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El corazón Verde se impuso a la indecisión de Colón

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El corazón Verde se impuso a la indecisión de Colón
Maximiliano Demarchi busca receptor para enviar el pase. El defensor del Verde ganó un duelo clave del partido ante Diego Pereyra, atacante de Colón

LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – Interzonal A y B – 4ta. fecha

Rivadavia, que jugó en inferioridad numérica casi todo el partido (dos rojas en el primer tiempo), obtuvo un valioso 1 a 1 en el clásico ante su archirrival. Páez adelantó al local y empató Morre, ambos de tiro penal

Los penales: el tanto de Ojito Páez, para el 1 a 0 parcial

Escribe: Juan Pablo Morre

Cada clásico, deja su historia. Algunos quedan rápidamente en el olvido, otros quedan en la historia y varios perduran cierto lapso de tiempo, hasta que aparece otro que lo obnubila. Y el de ayer, tal vez no fue el de los mejores en cuanto a virtudes futbolísticas, pero dejó un ganador emocional: Rivadavia.

Lucas Morre ya sentenció el 1 a 1, minutos después

El nuevo clásico resultó un 1 a 1 entre Rivadavia y Colón, en cancha del Verde, con goles que llegaron por penales que inventó el árbitro Marcos Romera (de otro modo, el 0 a 0 parecía inamovible), y en el cual los otros ítems importantes que dejó el trámite fueron las dos rojas del local, ambas en la etapa inicial.

Y esas expulsiones marcaron indudablemente el trámite del partido y, dentro de ese panorama, el anfitrión, tras el pitazo final, le cayó de para bienes al Verde porque jugó en inferioridad numérica más de 85 minutos (y, de los cuales, más de 20 lo hizo con nueve).

Es que, en gran parte del partido, se impuso el sólido trabajo defensivo del Verde (apuntalado por la fortaleza de su dupla central), el sacrificio colectivo y la practicidad de generar riesgo cuando encontraba precisión en las réplicas.

Y, en contrapartida, desnudó las falencias de un Colón que, ante lo que acontecía en el juego, se mostró irresoluto y esencialmente, carente de decisión de ir a ganar el clásico.

Mucho tuvo que ver que el local estratégicamente y tácticamente se reacomodó a lo que pedía el cotejo y mostró personalidad para superar las adversidades que le presentó el clásico; todo, con varios juveniles en cancha.

Por lo tanto, el empate le recae responsabilidad a la visita porque, si bien prácticamente tuvo a su once ideal en cancha, dejó una opaca imagen, escaseó de rebeldía individual y colectiva para usufructuar las oportunidades que le brindó el partido.

En el amanecer de un clásico que insinuaba intenso, Gayoso, pese a tener ventaja para avanzar por el costado, impactó claramente con su brazo izquierdo sobre Santiago Luna Broggi (a la altura del cuello) y vio la justa roja del árbitro cordobés Marcos Romera.

Esta roja modificó las idea inicial del anfitrión, que entonces agrupó líneas en campo propio y aisló a Páez, quien debió trabajar en soledad y de espaldas, ante los centrales rivales.

El cimbronazo de la expulsión a Gayoso incidió en el ánimo del Verde, que cometía faltas innecesarias, propias del nerviosismo en esos primeros 20 minutos del clásico, en donde Colón, con Tottis con cierta libertad para moverse en zona media, se mostró más aplomado y circuló la pelota con prolijidad, aunque -como iba a ser una constante en el cotejo- sin profundizar.

De todos modos, pasados los 25’, Samuel Garis mostró el camino para atacar a Colón, gestando una oportunidad que concluyó con un tiro elevado de Tobías Ripa.

Entonces, si bien no se terminó bien la jugada, a partir de allí el local se dio cuenta que podía herirlo al rival, y empezó a crecer, ganando continuamente los duelos individuales, esencialmente obstaculizando el tándem Luna-González y Pereyra que buscó explotar Colón, y con Fonseca-Ripa tapándole los circuitos de Tottis-Menegotto.

En ofensiva, además, Páez, con los despegues de Demarchi y Gudiño, fue influyente, y así llegaron dos salvadas al extremo de Depetris, en el arco de Federico Pedernera, y una chance que el propio Pascual no logró definir (quiso rematar, cuando la jugada pedía cabezazo).

