Por los altos precios y la delicada situación económica, la venta de carne de vaca disminuyó y aumentó la de sus sustitutos. Carniceros locales ven cambios en hábitos de consumo

“Te dejo este lomo más barato, porque no lo vendo”, le dijo un carnicero de nuestra localidad a un vecino que estaba comprando en su negocio. Esta frase es el reflejo de lo que muchas carnicerías de nuestra ciudad están viviendo.

“Charlando con colegas, me dicen que han bajado un 20% o 30% las ventas. Conozco varios que han bajado mucho”, le dijo Ceferino de Mercado Mitre a EL DIARIO.

“En porcentaje, creo que disminuyó un 40% la venta. Incluso nosotros ya compramos menos porque nos sobra, no la vendemos. Si antes pedíamos siete faenas, ahora pedimos cuatro o tres”, comentaron desde la carnicería Raka.

“Esto se da en general, hablando con carniceros, todos están en la misma. Pero pasa con el comercio en general. Es una cuestión lógica. Ganamos lo mismo que hace dos años. En este país aumentó todo menos los sueldos”, agregó.

“Manejamos mucho el cartel en la vereda, porque es la única forma de que entre gente, con las ofertas”, cuentan Marcos y Daniel de la carnicería Delpino.

“El lomo o peceto los tenemos que ofrecer para que los lleven, antes los pedían”, comentaron.

En remplazo están buscando aguja o falda: “El cerdo lo empezamos a venden a mitad de año, es lo que más se nota que empezaron a comprar. No es lo que más le gusta a la gente, están acostumbrados a la carne, pero no les queda otra”.

“Los fines de semana buscan llevarse para un asado, pero por ejemplo, vacío, un viernes a la tarde ya no habría más en otra época y hoy tenemos. Bocado y cortes más económicos sí llevan. Los mismos vecinos del barrio nos dicen ‘para comer un asado compramos, pero para la semana no porque es mucha plata’. La gente no se guía más por la calidad de la carne, sino por el precio”, explican.

Cambio de hábitos

“Comen más cerdo, eso es evidente. Antes se laburaba con cerdo un poco menos, ahora hay más cortes”, cuentan desde la carnicería Delpino. Según relatan, hoy en día se ve menos consumo, “hace un año que cambió”.

“Se empezó a notar todo el año y desde mitad del año pasado se nota mucho más. Los cortes más caros no te los llevan, por ejemplo, costilla”, dijeron y agregaron: “Esto es una carnicería en donde el matambre es excelente, el que quiere comer un buen matambre viene acá; está bien que sale $185 el kilo, pero hoy se consume menos”, contó Marcos de Delpino y agregó: “Antes, los sábados no nos quedaba nunca nada. Hace seis años que estoy acá y no había pasado nunca que sobre un matambre un fin de semana, es más, faltaban. El peceto, igual”.

Más pollo y cerdo

Hay encuestas que ya están diciendo que el consumo de pollo y de cerdo, hoy está igual que el de carne de vaca. Históricamente la carne no se remplazaba con nada.

Todos los carniceros coinciden con este dato: “Ahora se manejan más el pollo y el cerdo, porque son más baratos. Los primeros días del mes se mueve y después no vienen más. Esto lo noto desde principio de año, desde que arrancó el nuevo Gobierno. El asado ha mermado mucho. Para las fiestas se han vendido más bichos enteros, que estaban más baratos que la carne vacuna”, explicó Raka.

El volumen de venta, a nivel general, se mantuvo, pero cambió la forma de consumir: “Antes, la res de vaca se comía mucho en la semana, salía mucho el asado. Ahora se tranquilizó eso, pero el fin de semana se sigue vendiendo asado”, explicó Ceferino.

Los cortes baratos salen más que antes, llevan carne molida, aguja y el asado viernes, sábado y domingo: “Antes era parejo todos los días, han dejado de comprar para el asado algunos cortes como falda o carré de aguja”, explicó Ceferino.

El cerdo se empezó a usar en la semana y también para el asado de fines de semana.

“En comparación, la carne de cerdo es un 30% más barata que la de vaca y se ha empezado a vender mucho.

El pollo aumentó el consumo en todo lo que es deshuesado: pata deshuesada, pechuga, más que el pollo entero porque así te rinde. El pollo entero no te rinde”, añadió.

“La milanesa de pollo también aumentó una barbaridad y la de carne bajó”, contaron.

En algunas zonas de la ciudad no disminuyó el consumo, pero sí cambió la forma de comprar: “Es verdad que la gente de este barrio tiene posibilidades de comprar, en los barrios periféricos de la ciudad ha bajado más. Y los que pueden comprar, así mismo, han empezado a consumir los cortes más baratos, pero el asado lo siguen llevando”, agregó el dueño del Mercado Mitre.

Contando las monedas

En el mes hay dos fines de semana que se vende un montón y uno que prácticamente no se esta moviendo y “eso no nos había pasado nunca”.

“Los domingos no abrimos, entonces los sábados siempre se llenaba y se llevaban todo, pero ahora hay sábados que estamos a la tarde y no entra nadie. El que viene, si tengo ofertas, nos compra”, contó Daniel de Delpino, quien afirma que el pizarrón afuera es lo que llama a la gente, la oferta: “Carne molida, aguja, falda, cerdo, pulpa de cerdo, es lo que se vende hoy y antes la gente ni lo pedía. Le van buscando la vuelta”.

