El único detenido y principal sospechoso de haber baleado a Diego “Rocky” Giménez (37) negó los hechos que se le atribuyen durante la declaración indagatoria que prestó ayer en la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza.

Juan Javier Otín (37) dijo que no le disparó al exboxeador, que nunca tuvo armas y luego de negar lisa y llanamente su participación en el violento episodio registrado el lunes 12 de diciembre en barrio Felipe Botta se abstuvo de seguir declarando.

La medida procesal se cumplió poco antes de las 14, casi sobre el cierre de la actividad tribunalicia, y duró menos de 30 minutos, ya que el acusado no respondió preguntas y sólo se limitó a comparecer sobre condiciones personales.

El presunto agresor de Giménez estuvo asistido por el abogado Darío Sosa, quien al ser consultado por EL DIARIO dijo que el fiscal “todavía no tomó ninguna determinación” sobre la situación de su defendido, aunque dispone de 10 días para resolver los pasos a seguir.

Otín está imputado como supuesto autor de “amenazas” y “lesiones graves, calificadas por el uso de arma de fuego”, y se encuentra detenido desde el viernes 16 del corriente, cuando fue arrestado en su casa de barrio San Nicolás.

El alevoso ataque a balazos tuvo como prólogo una pelea a golpes de puño entre Otín y Rocky, generada por un episodio similar que momentos antes se había producido en la plaza Carlos Fernández.

Según declaró Giménez, Otín “le estaba pegando a un chico en la plaza y yo me metí, me agarré a trompadas con él y lo hice recagar”, y agregó: “Me dijo que después iba a venir y que me iba a cagar matando a mí y a mis hijos”.

Siempre de acuerdo con el testimonio de la víctima, momentos más tarde, mientras se encontraba en la vereda de su casa (Intendente Urtubey al 800) junto a su esposa, Silvana Bracamonte (35), pasaron por la calle varias motos (“eran como ocho personas”, afirmó Giménez) y efectuaron varios disparos, uno de los cuales le causó una grave lesión en la rodilla derecha.