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Latinoamérica en dos ruedas

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Latinoamérica en dos ruedas
“Nosotros somos personas muy tranquilas, de familia y los motoqueros formamos otra familia más”, afirmó López

Desde Colombia, Perú, Chile y distintos puntos del país llegaron cientos de motoqueros al encuentro organizado por Pasión Pistera y la Municipalidad de Villa Nueva, que se desarrollará hasta el domingo

“Nosotros somos personas muy tranquilas, de familia y los motoqueros formamos otra familia más”, afirmó López

La 4º edición del encuentro que comenzó el jueves y se desarrolla en el Parque Hipólito Yrigoyen, convocó a motoqueros que llegaron desde todos los puntos del país y desde varios países latinoamericanos. Colombia, Chile, Perú se hicieron presentes junto con viajeros llegados desde Río Negro, La Pampa, Punta Alta, Río Cuarto y Bell Ville, por nombrar algunos.

Ayer a las 6 de la tarde, iniciaron una caravana por la ciudad vecina y cerraron la noche con 6 bandas musicales, programas para tocar.

Hoy el evento tendrá una convocatoria muy importante. Arranca con chicos que hacen comparsa, batucada, show de acrobacia a las 16 horas, David Paredes como invitado especial y mucha música. La gran atracción será un gran trineo tirado por motos, con Juan, el animador del encuentro, vestido de Papá Noel: «Va a ser para reírnos y pasar un momento lindo, como siempre pasa en los motoencuentros», expresó Carlos López a EL DIARIO, presidente de Pasión Pistera, organizador del evento.

Además de la agrupación presidida por López, el encuentro que ya se realiza desde hace cuatro años, es auspiciado por la Secretaría de Turismo y Deporte de la ciudad vecina: «La Municipalidad de Villa Nueva nos brindó todo su apoyo, nos cedió el Parque», agregó.

El encuentro comenzó el jueves y termina el domingo. El costo de la entrada general, para los cuatro días es de $150, la cual incluye el desayuno para los que ingresen, además ya se pudo disfrutar de pata flambeada y durante todo el fin de semana habrá servicio de cantina.

«Invitamos a todos a que se acerquen, esto es para todo el mundo y para que vean lo que es el verdadero motociclista. Nosotros somos personas muy tranquilas, de familia y esto es otra familia más, por eso decidimos hacerlo en este fecha. El año uno lo despide con sus seres queridos y una semana antes lo despedimos todos en el centro del país con nuestros seres queridos», finalizó.

 

En familia

Asfalto Puntano de Villa Dolores, Los Misioneros y Los Arcángeles de Villa María, Motoviajeros Unidos de La Francia, Los Infernales y Corazón de Moto de La Pampa y Dirus Clan de Chile son sólo algunas de las agrupaciones llegaron al encuentro de sus amigos de ruta.

La mayoría viaja durante todo el año por distintos puntos del país y al rededores: «Siempre nos vamos encontrando con algunos a lo largo del año en diferentes encuentros o viajes».

«Yo viajo con mi mujer, pero hay gente que viaja con hijos, es muy familiar el ambiente siempre», destacó Carlos López.

 

Amor en motocicleta

Desde Bogotá, Colombia y Piura Perú llegó la pareja formada por Luna y Omar.

Luna salió inicialmente de su país con la idea de venir para Argentina: «Quería estudiar o trabajar, hacer un posgrado o una especialización. Pero en el camino cambié de idea, se aprende más en la ruta, en dos ruedas, conociendo gente. Cada personas es un mundo diferente, te enseñan algo o tú también le enseñas algo a esa persona, uno da y recibe. Se aprende mucho más que detrás de un escritorio».

Luna salió desde Bogotá, viajando sola y en su paso por Perú, conoció a Omar. De ahí siguió viajando hasta Bolivia, hasta que fue alcanzada por él y siguieron bajando por el continente juntos. Ella lleva 9 meses y 26 mil kilómetros viajando y él 3 meses y 12 mil kilómetros recorridos.

«En este momento, para llegar acá, hicimos un recorrido de 200 km porque estábamos en Carlos Paz», le dijeron a EL DIARIO. Su primera meta es llegar a Ushuaia. En el camino los invitaron a este evento y decidieron participar.

«Nosotros viajamos lo que llamamos como independientes, pero la ventaja de ir a otros encuentros es que vas conociendo gente y se forma una cadena de colaboración», explicó Luna.

La pareja viajera organiza los tiempos para poder participar de cada encuentro al que son invitados: «La ventaja es que no tenemos tiempo fijo, nos invitaron a Villa Nueva y nos quedamos tres días acá, después pararemos en Alta Gracia unos días más».

La red de ayuda entre motociclistas les brinda la posibilidad de ir parando en los hogares de los locales, y el día de mañana, ellos los recibirán en sus casas.

Omar tiene 22 años y hace 4 que empezó a utilizar motos para sus viajes: «Yo siempre viajaba con tiempos definidos por el trabajo, como mucho un mes. Este es mi primer viaje sin tiempo, sin apuro».

Luna tiene 27 años y sus viajes siempre eran dentro de Colombia, principalmente a la costa. Este también es su primer viaje largo en moto, nunca imaginó poder cruzar tantas fronteras y afrontarse a lo que le esperara: «Yo salía a comerme el mundo y que pase lo que Dios quiera y ya. Pero la verdad nunca he estado sola, siempre ha habido motociclistas que me han acompañado, se preocupan de que una coma, de que tengas un lugar donde dormir».

La pareja destaca la hermandad que existe entre los motociclistas y la red de ayuda que se genera entre ellos: «Siempre hay un alma que te va a echar una mano, orientación, un techo o una comida para seguir avanzando», expresó Omar.

 

Un millón de kilómetros

Luna y Omar venden dulce de café colombiano para financiar su viaje

El chileno del grupo se llama Christian, pero todos lo conocen como Lorsi, bautizado así por los «moteros chilenos».

Es el presidente Dirus Clan Motoclub y vino desde Santiago de Chile en representación de todos sus «chicos»: «Este año viajé solo por cuestiones económicas y de salud pero ya el año que viene vendremos con toda la pandilla para acá».

Lorsi viaja en moto desde hace 31 años y sólo con su última moto, que tuvo durante 6 años, sumó viajando un millón trecientos mil kilómetros.

«Casi me siento en casa, he conocido pura gente linda que entiende los verdaderos códigos del motociclismo. No hay distancia que valga, no hay nacionalidad ni lenguaje que nos pueda separar a las personas que amamos las dos ruedas», resalta el motoquero.

Hay un código que dice que no es importante la moto sino el motero: «Acá no somos elitistas, vamos de casa en casa, acá nadie paga hoteles. Uno va haciendo amigos en los mismos motoencuentros y ese es el espíritu nuestro», finalizó Lorsi.

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