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La denuncia fue un invento para tapar el hurto de 115 mil pesos de su Rapipago

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La denuncia fue un invento para tapar el hurto de 115 mil pesos de su Rapipago

Sobre el «rapirrobo» en el maxiquiosco de Arroyo Cabral

Al final no existió el asalto que denunció el dueño del negocio. Nadie se llevó los 115 mil pesos de la caja. El se quedó con el dinero, la mayor parte recaudada por pagos de facturas en su Rapipago

Nunca más cierto aquel refrán de los abuelos “Las mentiras tienen patas cortas” para dar cuenta de lo sucedido en las últimas 24 horas en Arroyo Cabral.

Y tan cortas fueron las patas de la mentira que durante el mediodía de la víspera, en un procedimiento que realizaron en forma conjunta efectivos de la Subcomisaría de esa localidad y de la División Investigaciones de la Unidad Departamental San Martín, Damián Alejandro Alaniz, el dueño del maxiquiosco Tenderete, el mismo que había denunciado el lunes a la tarde que lo habían asaltado y le robaron la caja del negocio que contenía 115 mil pesos, fue llevado detenido tras reconocer que “todo fue un invento” para quedarse con el dinero, la mayor parte recaudada durante la jornada del lunes cuando los vecinos fueron a pagar facturas al Rapipago.

Alaniz, de 47 años, fue puesto a disposición de la Fiscalía de Instrucción de Turno, que circunstancialmente está a cargo de René Bosio, Secretaría Elba Oyola. El funcionario judicial encuadró al propietario del maxiquiosco como presunto autor de los delitos de “falsa denuncia y hurto, en concurso real”.

Mientras la investigación de lo ocurrido sigue su curso asoma ahora como probable involucrada en el episodio delictuoso la esposa de Alaniz, Estela Robledo, cuya actitud podría ser calificada como “partícipe” del hurto o, en su defecto, “encubridora” del hecho.

 

Datos endebles

Los investigadores de la Policía comenzaron a sospechar del relato de Alaniz toda vez que éste no proporcionó datos precisos: no opuso resistencia, pese a la elevada suma de dinero; no describió al solitario asaltante con el que estuvo frente a frente; tampoco detalló el arma con la que lo amenazó el supuesto ladrón; pero sobre todo, el ensamble de los tiempos: en horas del mediodía del lunes le secuestraron un Renault Clio de su propiedad (también es remisero) por una deuda; a las 14.45 Alaniz denunció que un presunto delincuente lo había asaltado y durante la tarde pagó unos 100 mil pesos correspondientes a la deuda que mantenía por el auto y logró recuperarlo.

Puede decirse que el denunciante del lunes fue tan poco elocuente que no hizo más que orientar a los investigadores policiales, al punto que durante la mañana de ayer se quebró y reconoció que inventó el relato.

Sin más cuento que contar, le pusieron las esposas, le cubrieron la cabeza y el rostro, lo subieron a un patrullero y lo llevaron preso. Todo en pocas horas… todo tan corto como una mentira.

 

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