Inicio Suplementos Entre Perros y Gatos Mucho más que un corredor

Mucho más que un corredor

0
Mucho más que un corredor

Acariciarle la cabeza a un galgo puede causar un momento sorprendente de paz. Quizás porque así es este perro en el primer contacto, pacífico, bueno, que irradia una onda positiva. Y sobre esto quieren concientizar varias organizaciones en el mundo, tal como se verificó desde hace algunos años en España y se repite durante los últimos días en Argentina.

En Villa María, desde la agrupación Mi Protector afirmaron que son cada vez más los galgos que aparecen tirados en la calle, mucho por la insensibilidad de quienes sólo utilizaban al perro como negocio para las carreras que finalmente quedaron prohibidas en todo el territorio argentino.

“Tenemos 16 galgos para adoptar y estamos buscando que la gente tome conciencia porque es un perro hermoso, muy dócil; pocos se dan cuenta de lo que significa un galgo”, cuenta Cecilia, una incansable luchadora por la vida animal, que debe lidiar constantemente contra la desidia humana.

Pero a ninguna de estas personas que no descansan para rescatar a un perro abandonado la toma por sorpresa esta situación que atraviesa la especie de perros más sufrida del planeta.

“Sabíamos que apenas prohibieran las carreras, los que se golpeaban el pecho diciendo que cuidaban a los perros iban a ser los primeros en dejarlos al desamparo”, señalan casi todos los rescatistas, coincidentes en la problemática surgida en estos tiempos.

Agustín, un joven villanovense que conoce el paño pero prefiere que su apellido no trascienda por miedo a “represalias de los viejos galgueros”, reveló que existen tres casos emblemáticos tras la prohibición que surgió del Congreso: “Están los que tiran los galgos a la calle porque ya no les sirven; los que prefieren tenerlos en casa como compañía y los que cambian de rumbo, ya que los galgos sirven para cazar liebres, entonces ahora varios se dedican a eso”, indicó el joven, dueño de un par de galgos que, precisamente, siempre utilizó para caza en los campos.

“Todos los fines de semana siempre fui a cazar liebres con mis dos galgas, prácticamente estaba solo, pero ahora veo que se sumaron otros con perros que antes utilizaban para las carreras”, señala.

El problema se suscita con los perros que son descartados. En la mayoría de los casos, algunos veterinarios de la ciudad coincidieron en remarcar que los animales llegan muy golpeados.

Un grupo de rescatistas que pertenecen a diferentes organizaciones llegó a la conclusión de que varios utilizan el peor de los métodos para desprenderse del perro: pegarle y pegarle hasta ahuyentarlo.

Esta semana, en una veterinaria céntrica, un galgo tuvo que ser sacrificado y otro fue salvado de última, cuando prácticamente se moría.

La rescatista la llamó Katy y escribió en su muro de Facebook: “Fue abandonada por su dueño después de sufrir moquillo nervioso, esto le dejó secuelas, una de ellas es debilidad en sus patas. En estos días Tomás le dio un lugar en su casa, pero por cuestiones personales él no la puede seguir teniendo, estuvo días en esas condiciones con el calor y bajo la lluvia tirada en una cuneta. Necesito provisorio para poder seguir medicándola hasta que tome fuerzas. Si alguien le puede dar una mano, seguramente ella les estará muy agradecida”.

Katy es una de tantos galgos que aparecen en estas condiciones tras la prohibición de las carreras, en ese momento donde sus dueños quieren dejar de serlo y terminan pegándole muy fuerte al perro para que no vuelva.

Ni siquiera se dan cuenta de que el galgo es un perro formidable para tener, según marcan casi todos los conocedores del tema.

 

Nobles

Los galgos son animales nobles más bien tímidos, que se adaptan bien a la vida en una casa. Suele sorprender su frecuente tolerancia a compartir el espacio con otras mascotas como gatos y conejos. Por otra parte, su actitud doméstica tiende a ser pasiva, durmiendo la mayor parte del tiempo, siempre y cuando se les permita un ejercicio regular, que suele consistir en correr con cierta frecuencia o recorrer paseos, como cualquier otra raza. El galgo es un animal de gran belleza y temperamento dulce que empieza a ser apreciado y acogido en el mundo urbano.

Pero esa belleza no está plasmada desde ahora. Ya el escritor Miguel de Cervantes Saavedra lo incluyó nada menos que en “Don Quijote de la Mancha”:

“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor” , dice el fragmento del histórico libro.

Paradójicamente, los galgos quedaron luchando contra molinos de viento dentro de la vida perruna y el sueño de muchos es que, algún día, sean considerados por lo que realmente valen.

Santiago, que tiene uno, puede dar fe de ello: “Lo llevo al río, lo dejo que vaya y juegue, y te digo que no hay nada más bello que ver correr a un galgo a donde quiera que vaya, feliz”.

 

Print Friendly, PDF & Email