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El pensamiento de Pablo Granado

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El pensamiento de Pablo Granado

Escribe Luciano Pereyra ESPECIAL PARA EL DIARIO

 

En la investigación de la historia local y regional surge un nombre ineludible para cualquier erudito, historiador o simple aficionado, Pablo Granado, el que fue desde la década de 1970 el referente historiográfico de Villa Nueva y la región. Su faceta poética, que lo acompañó hasta sus últimos días, acrecentó su figura en el panteón de los personajes que marcaron época en nuestra ciudad. Es el responsable intelectual del sentimiento de pertenencia que atesoramos los villanovenses del siglo XXI.

Durante la primera gestión de Navarro, en 1975 se imprimió el libro “Villa Nueva, un pueblo con historia”, de Pablo Granado, quien lo presentó en el cine “Astoria”, frente a la plaza al lado del edificio municipal. Venía de un hogar muy humilde, nacido en Hernando, el 12 de julio de 1923, es el máximo referente de la historia local. Premiado en concursos literarios en innumerables ocasiones, fue secretario de Cultura durante la gestión de Braulio Zanotti. Nunca fue reconocido monetariamente, terminó muriendo en el hospital público, solo y olvidado por la sociedad, no por sus amigos.

Personalmente recuerdo verlo a Don Pablo solo, en el Hospital Comunitario, intenté charlar con él, contarle de mi interés por la historia local, fueron épocas del profesorado y me quedó la impresión de un hombre golpeado por su afección, pero con el espíritu de un adolescente.

“…era un puñado de emociones…”. “…se enferma cuando se cae el roble de la Casa de la Cultura…”. El roble al que hace referencia Bailone, se cae durante el ciclón de noviembre de 1999. Falleció el día del amigo, el 20 de julio de 2002, sus cenizas descansan en el jardín de la Casa de la Cultura donde una placa recuerda su último deseo.

El padre Luque recordaba:

“…Me acuerdo cuando se presentó el libro en el cine Astoria…se cortó la luz y me acuerdo unas palabras de Granado…Villa Nueva ha sufrido tantas cosas…¡¡¡qué le hace que se corte la luz!!!…”

Fue un amigo entrañable de otro personaje que merece un capítulo aparte, Armando Fabre. Sobre su relación con Fabre, Sandra Bailone nos cuenta:

            “…he sido testigo de grandes discusiones en mi casa, parecía que se querían matar, pero se amaban profundamente…”

A la muerte de Fabre, Granado dijo:

“… lo extraño tanto porque sé que nunca más voy a tener una conversación interesante con alguien…”

A pesar de ceder todo su material a Sandra Bailone, este desapareció. Este testamento histórico, está documentado de puño y letra, firmado por todos los presentes, lamentablemente ese material fue robado. Sandra Bailone reconoce ser una privilegiada de haber tenido tres puntales con Tito Suárez, Armando Fabre y Pablo Granado, ellos le contaron muchas anécdotas.

Su legado trascendió su muerte, su pensamiento sigue vigente, no solo en sus producciones literarias y obras culturales, también en el recuerdo de aquellos contemporáneos y en las apreciaciones que obtenemos en sus trabajos.

Granado encuentra un culpable al atraso villanovense.

“…la inundación de 1891 fue el golpe de gracia para Villa Nueva, comenzó su estancamiento con el surgimiento de Villa María. Sus tradicionales familias comerciantes, continuaron aquí, pero empobrecidas, Piattini, Villasuso, Freytes, Carranza, Barcia, etcétera…”

También cuestiona la apatía del pueblo.

“…la abulia de los villanovenses que solo realizan la defensa de la villa en sesudas conversaciones de confitería…”

Sobre la relación con Villa María.

“…a lo largo de la historia de estos pueblos hermanos, por cien motivos, han surgido cien distanciamientos, algunos de ellos incomprensibles. Primero el telégrafo, y correo, después la jefatura política, más tarde el registro civil. Qué distinto sería todo si aun conservando su individualidad, las dos trabajaran frente a un plan perfectamente trazado en beneficio de ambas…”

Aunque también denuncia.

“…si no tuviéramos los documentos a la vista nos parecería mentira el afán de alguna gente villamariense en transformar a Villa Nueva en un campo arado…”

Sobre la cuestión capital.

“…ni Villa Nueva ni Villa María fueron declaradas capital federal en ningún momento, y lo fue alguna, no tuvo validez legal esa declaración, exhortamos a la gente de Villa Nueva que olvide el hecho sin trascendencia alguna, de no haber sido declarada capital federal nuestra villa…”

 

 

“…Villa Nueva no es ni sombra de lo que en un tiempo ha sido, pero sí es sombra que se proyecta en el futuro, solamente falta para que la premonición se cumpla, la unidad inquebrantable de sus habitantes, una unidad sin hendiduras, sin recelos, sin vacilaciones, alrededor de un plan mínimo y donde los hombres no se cuenten, sino los resultados…”

La Muerte no existe.

La muerte no existe,

de aquí a varios siglos

yo estaré vivo

en alguna parte.

En el soplo del viento,

en la hoja del árbol,

en la garra del tigre,

o en los ojos de un gato,

yo estaré vivo,

en alguna parte.

La muerte no existe.

 

Pablo Granado

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