Susana perdió su trabajo hace cuatro meses, cuando le detectaron una enfermedad en su pierna izquierda, pero está dispuesta a trabajar sentada “al menos media jornada, para poder ir después a hacerme la quimio”

Es buena cocinando. Siempre se ganó la vida como gastronómica. Y por eso es que la obra social de su gremio Osuthgra no la abandona y le brinda todo lo que necesita para el tratamiento que se apresta a iniciar.

Susana Galarza se desplaza con alguna dificultad, pero es fuerte, se vale por sí sola. Su problema es que no puede pagar el alquiler de la vivienda que ocupa en el barrio Sarmiento, de Villa Nueva.

“La mujer que me alquiló es buenísima, pero su hijo se separó y ahora necesita el lugar”, explicó. Y agregó: “En la Municipalidad están dispuestos a darme una mano; me dijeron que me pueden proveer los elementos para que yo haga empanadas y otras comidas y las vendamos con mi hijo. Pero claro, para eso yo necesito un lugar adonde ir a vivir a partir del viernes”, comenta al periodista de EL DIARIO que la escucha.

Agrega su agradecimiento “a la gente de la Municipalidad de Villa Nueva; a Walter, que trabaja para Cáritas, y a Oscar, de la obra social de los gastronómicos, que es quien me gestiona todo esto”, dice, y muestra los certificados de su mal y las autorizaciones para que comience el tratamiento.

Y luego deja su teléfono “por si alguien nos puede dar aunque sea un garaje para volver a empezar: 155103192”.

“Y si alguien tiene un trabajo de medio día para mí, lo tomo con mucho gusto. Y para mi hijo tendría que ser de día, porque quiere seguir estudiando de noche”, añadió.

Todo dicho. O casi todo dicho. Porque “no es momento para la polémica”. Ahora es tiempo para la solidaridad.