“Hoy vienen y piden, por ejemplo, ‘dame 40 pesos de carne molida’. Ya no te piden un kilo o medio kilo. Cuentan los billetes y te piden que les des lo que alcance con lo que tienen. Cada vez se nota más”, expresaron.

Julio Raka ve lo mismo en su carnicería: “Antes ya venía medio bajo, pero hace un año se paró. Lamentablemente es así, la gente no compra kilos, hoy compra por lo que tiene y que no te pases un peso. Si tienen 20 pesos, compran milanesas por esa plata, ni un peso más, o 12 pesos de bife, y es 12 pesos. No es que no quieren, pero todos te dicen ‘no me alcanza más la plata’”, detalla.

«Yo trabajo normal. En esta época de verano se trabaja un poco menos, pero es porque están de vacaciones. En los supermercados siempre hay entrada de gente. La gente es muy exquisita, pero siempre hay quienes llevan el corte común, más barato, o los cortes especiales. Mayormente es parejo. En esta zona vendo lomos todos los días. El pollo se vende normal, pero van más a la pollería. No me cambió la venta, incluso creo que me ha subido un poco, por suerte para abajo no», contó Marcos de la carnicería del supermercado Primavera, el único que no comparte la visión de sus colegas.

DELPINO

“Antes, los sábados no nos quedaba nunca nada. Hace seis años que estoy acá y no había pasado nunca que sobre un matambre un fin de semana, es más, faltaban. El peceto, igual. Manejamos mucho el cartel en la vereda, porque es la única forma de que entre gente, con las ofertas. La gente no se guía más por la calidad de la carne, sino por el precio, se cuida de gastar en todo y en el alimento también”. Marcos y Daniel

RAKA

“Bajó muchísimo LA VENTA. La gente consume menos porque la plata no le alcanza. Los sueldos están congelados, la plata es la misma de siempre. Vos ganás lo mismo que hace dos años atrás y las cosas han aumentado debido a la situación económica. Lo peor ES que no veo que empiece a repuntar, está cada vez peor. Ahora, con el aumento del combustible seguro vuelve a aumentar todo”. Julio

MERCADO MITRE

“Charlando con colegas, me dicen que han bajado entre un 20% o 30% las ventas. Conozco varios que han bajado mucho. En comparación, la carne de cerdo es un 30% más barata que la de vaca y se ha empezado a vender mucho. El pollo aumentó el consumo en todo lo que es deshuesado porque el entero no te rinde. La Milanesa de pollo también aumentó una barbaridad y la de carne bajó. Cambió la forma de comprar”. Ceferino

PRIMAVERA

“Siempre hay gente que lleva el corte común, más barato, o los cortes especiales. Mayormente es parejo. En esta zona vendo lomos todos los días. El pollo se vende normal, pero van más a la pollería. No me cambió la venta, incluso creo que me ha subido un poco, por suerte para abajo no. se trabaja un poco menos porque están de vacaciones, Pero en los supermercados siempre hay entrada de gente”. Marcos

Datos nacionales

Según Ciccra, a nivel país cayó 8,3%

El consumo por habitante de carne vacuna se ubicó en el promedio de los primeros 10 meses en 55 kilogramos por año, lo que implica una caída del 8,3% interanual, indicó un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

«Por su parte, el promedio móvil de los últimos 12 meses fue de 55,4 kg por habitante por año en el décimo mes del año, resultando 7,3% inferior al de un año atrás», precisó, el segundo nivel más bajo de los últimos 16 años, apenas encima de los 54,5 kilos de 2011.

Con mínimas variaciones en las cifras, en la misma comparación entre enero y octubre de 2016 el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) había detectado que el consumo de carne bovina retrocedió este año a su nivel más bajo en los registros históricos, con un promedio móvil de 55,2 kilos anuales por habitante y una merma del 8,2% respecto de 2015. En el mínimo anterior, de 2011, el IPCVA había registrado un consumo promedio de 56 kilos.

En otro aspecto, Ciccra calculó que las exportaciones de carne en 10 meses habrían crecido 16,2% interanual, mientras que en ese lapso bajaron los niveles de faena y producción.

El consumo interno «absorbió 90,6% de la producción total, es decir, 1.963 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h)», lo que representa una merma del 7,4% interanual.

«A la inversa, en los primeros 10 meses del año las exportaciones habrían llegado a 204,5 mil tn r/c/h, ubicándose 16,2% por encima del nivel registrado en enero-octubre de 2015», subrayó.

En materia de precios, indicó que el valor de la hacienda en pie exhibió en octubre una disminución del 4% mensual.

En cambio, el precio en el mostrador la carne vacuna «continuó subiendo a un ritmo muy moderado (0,7% mensual)» y algo similar ocurrió con la carne porcina (1,1%), mientras que la carne aviar «registró un salto del 5,5%, constituyéndose en el segundo mayor aumento del año».

En la comparación interanual, la carne aviar fue la que mostró el mayor encarecimiento, con 45,6%, en tanto que el valor de la carne vacuna subió 41,9% y el de la carne porcina trepó 31%.