Los adultos mayores del Hogar de Día 140 elaboraron presentes, que llenaron de golosinas, y entregaron a los pequeños que asisten a las Salas Cuna

Fue imposible descifrar quienes estuvieron más contentos ayer, en la plaza Capitán de los Andes, si los niños de las Salas Cuna que recibieron regalos o si los abuelos del Hogar de Día 140 que hicieron y entregaron.

El viento no pudo evitar que se entremezclaran pequeños y adultos mayores en la celebración que se dio ayer en el marco de la “semana feliz” que impulsa el municipio.

“Se convocaron a los niños de las tres Salas cuna para que les puedan entregar los regalos, ellos hicieron trabajos manuales, latitas con golosinas, escritos”, remarcó Vanina Urquiza, secretaria de Desarrollo Social, sobre el actividad que juntó a unos 25 adultos mayores y 65 pequeños que disfrutaron también de peloteros y música.

“Trabajaron mucho para poder hacerles este presente, para pasar un buen rato, tanto ahora como cuando lo realizaron”, resaltó la funcionaria.

Cada uno de quienes asisten diariamente al hogar de día hizo entrega en mano del regalo que preparó a los niños.

Irma Mila, de 84 años, subrayó, que “hicimos de todo, si bien quizás es poco, porque no contamos con demasiado dinero, logramos hacer regalitos para todos”.

Con un gran sentido de humor, y una tonada argentoitaliana que roba sonrisas, la abuela contó que “nos pusimos a hacer los suvenires, los pintamos, los llenamos con golosinas, todo de corazón”.

“Es la primera vez para mi que voy a estar cerca de los chicos, por hoy adopto todos estos nietitos”, dijo.

Ella, como el resto, pasan sus días en el hogar donde comparten en el espacio actividades, comidas y se hacen compañía. “Hace unos 3 años que voy al Hogar de Día, y me siento muy bien ahí, la gente es macanuda, comemos bien, me siento feliz ahí adentro porque soy una mujer sola. Trabajé 22 años como guía de turismo en Córdoba y ahora me vine acá. En el Hogar de Día encuentro relax”, cerró Irma.

Los grandes no quisieron olvidarse de los más pequeños, y ellos les gratificaron el gesto con cientos de sonrisas.