Igualmente, a los 33’, llegó la otra expulsión. Fonseca, amonestado, cometió otra falta que ameritó a la segunda amarilla  y también se fue a las duchas. Es decir, a todo lo bueno que en el plano colectivo y estratégico visualizaba en el campo de juego Rivadavia, se opacaba con dos fallas individuales.

Y así, con nueve contra once, se fueron al descanso, con incógnitas por ambos lados. Y a esas respuestas, las siguió mostrando Rivadavia, que continuó con la estabilidad defensiva del primer tiempo, y un Colón extendiéndose en sus pases laterales y sin desequilibrar en los últimos metros, ni con juego asociado ni inspiraciones individuales.

Los de Comba, de todos modos, mostraron otra mentalidad en esos primeros minutos y  fue así que tuvo su primer tiro al arco, a los 8 minutos, cuando Machado remató a las manos de un ubicado Berardo.

De todos modos, como respuesta, llegó el primer penal inventado por Romera, ya que Páez fue a pura velocidad hasta el área rival y allí llegó el cierre totalmente limpio de García; era córner, pero el referí increíblemente cobró penal.

Entre las quejas, José Ledesma, recién ingresado, agredió a Javier Demarchi y vio la roja, dejando a Colón con diez.

Finalmente, luego de algunos minutos, Ojito Páez remató desde los doce pasos y anotó el 1 a 0.

La ventaja, por cómo se dio (penal mal cobrado), no debió existir, pero se justificaba porque Rivadavia, con nueve hombres, había hecho mejor los papeles y, hasta allí, había triplicado al rival en chances de gol.

De todos modos, sólo duró tres minutos la ventaja del local. Es que, a los 22’, Menegotto remató desde el vértice del área, y la pelota impactó en Garis, quien fue a tapar de perfil y con su brazo pegado al cuerpo, y allí dio la pelota.

El referí, equivocándose (el brazo del defensor no extendía su radio de cobertura), cobró el segundo penal de la tarde, y del mismo se hizo cargo Lucas Morre, quien facturó el 1 a 1 con tiro cruzado (Berardo eligió el otro costado) y dejó las cosas en pardas.

Sin embargo, en los minutos finales, ni Colón fue una tromba (ahora con un jugador más) si no que continuó con sus errores y Rivadavia entendió definitivamente que el punto era negocio, acertando además su entrenador en el momento de los cambios, para oxigenar a su equipo.

Entonces, el 1 a 1 llegó por decantación cuando Romera hizo el pitazo fnal, pese a que ambos tuvieron una oportunidad más (Depetris, en una pelota parada, no logró rematar cómodo y, para el local, Gudiño cabeceó desviado, en tiempo recuperado).

En definitiva, el duelo cabralense, entonces, repartió puntos, pero dejó con mejor semblanza al Verde, por cómo aconteció el juego, y con autocrítica en Colón que, internamente, tuvo muy en claro que dejó ir una gran chance de festejar en el clásico.

 

Minuto a minuto

Primer tiempo:

4’ roja a Gayoso, por agredir físicamente a Luna Broggi.

21’ primera chance de gol, y fue para el local, pero el juvenil Tobías Ripa tiró elevado.

25’ combinaron Páez y J. Demarchi, quien en su intento de asistir al Ojito le permitió a Depetris desviar el córner, casi anotando en contra de su valla.

26’ de ese tiro de esquina, el arquero Pedernera no pudo agarrar la pelota en las alturas, la pelota le quedó a Garis y su remate fue desviado en la línea por Depetris (con su cabeza).

32’ Páez, en otra réplica, recibió y jugó con Fonseca, quien observó la diagonal de Gudiño en el área y le mandó un centro-pase, pero Tomate no logró impactar la pelota.

34’ Fonseca  -amonestado- cortó un avance de Colón con falta sobre Menegotto y Romera lo expulsó con doble amarilla.

 

Segundo tiempo:

8’ Machado captó un rebote en la media luna del área mayor y sacó un tiro sin problemas para Berardo.

16’ en otra contra, Páez fue hasta el fondo y llegó el cierre limpio y certero de García. Romera, equivocado, cobró penal.

19’ 1-0: Ojito se hizo cargo de la ejecución y anotó el 1 a 0 con tiro cruzado y rasante, que casi desvía Pedernera.

22’ Menegotto se quedó con la pelota a metros del área grande y saca un remate que impacta en el brazo de Garis, pero el cual estaba pegado a su cuerpo, sin clara intención de impedir la trayectoria de la pelota; de todos modos, el árbitro Romera sentenció el segundo penal de la tarde.

