuso una “anti-princesa”: Higienicienta.

J.R.S.