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Once años de prisión por matar a un menor durante una pelea

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Once años de prisión por matar a un menor durante una pelea
“Chuky” Heredia escucha a su abogada, la defensora oficial Silvina Muñoz, poco antes de que comenzara el juicio

Rubén “Chuky” Heredia fue condenado por el crimen de Abelardo Heredia, un adolescente con el que no tenía relación de parentesco. El trágico episodio ocurrió el 24 de febrero de 2016 en barrio Botta, durante una reyerta entre grupos antagónicos

“Chuky” Heredia escucha a su abogada, la defensora oficial Silvina Muñoz, poco antes de que comenzara el juicio

Un joven albañil villamariense, padre de dos niños de corta edad, recibió ayer una condena de 11 años de prisión luego de que confesara haber matado de un balazo a un adolescente, durante una violenta refriega callejera ocurrida hace un año y medio en barrio Botta.

Se trata de Rubén Alejandro Heredia (21), alias “Chuky”, quien fue declarado autor responsable de “homicidio simple, agravado por el uso de un arma de fuego” al cabo de un juicio oral y público de trámite abreviado que se realizó en la Cámara del Crimen local.

La víctima de su proceder fue el adolescente Abelardo Antonio Heredia (16), quien falleció un par de horas después de recibir un balazo en el tórax, muy cerca de una axila, por lo que el proyectil (calibre 32) perforó uno de los pulmones y lesionó gravemente otros órganos.

Rubén y Abelardo no tenían ninguna relación de parentesco, pero integraban dos bandas de antagónicas que se disputaban el “dominio” de un sector del populoso barrio ubicado en el cuadrante norte de la ciudad.

Alrededor de las 16.30 del miércoles 24 de febrero de 2016 se produjo una pelea entre miembros de uno y otro grupo, en su mayoría, chicos de 16 y 17 años. Producto de ese incidente, intervino “Chuky”, quien salió en defensa de los suyos blandiendo un revólver.

Según se estableció durante la instrucción de la causa, hubo un fuerte cruce de palabras, con insultos y forcejeos, hasta que en un determinado momento Abelardo Heredia arrojó una piedra que impactó en su homónimo.

En medio de la confusión, Rubén efectuó seis disparos, uno de los cuales dio en la humanidad de Abelardo, quien cayó malherido en plena vía pública, a la altura del 2250 de calle Teniente Ibáñez, a escasos 50 metros de la exruta de tránsito pesado.

El menor fue socorrido por personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, que lo trasladó hasta el Hospital Regional Pasteur, donde falleció alrededor de las 18.30 debido a las graves lesiones internas que le ocasionó el proyectil.

Rubén se dio a la fuga y estuvo oculto hasta cerca de las 3 de la madrugada del día siguiente, cuando fue apresado en barrio Nicolás Avellaneda, en la vía pública.

Al caer la tarde del mismo miércoles, el homicida escribió un par de mensajes en el muro de su cuenta de Facebook. A las 18.46, es decir a poco de conocerse que el menor había muerto, Rubén escribió: “No sé si hice bien o mal, pero sólo Dios puede juzgarme”. Y poco después expresó: “Gracias a todos por estar en este momento. Los quiero mucho. Siempre los tendré presente”.

 

El juicio fue abreviado porque Heredia confesó el hecho. Antes, el fiscal y la defensora, con la conformidad del acusado, habían acordado la pena

Juez y partes

La audiencia de la víspera fue presidida por el camarista René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez, de la defensora oficial Silvina Muñoz y de la secretaria Gabriela Sanz.

Previo al debate, el acusador público y la Defensa acordaron la pena finalmente dictada por el juez Gandarillas, luego que el propio imputado adelantara que iba a declararse culpable ni bien comenzara el proceso oral.

En efecto, a poco de iniciadas las deliberaciones y tras la lectura de la pieza acusatoria, Heredia confesó el hecho y posibilitó que el juicio se abreviara, con lo cual se incorporó “por lectura” toda la prueba. De inmediato, las partes pasaron a los alegatos y solicitaron la condena ya descripta.

Antes de que se diera lectura al veredicto, al hacer uso de la “última palabra”, Heredia dijo que estaba “arrepentido” por lo que había hecho y poco después escuchó con resignación la pena de 11 años de prisión.

 

¿Cuándo saldría?

A raíz de la sanción impuesta, Heredia deberá pasar, como mínimo, siete años y cuatro meses entre rejas para poder, recién entonces, solicitar la “libertad condicional”, que suele otorgársele a los convictos primarios que hayan observado buena conducta y sorteen con éxito una pericia psicológica que acredite que está apto para reinsertarse socialmente.

Suponiendo que se le conceda el citado beneficio excarcelatorio, “Chuky” podría salir de prisión a fines de junio de 2023, fecha en la que tendrá 28 años de edad (nació el 14 de diciembre de 1995).

En cambio, si tiene que cumplir toda la condena por registrar faltas disciplinarias o no aprobar la pericia psicológica de rigor, saldrá el 25 de febrero de 2027, o tal vez seis meses antes, si se le otorga la “libertad asistida”.

 

El marco legal

El artículo 79 del Código Penal de la Nación señala que “se aplicará reclusión o prisión de ocho a 25 años al que matare a otro, siempre que (…) no se estableciere otra pena”, mientras que el artículo 41 bis del mismo cuerpo legal precisa que “cuando alguno de los delitos (…) se cometiera con violencia o intimidación contra las personas mediante el empleo de un arma de fuego, la escala penal prevista para el delito de que se trate se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo, sin que ésta pueda exceder el máximo legal de la especie de pena que corresponda”.

Por ende, el “homicidio agravado por uso de arma de fuego” tiene una escala penal que arranca en los 10 años y ocho meses y llega a los 33 años y cuatro meses.

“Chuky” Heredia es un convicto primario, por lo que recibió una sanción levemente superior al mínimo legal.

 

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