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Otra persiana que se baja: en este caso, una tienda

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Otra persiana que se baja: en este caso, una tienda
Un vecino pasa frente al local donde funcionaba la pilchería, en cuyo interior se pueden observar los maniquíes desnudos. En la puerta, la elocuencia de un cartel: “Se vende el mobiliario”

A los cierres de Casa Galver, Gula y Subway, se sumó ahora la tienda de las marcas Wrangler y Lee, a la altura del 1000 de la céntrica arteria. La suba de las tarifas de servicios, el alza de los alquileres y la caída de las ventas, entre las causales

Un vecino pasa frente al local donde funcionaba la pilchería, en cuyo interior se pueden observar los maniquíes desnudos. En la puerta, la elocuencia de un cartel: “Se vende el mobiliario”

Si bien la complicada situación del comercio local comenzó a hacerse visible en esta ciudad a partir de los cierres de varios comercios en el microcentro durante las últimas semanas, hay una serie de datos que circulan por despachos oficiales que causan escalofríos.

Ayer, la subsecretaria de Inspección General de la Municipalidad, Valeria Suárez, dijo en una nota que le hacía Héctor Farías por Radio Universidad que en febrero recibió 44 pedidos de cese de actividad, contra 12 solicitudes de apertura (ver detalle en “Testimonio”).

Después de los casos más difundidos de Casa Galver, Rectificaciones Vimacor, Gula y Subway, le llegó el turno a la tienda de ropa que vendía Wrangler y Lee en la calle corrientes al 1000. En el local se pueden observar los maniquíes desnudos y, contra el vidrio de la puerta, un cartel que indica que las estanterías y los mostradores están a la venta.

La caída del consumo (y de las ventas, claro), la suba de las tarifas de servicios públicos y el alza del precio de los alquileres son los motivos esgrimidos en la mayoría de los casos que EL DIARIO ha ido informando.

 

“No se lo alquilan a nadie”

En cuanto al último punto, este medio pudo saber a través de un agente inmobiliario que “a uno de los comerciantes que se vio obligado a dejar el local que ocupaba con su negocio le querían subir el alquiler a 40 mil pesos y ahora lo ofrecen a 25 mil pesos porque no se lo alquilan a nadie”.

Son datos que conviene leer a tiempo para buscar entre todos las explicaciones que nos abran las puertas hacia las soluciones. En 2001 no supimos hacerlo y nos quedamos sin Baravalle, sin Cúspide y tantas otras.

 

Algunos datos oficiales

“En febrero de este año tengo 44 pedidos de cese de actividad y, en lo que respecta a nuevas inscripciones para solicitar la habilitación, tengo 12 en el mismo mes. En febrero del año pasado hubo 20 comercios que cerraron y 35 que abrieron sus puertas. Enero es muy difícil de cuantificar porque hay muchos negocios que cierran o tienen horario desdoblado y por ahí no toman definiciones hasta febrero”.

Lo dijo Valeria Suárez (foto), subsecretaria de Inspección General de la Municipalidad, en diálogo con Radio Universidad.

 

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