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Inspectores aseguran que el bullying escolar ya no pasa desapercibido

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Inspectores aseguran que el bullying escolar ya no pasa desapercibido
Padilla: “La escuela ya no pudo hacer oídos sordos” ante estos casos

EL DIARIO entrevistó a tres inspectores de Educación para saber cómo se aborda el acoso escolar. Sostienen que los colegios tienen herramientas para abordar estos cuadros y coinciden en que la escuela ya no los pasa por alto

Padilla: “La escuela ya no pudo hacer oídos sordos” ante estos casos

Según los inspectores de educación, las escuelas habilitan la posibilidad de expresar casos de bullying y tienen herramientas para revertirlos. Así lo indicaron los supervisores de Nivel Medio, Silvia Ballarino y Enrique Luna, y el subinspector general Raúl Padilla, al ser consultados por EL DIARIO.

Padilla sostuvo que tanto el que acosa como quien recibe las burlas son víctimas, aunque aclaró que el mayor esfuerzo tiene que estar puesto en proteger al más vulnerable, mientras que Luna remarcó que hay que posibilitar una escuela que sea “un espacio de humanidad donde la gente va a ser feliz, no a sentirse perseguida ni despreciada ni juzgada ni denigrada”.

Ballarino aseguró que en la regional a su cargo no llegó ninguna denuncia puntual de acoso escolar, pero aclaró que eso no significa que no exista.

Afirmó que los colegios abren la posibilidad de canalizar los casos a través de Ciudadanía y Participación y de los Consejos Escolares de Convivencia por medio de “los acuerdos de convivencia que estamos tratando de formar”.

Ballarino hizo hincapié en la figura del coordinador de curso y los acuerdos de convivencia

“Todas las escuelas están en una etapa de revisión de acuerdos y este tema está dentro del mismo”, explicó la funcionaria, quien recalcó la figura del coordinador de curso porque “cuando el chico está mal en su trayecto escolar es porque algo le está pasando y ahí está el ojo del coordinador, que específicamente debe atenderlo”.

Por su parte, Luna valoró el hecho de que el bullying esté “sobre la mesa porque ya no pasa desapercibido” y dijo que su abordaje “viene de la mano del nuevo paradigma inclusivo, que pretende que nosotros encontremos la diferencia en lo normal, no que en un paradigma de lo normal deje fuera a la diferencia, sino que entendamos que todo lo diferente está incluido y debe estar integrado”.

“Tenemos que aceptar un mundo donde no se pueda despreciar ni desprestigiar lo que no coincida con lo que yo pretendo sea la realidad, sino que tengo que asumir la realidad con todo lo que la misma supone”, subrayó.

El inspector confirmó que le llegan casos de bullying a su oficina, pero “no en una cantidad alarmante”, y aseguró que se busca resolverlos, trabajando “inmediatamente en la mayoría” de los episodios.

Para Luna, “hay que instalar la mirada donde todos tengamos la posibilidad de ser”

“No queremos que la escuela sea un lugar de tortura. Tiene que ser un espacio de humanidad donde la gente va a ser feliz, no a sentirse perseguida ni despreciada ni juzgada ni denigrada ni nada, sino donde la persona sienta que tiene un espacio de libertad donde pueda desarrollarse tranquila, sin persecuciones, sin miradas extrañas, pero eso hay que construirlo porque venimos de paradigmas distintos”, advirtió.

Consideró que “hay que instalar la mirada donde todos tengamos la posibilidad de ser” y, citando autores, apuntó que “tenemos que dar el paso del estar al ser, no sólo se tiene que estar, sino que se debe poder reconocerse y realizarse”.

Cuando se le preguntó cuáles son las premisas sobre las que se aborda el acoso escolar en los establecimientos y si caben las sanciones, evaluó que “no existe ninguna relación humana sin normas” y aclaró que “no se le puede mentir al chico y decirle que va a salir de la escuela y si comete algún error grave, no le va a pasar nada”.

“La sanción en sí misma no es grave, ser libre es entender el sentido de la norma, la escuela debe educar eso, la escuela no está para sancionar, debe mostrar el valor y en ese sentido creo que hay que trabajar mucho”, señaló.

“El chico se rebela contra una norma que no entiende, pero la norma te realiza, no te limita”, argumentó.

En tanto, Raúl Padilla dijo que “tanto aquellos que se consideran víctimas como aquellos que ejercen el acoso seguramente son víctimas, aunque hay algunas líneas donde consideran que no se debe colocar en situación de víctima al acosador”.

El subinspector expresó su postura de que “seguramente se ha ejercido violencia sobre esa persona que está utilizando su poder diferenciado sobre alguien más vulnerable” y recalcó que “cuando hablamos de niños o de jóvenes los dos son víctimas”, aunque apuntó que “nosotros tenemos que cuidar al más vulnerable y avanzar con el trabajo con las otras personas, si no, nos pasaríamos generando sistemas de sanciones”.

Padilla consideró que el bullying no debe separarse de todo lo que ocurre en una “sociedad que es violenta en general” y donde el mismo “aparece televisado y está instalado en muchos casos como una situación para provocar risas o desatar ironías sobre las debilidades de otras personas”.

Sostuvo que “las escuelas no están solas para afrontarlo”, aunque apuntó que “nos faltan más circuitos, más allá de herramientas que vienen desde los ministerios de Educación o el de Justicia o Salud”.

Instó, primero, a comprender la situación del caso y graficó que “décadas atrás esto pasaba bastante desapercibido y el sufrimiento era muy intenso” pero con el paso del tiempo “la escuela ya no pudo hacer oídos sordos”. “Hay una vigilancia ahora, hay un sistema de abordaje que falta profundizar, pero que está, por ejemplo, con los acuerdos de convivencia, que están costando mucho para que no se interprete como documento escrito, sino como vivencia”.

“Nos van a ayudar en esto, ayudar a no establecer culpables, sino principios de que todos somos responsables del cuidado de la niñez y la adolescencia, del otro en general”, cerró el funcionario.

 

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