Gabriel Alvarez tendrá que abtenerse de mantener cualquier tipo de contacto con la madre de su hijita
Un joven albañil villanovense fue condenado ayer a nueve meses de prisión de ejecución condicional, luego de admitir que había amenazado e insultado a su expareja, a la que luego le sustrajo el teléfono celular en medio de una discusión por cuestión de celos.
Se trata de Gabriel Gonzalo Alvarez (26), quien al cabo de un juicio de trámite abreviado sustanciado en la Cámara del Crimen de Villa María fue declarado autor responsable de “amenazas” y “hurto simple”, por un hecho de violencia familiar en perjuicio de María Anabella Colomino, ocurrido el pasado 12 de marzo en una vivienda de la vecina ciudad.
Alvarez, nacido en Villa Nueva el 28 de junio de 1991, llegó a juicio en libertad y pudo mantener ese estado ya que la pena impuesta fue en suspenso. La ausencia de antecedentes y la confesión del trabajador de la construcción le permitieron acceder a una sanción más bien leve, aunque además tendrá abstenerse de mantener cualquier tipo de contacto con la víctima y someterse a un tratamiento psicológico para morigerar su agresividad.
La audiencia de debate fue presidida por la camarista Eve Flores y contó con la participación del fiscal Correccional, Horacio Vázquez; del abogado Daniel Volpe, defensor del albañil, y de la secretaria Marcela Mattalía.
Al caer la tarde de aquel segundo domingo de marzo, Alvarez fue a la vivienda ubicada en Marcos Juárez 1751, donde se encontraba Colomino con la pequeña hija de ambos, de apenas 1 año, y le exigió que le entregara el celular.
Como la joven se negó, él se lo quitó de un manotazo e intentó revisarlo, pero no pudo acceder a los contactos ni a los chats de WhattsApp porque el dispositivo tenía activada la clave de ingreso.
Esa circunstancia originó una fuerte discusión verbal, que afortunadamente no pasó a la agresión física, aunque para la Justicia esa es una de las primeras fases de la violencia familiar: “Sos una puta de mierda… te vas a quedar en la calle, sola; te voy a sacar a nena y te voy a cagar matando con la escopeta que tengo… a la nena no la ves más”, le dijo Alvarez a viva voz.
Seguidamente, tomó a la criatura de un brazo y le advirtió a Colomino: “Despedite de tu hija porque no la vas a ver más; ahora matate tranquila”. Y sin agregar más palabras, se retiró del inmueble, llevándose a la criatura y el teléfono móvil de su exconcubina, con la que había estado viviendo hasta unos pocos meses antes en la casa de su madre.
Colomino denunció el hecho de inmediato y pocos minutos después la Policía detuvo a Alvarez prácticamente en flagrancia. Y aunque pudo recuperar la libertad un par de días más tarde, la causa siguió su trámite y fue procesado por los delitos antes descriptos.
La joven no sólo recuperó la tenencia de su hija, sino que además los efectivos policiales le restituyeron el celular rápidamente.
Finalmente, cabe señalar que la pena impuesta por la jueza Flores fue producto de un acuerdo previo entre el fiscal Vázquez y el defensor Volpe, para el caso de que el ahora convicto primario se declarara culpable del incidente.
