La presidenta del Colegio que los aglutina sostuvo que en la ciudad se puede dar respuesta satisfactoria a todo tipo de demanda por la calidad de profesionales que hay

Entre la necesidad ética y profesional de mantenerse permanentemente actualizados según lo que exigen los avances tecnológicos y profesionales, y la lucha contra aquellos que con un curso de un puñado de meses ya se largan a hacer masajes.

Así se encuentran los kinesiólogos de la ciudad, quienes hoy, como cada 13 de abril, celebran su día por la creación, en 1937, de la primera escuela de Kinesiología en el ámbito universitario.

La presidenta del Colegio de Kinesiólogos de Villa María, Verónica Benítez, expresó que en la ciudad, actualmente, son más de 200 los profesionales afiliados al Colegio, número que se ha ido incrementando con el correr del último año.

“Esta es una profesión que va cambiando a lo largo del tiempo”, confió y explicó que “hay muchos avances científicos y estamos obligados a estar a la vanguardia en lo que es aparatología, técnicas que se utilizan”.

En ese sentido, planteó que “constantemente hay capacitaciones, en Argentina y afuera también, en Brasil, Chile, hay muy buenas capacitaciones y muchos kinesiólogos locales están viajando”.

Todo esto le permite asegurar que “los kinesiólogos de Villa María intentan de todas formas mantenerse a la vanguardia”.

“El paciente hace mucho tiempo que no tiene que irse a ningún lado a tratarse porque en la ciudad se le puede dar una respuesta satisfactoria”, sostuvo Benítez. “Hay muy buenos profesionales acá, muy capacitados, y hasta en los pueblos que por ahí son más pequeños hay muy buenos profesionales también”.

“Ya no hace falta ir a Córdoba, en kinesiología hay muy buen servicio. Puede darse que para un médico alguien tenga que viajar a Córdoba a hacerse atender, pero en kinesiología están cubiertas todas las áreas, tenés los que hacen kinesiología y fisioterapia, los que hacen RPG, los que hacen rehabilitación, todo lo que es posquirúrgico de cirugías estéticas, la gente se puede abastecer tranquilamente acá”, se enorgulleció la profesional.

Lucha permanente

“Los kinesiólogos venimos con una lucha de hace bastante con respecto a cursos que se dictan de algunos meses y luego esas personas en el garaje de su casa se ponen a hacer masajes y nosotros para trabajar en nuestros consultorios tenemos que tener habilitación municipal y del Registro de Unidades de Gestión de Prestaciones de Salud (Rugepresa)”, reclamó.

“Esta gente como no tiene matrícula, es como que son inexistente y como que no hay controles con respecto a eso. Se ha avanzado porque ahora hay conocimiento y se maneja a través de denuncias, hay que ir y denunciar”, planteó.

A su vez afirmó que “el tema es que tienen que trabajar en conjunto la Municipalidad con el Ministerio de Salud, salir a hacer controles, se ha avanzado, hay lugares que se han cerrado, pero son miles los lugares”, relató y contó: “En la ciudad hay muchos casos de éstos”.

Buen resultado

Tiempo atrás, el Colegio de Kinesiólogos hizo, a través de una consultora, “una encuesta que fue muy interesante con respecto a la sociedad”. “Nuestra duda era como profesionales ver cómo estábamos instalados en la ciudad y el resultado fue muy interesante, la gente tiene muy en claro quién es el kinesiólogo, que es un profesional de la salud. A veces el mayor problema somos nosotros mismos, que no creemos todo lo que somos capaces o todo lo que sabemos, es una cuestión de inseguridad nuestra que a lo mejor viene de la facultad esa falencia, de cómo valorar nuestro trabajo, cómo cobrarlo, cómo pelear con las obras sociales”, cerró.

El Día del Kinesiólogo en Argentina se celebra el 13 de abril de cada año. En esta fecha se creó en 1937 la primera escuela de Kinesiología en el ámbito universitario.

Es reconocido como tal el 13 de abril, desde el año 1950, por medio del Decreto 8.648.

Los primeros cursos de kinesiterapia en la Argentina comenzó a dictarlos la Doctora Cecilia Grierson, en el año 1904.