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Hasta ahora, la prometida reactivación es “un verso”

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Hasta ahora, la prometida  reactivación es “un verso”
Los trabajadores expresaron su reclamo ayer, en la puerta de la industria castrense

El polvorín sigue “prácticamente paralizado”, lo que preocupa a los trabajadores que ayer hicieron una rueda de prensa para dar a conocer la situación

Los trabajadores expresaron su reclamo ayer, en la puerta de la industria castrense
Los trabajadores expresaron su reclamo ayer, en la puerta de la industria castrense

La planta más importante de la Fábrica Militar de Villa María es la de pólvoras y actualmente está produciendo al 50%. Una idéntica situación atraviesa la de nitrocelulosa, mientras que en la de explosivos sólo funciona el sector de dinamitas.

Esto genera incertidumbre entre los trabajadores: “Venimos reclamando la reactivación y, pese a las promesas que nos hicieron, vemos que sigue prácticamente paralizada”, dijo Jorge Heredia, secretario Gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Villa María.

No es sólo el polvorín el que está “a media máquina”, aclararon. “Hay rumores de que el Gobierno estaría por comprar a Israel los chalecos antibalas para la Policía. Esto es muy grave para la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán, que los produce. Con esto se demuestra que el Gobierno se ocupa de hacer negocios, y como con las empresas del Estado hay controles que impiden las coimas, buscan hacer esos negocios afuera”, dijo Oscar “Cacho” Mengarelli, histórico dirigente de ese gremio.

“Por eso decimos que el problema es político. La política de este Gobierno no es beneficiosa para las empresas estatales. Vemos que no tienen un plan productivo”, agregó Heredia. “Un ejemplo claro es la liberación de las fronteras para que entre todo lo que se hace afuera. Eso es lo mismo que decir ‘matemos a la industria nacional’”, apuntó.

En ese contexto, plantearon la problemática que representa no sólo para los empleados de fabricaciones, sino además para toda la sociedad cordobesa. “Esta provincia le dio el 70% de los votos al actual Gobierno. Debería preocuparse por las empresas estatales. En Villa María somos 500 empleados y en Río Tercero, 250. Sería un golpe muy duro para todo Córdoba si nos quedamos sin trabajo. Por eso, vamos a resistir, como lo hicimos en los 90”, remarcó Heredia.

 

Sin pase a planta

Actualmente se desempeñan 500 empleados en la Fábrica Militar de Villa María, de los cuales 400 son contratados.

“Se han hecho el año pasado los concursos para el pase a planta de algunos de esos contratados y, pese a que pasaron todas las revisiones, no se concretó nada”, remarcó Jorge Heredia.

De todas maneras, remarcó que los contratos para 2017 ya están firmados. “Eso está firme, están acá y por eso sabemos que habrá continuidad para el año próximo. Sin embargo, la falta de producción hace que ninguno se sienta seguro de su empleo”, concluyó.

Denuncian que la Policía golpeó a un empleado

El martes último, a las 5.15, Humberto Guzmán (foto) estaba, como siempre, esperando el colectivo para ir a trabajar a la Fábrica Militar en la parada de la exruta pesada y Malvinas Argentinas. En esa oportunidad, se aparecen cinco policías que, sin mediar palabra, intentan tirarlo al suelo.

“No me tiré y me empujaron hasta el auto de ellos. Me trataron muy mal”, dice Guzmán, señalando que, entre otras acciones, le apretaron con violencia los testículos.

“Les dije: ‘En la bolsa tengo la ropa de la Fábrica’, pero no me quisieron escuchar”, relató.

Al parecer, lo confundieron con otra persona. “Habrán sido tres minutos, pero muy feos. Me trabaja la moral desde ese día y pienso que tendría que denunciarlos, porque yo no molesto a nadie”, planteó el trabajador de 60 años, que todavía se siente violentado por los hechos.

Cabe señalar que al llegar el colectivo, los ocupantes salieron en defensa de Guzmán y, de esta manera, la Policía lo liberó. “Es el cuarto hecho de estas características. Estamos analizando lo que vamos a hacer con el gremio. Desde ya, repudiamos el hecho y le damos todo el respaldo al compañero. Advertimos que detrás de cada hecho de esta naturaleza, de cada caso de gatillo fácil, está el Estado por detrás”, señaló Mengarelli.

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