

En varias poblaciones de la región se dio inicio a la primera etapa de fumigación como, por ejemplo, es el caso de Las Varillas y Corral de Bustos.
Las tareas encaradas por las municipalidades de ambas localidades obedecen a tratar de eliminar a los mosquitos por los peligros que acarrean.
En Las Varillas, por ejemplo, también se realizaron recomendaciones y advertencias para evitar la propagación del dengue, para lo cual se pidió a la población que recuerde poner boca abajo los cacharros y no tener ningún tipo de depósito de agua.
En Corral de Bustos, en tanto, la Dirección de Bromatología y Ambiente llevó adelante otra noche de fumigación por las calles periféricas de la localidad.
La aplicación se realizó tanto en el sector norte como en el sur de la población y en el transcurso de esta semana se realizó la misma actividad, durante la madrugada, en las calles céntricas. Esta tarea es permanente durante la etapa de verano y en ocasiones se ve alterada por las intensas precipitaciones pero la directiva del Ejecutivo municipal es repetir y reforzar estas acciones las veces que sean necesarias para evitar la proliferación de mosquitos y otros insectos. El producto aplicado está debidamente controlado por personal de la Dirección municipal.
También se colocaron pastillas de larvicidas en cunetas y alcantarillas en diferentes barrios.
Para el control de mosquitos se usan camiones para fumigar con un rociador con poca presión (ULV). Estas unidades dispensan gotas de bruma con textura fina que se mantiene alta en el aire y mata los mosquitos al contacto. La cantidad de insecticida dispensada por las unidades ULV es pequeña en comparación al área tratada, usualmenete de tres a cinco onzas por acre, lo que disminuye los riesgos para la salud humana y al medio ambiente. Algunas comunidades lo hacen con brumadores con energía térmica ya que usan un cargador con aceite caliente para dispersar el pesticida en forma de bruma densa.