Inicio El Equipo El Polo volvió adonde vivió “sus mejores momentos”

El Polo volvió adonde vivió “sus mejores momentos”

0
El Polo volvió adonde vivió “sus mejores momentos”
Navarro entrenó ayer como un pibe más, en el equipo de la Liga. Como volante central, mantiene “las mañas”

Alejandro Navarro en Alumni

El volante que explotó y fue parte importante del histórico ascenso del Fortinero, sorpresivamente retornó al club a sus 33 años. “Siempre quise volver”, contó, tras sus primeros minutos en la Liga Villamariense

 

Escribe Beto Arce

El fútbol suele dar sorpresas a menudo, pero muchas veces estas son construidas, pensadas y premeditadas por el protagonista para transformarse en algo mucho más grande. La sorpresa es para quien se asombra, para los que lo vemos otra vez por estos pagos. Para él, es un sueño cumplido volver a los viejos sitios en donde amó la vida.

Alejandro “Polo” Navarro, aquel mediocampista derecho que dejó su huella formando parte del histórico equipo de Alumni que ascendió al Torneo Argentino A, está de regreso, e incluso sumó sus primeros minutos en la enorme victoria ante Unión Central este domingo, por la Liga local.

Despliegue, técnica, velocidad y un espíritu contagioso en el campo, algunas de sus virtudes que no pasaron por alto cuando el carril derecho le ofreció un lugar de ese Alumni dirigido por Arzubialde.

Se habían ido los D’Ambrosio tempranamente y llegó Arzubialde para encender la llama del fuego sagrado.

El domingo 25 de junio de 2006 no fue un día más para el fútbol de esta región. Ese día Alumni ascendió a la tercera categoría, ese día colgaba los botines el fenómeno del Diablo Monserrat, que eligió jugar acá y con un nivel altísimo se ganó el corazón de todos, e incluso hoy se resiste al retiro y con 49 pirulos juega en Independiente de Ranqueles de Huinca Renancó… Ese día hubo autobombas de los Bomberos llevando a hinchas que llenaron de alegría la ciudad para inmortalizarlo en la vitrina de días felices para la pelota.

Un recuerdo que siempre será eso… una sensación de nostalgia y felicidad. Eso mismo que se produce al ver un álbum viejo de fotos, o ver tan solo ver que uno de aquellos héroes regresa a casa doce años después.

En el minuto 20 del ST el Polo pisó oficialmente suelo Fortinero y para él es muy especial. Después de la victoria con 9 jugadores sobre Unión Central, con el último pique, con poco aire pero con una notable emoción, Navarro dejó sus impresiones y sentimientos.

 

“Enorme alegría”

“Siento una enorme alegría de estar otra vez en Alumni. Sin dudas que es muy gratificante, deseaba mucho esto. Lo hablaba con mi mujer antes del partido y le decía lo feliz que me sentía al volver. Hace doce años cumplíamos un sueño que quedará para siempre en cada uno de los que integramos ese equipazo. Siempre quise volver, desde hace mucho que mantengo diálogo con los dirigentes para regresar. Por distintos motivos no se dio y finalmente hoy puedo decir que jugué mi primer partido en el segundo debut con esta camiseta. Yo no sé si jugaré, si me tocará estar afuera, pero de lo que estoy seguro es que quiero estar acá para sumar desde donde me toque. Quiero a esta institución y la vuelta es siempre una caricia para el futbolista”. Así de simple lo expresó Navarro.

 

Expectante

En medio de esta incertidumbre sobre la realización o no de los torneos federales, tanto clubes como jugadores están expectantes y alertas.

Mientras, a los 33 años, Navarro demostró que está entero, y que seguramente en su plenitud física será difícil que quede afuera de este equipo de la Liga. Pero más allá de eso, las grandes aspiraciones florecen siempre: “Volví porque me siento bien, porque cuando estuve acá pasé quizás los mejores momentos de mi carrera como futbolista, y porque creo que estoy para darle cuerda. No quiero pasar vergüenza, me siento bien para jugar y por eso valía la pena venir a Alumni. Villa María es una ciudad hermosa y el plan familiar que tenemos es de radicarnos definitivamente en un gran lugar para vivir como este”, expresó.

En tanto, sobre el partido del debut, comentó:

“Tuvimos que correr muchísimo. Hicimos un enorme desgaste con nueve jugadores y fue un partidazo. Me quedo con la capacidad para resolver del equipo, porque no la pasamos bien y sin embargo reaccionamos y aprovechamos nuestro mejor momento. En lo personal me sentí muy bien, jugué 25 minutos y me motiva a seguir trabajando para ponerme en el punto que deseo”.

 

Aquel salto

Navarro recordó que Alumni fue su primer club como jugador profesional, “entonces es inevitable no sentir cariño por esta institución. Recalco que siempre quise volver y por eso me da mucha alegría estar acá y ver cómo muchas cosas han cambiado y crecido en el sentido institucional”.

“Alumni es un grande de Córdoba y quienes somos jugadores tenemos una gran responsabilidad también. Se percibe que hay más orden respecto a aquel entonces y eso también nos ilusiona, sobre todo a los que somos más grandes”, añadió.

En ese sentido, aclaró: “No quiero que mi paso por Alumni sea aquel recuerdo donde obtuvimos el ascenso con un equipazo dirigido por Arzubialde, sino que aspiro a más, a devolver todo lo que este club me dio”.

“Los mejores momentos los tuve acá y eso no se olvida”, agregó.

En cuanto a su forma de jugar actual, el Polo confesó: “Hoy estoy más grande, quizás no haga la banda ni tampoco tenga aquellas proyecciones, hoy me ubico más como doble cinco y es también otra manera de ver el juego…Las mañas no se pierden, siempre están adentro, es natural en cada jugador y creo que no he cambiado con respecto a aquel volante”.

“Mis características son las mismas, quizás ahora con otro compromiso, pero siempre con el mismo espíritu de crear juego cuando los espacios y la posesión de la pelota te lo permiten”, contó.

No siempre vuelven todos, pero el regreso siempre sabe bien. Es una jugada riesgosa porque él mismo lo dijo: “No quiero pasar vergüenza, me siento bien para jugar y por eso valía la pena venir a Alumni”. Ya está aquí, en otro contexto, con mucha incertidumbre sobre competencias federales, pero con la intención de sumar minutos, rodaje y vivir de lo que le gusta en una ciudad que elige para su familia.

Atrás quedó la gloria de ese equipo, de esos Diablo Monserrat, Beto Fernández, Betito Carranza, Tota Medina. Ahora hay un nuevo desafío para el Polo Navarro. Puede que cumpla con sus expectativas, o no, eso lo dirá el tiempo y su autocrítica, lo cierto es que vino a cumplir su sueño, y eso es lo que verdaderamente importa.

 

Print Friendly, PDF & Email