24’ 1-1: Morre, con tiro cruzado, anotó el 1 a 1.

35’ en un centro al área del verde, la pelota viajó hasta el segundo palo y allí apareció Depetris y, arrojándose al piso, remató desde un ángulo cerrado pero sin acertarle al arco.

47’ La última del clásico. Gudiño, de gran esfuerzo físico, llegó hasta el área rival para recibir el centro de su compañero pero cabeceó totalmente desviado. De igual modo, el línea había levantado el banderín.

 

La figura

Samuel Garis

Garantía total. Anticipo, quite, cabezazo, cierres y todo, con una limpieza total, sin cometer foules. Otra actuación para ratificar la admiración del público Verde. También fue importante el combo Ferreyra y Gudiño, las apariciones de Páez y el PT de Javier Demarchi. En Colón, Tottis manejó bien la pelota y Depetris mostró certezas en el fondo.

 

El árbitro

Marcos Romera

Exceptuando los penales, tuvo un clásico correcto, sin mayores inconvenientes y acertando en las tres expulsiones, mostrando personalidad; sin embargo, cobró esos dos penales inexistentes, uno por bando, que opacó su actuación.

 

MARCELO SANTONI

El clásico contó con un interesante marco de público de ambos clubes

“Sacamos un puntazo”

El fútbol abarca un sinnúmero de sentimientos que, a veces, no siempre ser ganador significa triunfar en un resultado, sino exponer virtudes que tienen que ver con emociones internas que marcan un partido.

Y así fue la semblanza del Verde. Porque si bien se trató de un 1 a 1 en el clásico y en condición de local, Rivadavia tuvo varios atenuantes que remarcan el valor del punto: prácticamente sin la mitad de su equipo, con varios pibes en cancha, que vienen de las entrañas del club, dos rojas en el primer tiempo… todo ante el archirrival.

Pero logró salir airoso de un clásico difícil y eso dejó muy satisfecho al entrenador Marcelo Santoni, quien remarcó: “Sacamos un puntazo. Arrancamos a los dos minutos con la expulsión de (Nicolás) Gayoso y después la de Alan (Fonseca), pero la verdad que el equipo jugó cómo tiene que jugar un clásico y dejaron todo. Estoy muy orgulloso, nunca fuimos superados y me voy muy contento”.

A continuación, agregó que “Colón no nos pateó al arco en el primer tiempo y nosotros tuvimos dos o tres y otra que sacó Depetris sobre la línea. Es muy difícil jugar al fútbol con uno menos y ni hablar con dos, pero de igual modo tácticamente nos paramos muy bien, hicieron caso los jugadores y sacamos un gran resultado”.

“Le dimos la pelota a ellos y no supieron qué hacer”, sentenció.

“Los jugadores son los verdaderos protagonistas; igualmente, estoy muy feliz porque uno plantea cosas y me hicieron caso; los pibes estuvieron muy bien, los grandes, como Samuel (Garis), estuvieron sosteniendo al equipo desde atrás, y ellos nunca nos tuvieron contra las cuerdas, solo manejaron la pelota en campo de ellos”.

También indicó que “Berardo, como siempre dije, es el mejor arquero de la Liga; Chumpita es un espectáculo; Falucho (Ferreyra) está respondiendo muy bien y sabemos los que nos brinda Maxi (Demarchi). En el medio son todos pibes, que están haciendo sus primeras armas… En esto, cuando no se puede jugar bien, hay que correr y meter y a eso los jugadores de Rivadavia lo entendieron”.

“Esto es un premio a lo que uno trabaja, a unos dirigentes que siempre están al día con los jugadores y un premio para estos chicos, que nunca bajaron los brazos cuando estuvimos con dos menos”, sostuvo.

Sobre la labor del referí, expresó: “De los árbitros no habló ni cuando me dan a favor ni cuando me dan en contra. Para mí no fueron penales ningunos de los dos; y me duele la expulsión de Gayoso, porque es un jugador fundamental para nosotros”.

Por último, también hizo referencia al próximo rival, y apuntó: “Alumni anda bien e indudablemente nosotros tenemos muchas bajas. Del equipo campeón me faltan seis o siete jugadores, pero los pibes están haciendo una buena campaña y esperamos que Dios nos ayude y vuelvan rápido los muchachos de Alem”.

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