LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – 6ta. fecha – Zona B
Rivadavia, que recuperó a varios de los campeones, igualó sin goles con Española y acumuló su tercer empate consecutivo que le impidió seguir en la punta
Escribe Diego Pellegrini (h)
El cero brilló en el Prado. Asociación Española y Rivadavia igualaron sin goles, en un partido donde faltaron situaciones de peligro y emociones máximas. Claro que el visitante se fue con algo más de bronca, ya que con el empate, dejó de ser el líder de la Zona B, lugar que ocupa ahora Alumni, con su victoria ante Atlético Ticino.
Intentó por todos lados, el equipo dirigido por Marcelo Santoni fue quien más propuso, como era de imaginar, pero el cerrojo que le armó el local fue imposible para un “Verde” deslucido.
Mucha gente en la mitad de la cancha, la última línea defensiva muy segura y el arquero Pablo Mancilla con todas las luces. De esta manera, Española construyó un cerrojo importante para complicar las aspiraciones del último campeón.
La obligación era de Rivadavia, por nombres propios, experiencia y plantel, el visitante debía proponer. Mientras que el “Gallego”, con mucho de juvenil, sabía que la manera de sacar el partido adelante era cerrando los espacios y buscando alguna posibilidad de contra como para sorprender. A decir verdad, lo tuvo, pero falló en la definición.
En la primera etapa y ante este panorama, Rivadavia tendría dos claras en los pies de Maximiliano Páez, en las dos perdió ante la humanidad de Mancilla, quien tapó de gran forma. Un mano a mano y un remate potente, las dos de “Ojito” que no pudieron ser.
En el local, algunas pelotas paradas que complicaron a Marcelo Berardo, pero en ningún momento los pupilos de Valle dejaron de cara al gol a su hombre más de punta, Agustín Cativelli.
En el complemento, la historia fue parecida. Rivadavia continuó yendo con mucho énfasis, pero poca claridad con la pelota y Española buscaba alguna esporádica en el ataque.
Los locales seguían poblando el centro del campo con Tomás González como estandarte, entonces los Villagra (José y Diego) y Franco Gozzerino no encontraban la manera de generar. El problema era por dónde penetrar ante la seguridad de Mancilla, Ignacio Perón y compañía. Claro que con el correr de los minutos los espacios empezaron a aparecer en la defensa de Rivadavia y la sensación era, que si se animaba un poco, el local podría haber conseguido algo más.
Cabezazo de Tadeo Albiero, en su presentación con el equipo de Santoni, y derechazo importante de Páez, ambas resueltas por Mancilla, fueron algunas de las pocas que tuvo el visitante en el segundo tiempo.
Mientras, en el arco contrario, Agustín Cativelli se las ingeniaba para tener alguna, como la del final con un disparo potente que tapó Berardo, más la chance de Nicolás Morello, con un “sombrerito” que quedó corto.
Cuando el juego se iba, el recién ingresado Marcos Mancilla, mandó la pelota por arriba, cuando tenía la posibilidad de definir al gol para los del Prado.
Fue igualdad con sabor a poco para el campeón, y con algo de orgullo para los pibes de Española, que tuvieron una linda prueba, de cara a la segunda ronda que se viene, donde todos buscarán la clasificación.
La figura
Pablo Mancilla. Apareció un par de veces por tiempo, para mantener el cero en su arco, ante los embates del Verde de Arroyo Cabral. “Colo” estuvo atento a cada minuto y a puro reflejo evitó el festejo del rival. Ignacio Perón, otro de los que se mostró firme, como líbero en el fondo del Gallego.
El árbitro
Luis Dantuz. Tuvo un partido con jugadas complicadas, que supo resolver con criterio. Las dos manos que pidió la gente de Rivadavia, no dieron la sensación de penal, por más que existieron. En el desarrollo del juego no tuvo inconvenientes, a pesar de algunas dudas, en situaciones puntuales.
