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El día que volvió el campeón… ¡de la pizza!

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El día que volvió el campeón… ¡de la pizza!
Pablo Gil sueña con abrir una escuela en Argentina donde se enseñe a hacer la “verdadera pizza”

Luego de obtener dos títulos internacionales regresó a su pueblo natal para compartir el producto con el que ganó en Italia. Realizó todas las noches un show de piruetas con masas

Pablo Gil sueña con abrir una escuela en Argentina donde se enseñe a hacer la “verdadera pizza”

Entre la vorágine que se vive en Laborde en la semana del Festival del Malambo, que concluyó anoche, se podía observar todas las noches afuera de un pequeño local una persona que revoleaba las masas de pizza de tal forma que atraía a cientos de transeúntes.

Se trataba de Pablo Gil, un labordense que fue campeón del mundo en la competencia de pizza clásica en Parma, Italia en 2015 y campeón nacional en la misma competencia desarrollada el año pasado, la más importante del planeta en ese rubro.

Hace 10 años decidió instalarse en la ciudad de Córdoba para trabajar en una pizzería céntrica donde terminó de aprender el oficio, luego de haber empezado a amasar en un bar de Laborde.

“Hacía diez años que no volvía a trabajar a mi pueblo. No tengo palabras, me sorprendió porque llenamos todas las noches y fue una experiencia hermosa, lo único que puedo decir es gracias”, comenta emocionado Pablo Gil, quien llegó a ese torneo en Italia tras viralizar en las redes sociales sus videos haciendo piruetas con las masas.

“Varios programas de televisión como Cocineros Argentinos y Tu Mejor Sábado (de la productora de Tinelli) me llamaron y ahí me empecé a hacer conocido”, detalló el maestro pizzero.

Llegó a practicar hasta 12 horas por día para desarrollar la habilidad que dejó atónita a las miles de personas que vieron su material por la web. “Al principio lo hacía con rejillas mojadas que cortaba en forma redonda para emular la forma de la masa, hasta que descubrí que venían unas de silicona que servían para practicar”, señaló.

En 2015 la de rúcula especial con jamón y morrones y en 2016 la pizza con mollejas fueron las variedades que le permitieron obtener los dos campeonatos con los que cuenta en su haber, ambos desarrollados en el país europeo.

“La primera que hice en mi vida fue una tipo pancho. Me acuerdo que le había puesto poquita mozzarella, queso cheddar, salchichas; como si fuera un pancho. Tenía unos 11 años”, recuerda Pablo tras ser consultado sobre su primera pizza.

“A los 18 años empecé a trabajar de soldador y después empecé a hacer pizzas en una disco bar de Laborde. En el 97 me voy a Córdoba a trabajar con mi hermano y ahí terminé de aprender el oficio”, indicó.

“Me parece importante preservar la calidad de la pizza y no verlo sólo como un negocio”, concluyó el cocinero.

Su sueño es poner una escuela en Argentina donde se enseñe a hacer la “verdadera pizza”.

A esta altura de la nota, y después de tanta belleza para el paladar… ¡marche una especial!

 

EL MALAMBO

Los 50 años: mucho público y gran nivel

Tal como había anticipado a nuestro medio el presidente de la comisión organizadora, Daniel Passetti, la edición 50º del Festival Nacional del Malambo fue, sobre todas las cosas, emotiva y con mucha asistencia de público (unas 12 mil personas hasta anoche).

Hubo homenajes a integrantes de la primera comisión y destacados momentos como el regreso a los escenarios de María Soledad Gamboa, artista labordense quien fuera amadrinada por Mercedes Sosa luego de consagrarse como juvenil en Cosquín años atrás.

Al cierre de esta edición, el campeón nacional Fernando Desanti (foto) se preparaba para entregar el título, que iba a quedar entre los finalistas de Neuquén (actual subcampeón), Buenos Aires, Salta y Tucumán en la categoría Malambo Mayor.

 

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