Es rosarino y hace un largo trayecto por diversas localidades. Ve a este trabajo como el medio para poder ejercer como contador más adelante, cuando termine de cursar. Y está a punto de ser chef

Como su papá, como su abuelo, Facundo López es un vendedor de flores que camina las calles de Villa María hace mucho tiempo, como lo hace junto a su familia en otras localidades.

“Es mi medio de vida, algo que hago desde que nací”, le dijo el joven rosarino de 21 años a EL DIARIO.

Contó que no se quedan en un mismo lugar, sino que lo suyo es viajar, luego de comprarlas en un mercado en Buenos Aires. “Vamos para el lado de Buenos Aires, San Lorenzo, Santa Fe o venimos hacia la zona de Villa María, Bell Ville y Marcos Juárez. Salimos a buscar la moneda todos los días”, expresó.

Hace casi dos décadas que su familia viene “seguido” a nuestra ciudad, en donde lograron “una clientela que todas las semanas nos compra y nos ayuda un montón”.

“Tengo muchas clientas, muchas señoras, muchas mujeres que son amantes de las plantas, personal de oficinas y por ahí algún que otro hombre que le compra a su mujer un regalito o para quedar bien”, ilustró. Por eso, consideró que él es quien está detrás de esa sonrisa de la chica que se siente halagada con una flor. “La gente dice que soy el que reparte felicidad”, sintetizó.

“Voy y vengo en el día. Por ahí es un poco cansador porque hago 300 kilómetros, pero tengo una familia que mantener”, confió.

“Somos de una familia muy humilde y si no eran las flores, era ropa, medias, lo que sea, con tal de salir a la calle y ganarse el peso. No sé realmente cómo salió de mi abuelo esto de vender flores, pero… estamos en esto”, describió. Pese a que le gusta, tiene en claro que ve a esta labor como un medio “para estudiar” y prevé conseguir trabajo cuando finalice la carrera de Contador, que es la que cursa, además de que está a poco de ser chef.

“Es un esfuerzo enorme estudiar y hacer esto, pero todo esfuerzo tiene su recompensa”, afirmó Facundo.