El técnico de Unión Central está viviendo el momento más feliz de su carrera y destacó a sus dirigidos porque “se armó un buen equipo y se brindaron al máximo”. Sobre lo que viene, en tanto, apuntó: “Yrigoyen es el mejor de la Liga, pero vamos a hacer la mejor final posible”

Marcelo Sachetto (foto), el “Yosi” para todos, está viviendo un momento soñado, al igual que sus dirigidos y todo Unión Central. Tanto para él, en su rol de entrenador, como para muchos de sus jugadores, será su primera final en la Liga Villamariense, en un grande del fútbol local, pero que hace 27 años que no conocía “disputar una final”.

Con su “papel” de armador de grupos, conjugando jóvenes y experiencia, fue haciéndose su lugar en diferentes clubes, hasta que le dijo que sí a Unión Central, después de un par de negativas. Y fue un acierto porque, tras 10 años de carrera como entrenador, logró acceder a su primera final.

Previo, lo más cerca de aspirar a un título fue, justamente, con Yrigoyen, quedando al margen en semifinales, hace un par de años. Y el “Diablo Rojo” ahora será su rival en la definición del título.

Con toda la emoción a cuestas, pero con total serenidad para describir sus emociones, Sachetto habló con EL DIARIO después de la clasificación y dejó los siguientes conceptos:

¿La lucharon mucho para conseguir esto: estar en la final?

“La verdad estoy muy feliz y emocionadísimo por este equipo, que se brindó al máximo. Por un montón de problemas en el año, en esta semana y supimos estar a la altura de las circunstancias. Les pedí que no se desesperarán en los 90 minutos porque lo íbamos a ganar, pero con la cabeza fría y poniendo todo lo que había que poner adentro de la cancha”.

¿Qué cambió de un partido a otro, porque en la revancha se observó otro Unión?

“Se hicieron algunos cambios, aportamos gente joven y con experiencia. Española nos ganó muy bien el partido pasado, pero no lo supieron liquidar y nos dejaron vivos. Y Unión sabe de esto, de sacrificio, de remontar estos tipos de partidos… Estamos en la final y muy felices”.

¿Quiénes definieron la serie, los hombres con experiencia, los jóvenes que incluiste o la conjunción de ambos?

“Fue una mezcla. Siempre hago hincapié en Delfino y Solís en la mitad de la cancha. Pongo un pibito (Solís) que le ayude a Martín (Delfino), por su inteligencia y buen juego. Después la defensa tenía que estar bien parada porque el partido pasado nos complicaron con las pelotas cruzadas y estuvimos muy desatentos; entonces, trabajamos y hablamos muy fuerte porque pasaron algunas cositas en la semana y se trató de cambiar a la cabeza porque esto es más psicológico que físico, mucho más para afrontar esta etapa y ahora una final”.

Para la final ¿recuperás jugadores?

“Vuelve (Paul) Marinelli, quien cumplió las tres fechas, y (Matías) Galiano. A (Marcos) Fernández y ‘Teté’ (Contreras) todavía deben cumplir más fechas… De igual manera, nos armaremos lo mejor posible, sacaremos más garra, más uñas y más juego. Hoy (por el domingo) no brillamos, creo que dependimos de las individualidades de Sotto y Zabala. Tal vez después de la expulsión de ellos pusimos la pelota al piso y la hicimos rodar un poquito. En el primer tiempo manejamos un poquito más la velocidad y allí sacamos ventaja con el primer gol de Zabala”.

Hablando de Zabala, justamente, prácticamente jugó sentido casi todo el partido pero igual fue desequilibrante…

“Así fue. Le habían ido muy fuerte en los primeros minutos, lo sintió, pero le pedí por favor que no me abandonara, le hicimos un poquito de frío y calor en el vestuario, le solicité más sacrificio y que con una pierna me tenía que jugar los 90 minutos. Me hizo caso y estuvo a la vista”.

¿Planteaste un partido con mucha gente en la mitad de cancha para ganarle ese terreno a Bracamonte, que tal vez se vio doblegado?

“Lo habíamos hablado el partido pasado, con Contreras en la función de Marinelli y en la semana nos resultó, pero a la hora de tirarlo a la cancha por ahí no nos salió. Esta vez, lo planteamos distinto, con un 4-4-2, meter más gente en el medio, copar ese lugar y metí a Delfino porque era quien tenía que manejar la pelota y ser inteligentes a la hora de jugar”.

¿Cuándo comenzó tu etapa con Unión imaginabas estar en la final?

“Sinceramente, no. Ya le había ido dicho a Unión que no en dos veces, tal vez por la ‘fama’ que tenía el club… Uno, además, tomó notoriedad en la Liga por jugar con los pibes, de ser protagonista con muchos juveniles y tres o cuatro grandes… Esta vez, cuando me fueron a buscar, me dijeron que querían jugar con mayoría de pibes y con tres o cuatro grandes, se armó un buen equipo y la verdad que nunca me imaginé todo esto, de jugar una final, en Plaza Ocampo y poder salir campeón en la Liga de Villa María sería un laburo enorme para mí.

Ya llevó 10 años como técnico. Por lo que, llegar a una final y poder ganarla sería una satisfacción muy grande.

¿En qué se trabaja previo a una final?

“Principalmente en lo mental porque nos hace falta cambiar mucho la cabeza al jugador de Unión. En lo físico estamos muy bien, tenemos un ‘profe’ que trabaja día a día espectacularmente y esta muy enchufado y metido con los pibes. Vamos a tratar de contrarrestarlo a Yrigoyen, que tiene un muy buen pie y jugadores muy buenos y con experiencia”.

Y, por último, ¿cómo se le gana a Yrigoyen?

… Es muy complicado. Es el mejor de la Liga. Le ganó a Argentino, Alumni y tiene bien merecida esta nueva final. También tiene un técnico muy inteligente. Lo hemos estado viendo y trabajaremos en la semana para tratar de contrarrestarlos y tratar de hacer, de parte nuestra, la mejor final posible”.