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La última pincelada del Gringo

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La última  pincelada  del Gringo
En 2009 había expuesto en la extinta galería Los Cuatro Gatos, luego de 11 años

En homenaje – Falleció el artista Raúl Pierotti

Fue uno de los pintores más prolíficos y que más vendiera en nuestra ciudad. En abril hubiese cumplido 73 años

En 1986 había plasmado junto a Cristina Angeli el mural “Nunca Más”, distinguido por Unesco

El viernes pasado falleció a los 72 años el artista plástico villanovense Florentino Raúl “el Gringo” Pierotti.

Radicado en los últimos años en la localidad de Salsipuedes, con previa estancia en Jesús María y en Catamarca, el pintor y muralista, padre de dos varones y dos mujeres, considerado uno de los discípulos de Armando Molina Rosa, se había dedicado en el último tiempo a cultivar la llamada ciencia del autoconocimiento o la Gnosis.

Nacido y criado en una zona rural cercana a estas latitudes el 12 de abril de 1945 (en pocos días iba a cumplir 73 años), desarrolló su pasión por el arte visual de forma autodidacta.

Posteriormente el gran artista de Pampayasta le ayudaría a definir su estilo y su perfil marcado dentro de la paleta de colores. “Molina Rosa me enseñó a apreciar detenidamente lo cotidiano, a ir un poco más allá del paisaje. A fijarme en la vieja chusma, en los animalitos, en los personajes”, había comentado el Gringo en una nota realizada por EL DIARIO en abril de 2009, cuando abriera una muestra en la extinta galería privada Los Cuatro Gatos, luego de 11 años de haberse alejado de los circuitos de exposiciones.

En la misma entrevista había puntualizado: “Estaba harto de exponer y de participar en concursos. Sucede que cuando uno entra en este circuito se ve condicionado por las tendencias y corrientes del momento, de lo que se impone. La pintura en ese sentido puede ser muy cruel”.

 

Sus obras, aquí y en Europa

El artista había precisado que “por la purezas de mis obras que no estaban condicionadas por la academia o lo que se dicta en las Escuelas de Bellas Artes, se reconoció en países de Europa. Sucede que, además, allá no están acostumbrados a las tonalidades fuertes, sino a los colores fríos y a las corrientes de academia”.

Pierotti, quien comenzara a intervenir públicamente en salones de nuestra ciudad desde 1966, arribaría a Francia gracias a un destacado galardón conseguido en 1986. Ese año obtuvo el primer premio en un concurso organizado en Guatemala en el Año Internacional de la Paz, en el cual logró participar con un mural.

Años antes, en 1975, el pintor había elaborado dos murales más para un certamen alusivo al Festival de Peñas, donde cosechara el primer y el tercer premio. En tanto en 1986, y junto a Cristina Angeli, plasmarían el mural “Nunca Más” en la plazoleta ubicada en Mendoza y Carlos Pellegrini, hoy conocida popularmente como la plazoleta del “Campera”. En aquella ocasión, los autores habían fundamentado el trabajo como símbolo del “deseo del pueblo argentino de que no se vuelva a repetir la ignominiosa época del llamado Proceso de Reorganización Nacional (PRN) en que se torturó y mató impunemente”. El mural llegó a ser distinguido por la Unesco.

Sus obras terminaron recorriendo diversas galerías de París, Gran Bretaña e Italia. “En una de ellas, no recuerdo cual, hay un cuadrito mío cuyo salón fue inaugurado por Salvador Dalí”, había comentado en aquella nota en Los Cuatro Gatos. En dicho espacio, que estaba ubicado en Chile 256, Pierotti había exhibido ocho obras pertenecientes a períodos anteriores, en plan de retrospectiva, y otras 15 elaboradas en aquellos años, imbuidos más en claves místicas y surrealistas, más que en lo paisajístico.

“En realidad, todo arte tiene que ver con la búsqueda del espacio trascendente. Uno debe brindar más allá de lo que uno ve, lo poético, lo onírico, los sueños. Darle al espectador lo que el mundo, este mundo tan consumista y problemático, no le da”, había sentenciado.

“Al volver de Francia, el Gringo abrió un camino fértil para que varios de nosotros, autodidactas al igual que él, pudiéramos animarnos a expresar y a exponer nuestras obras. Fue como un ejemplo para decir que sí se podía. Es uno de los pintores más prolíficos y que más vendió cuadros en nuestra ciudad. Además, como particularidad, trabajaba con materiales sintéticos y no convencionales. Dado que también era chapista usaba mucho de esos elementos para mezclas y en collages”.

Raúl Olcelli – Artista plástico

 

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