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Póker de ases

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Póker de ases

En una noche espléndida, tanto en temperatura como en convocatoria, la 51° edición del Festival de Peñas se despidió anoche con una programación formidable: el mexicano Carlos Rivera y sus canciones de novela, el portorriqueño Luis Fonsi con sus hits globales, Abel Pintos en su insuperable momento y Axel que tuvo a sus colegas como invitados especiales

 

Se trataba de la última noche de un Festival histórico, explosivo, casi perfecto, prácticamente redondito, exceptuando la falla de las pantallas led durante la velada de apertura. Con una programación bien lograda y diseñada para cada jornada, con artistas internacionales laureados por Premios Grammy y con artistas nacionales en su máxima expresión (Abel Pintos, añadido al último a la grilla, vendría a dar cuenta de ese nivel superlativo).

Con una edición que logró darle revancha a Alejandro Sanz, quien pisó por primera vez el Hernán Figueroa Reyes al igual que otros referentes extranjeros.

En el marco de una propuesta festivalera que contó, luego de una década, con una noche de rock y que reconfirmó una vez más que la velada cuartetera es indiscutiblemente un éxito.

En el epílogo de cinco días de intensidad musical, de temperaturas elevadísimas y con dos veladas con localidades agotadas desde días antes, el histórico maestro de ceremonias Miguel Borsatto esbozó una suerte de despedida a su grito característico. El conductor, que el año próximo cumplirá 45 años de trayectoria, se refirió al nombre del Festival y a la búsqueda de una nueva identidad. «Están los que se aferran a Peñas, otros que hablan de Festival de Festivales y algunos del Festival de la Música y la Canción. Y está bien porque hay que aceptar los cambios; antes Villa María era la hija del riel y ahora hija del aprendizaje. Pero eso no lo va a definir una decisión antojadiza o una determinación de poder, sino el público que tiene voz con su aplauso y tiene su voto al pagar la entrada», expresó antes de enunciar el «último saludo impetuoso de 2018», refiriéndose a «Peña y corazón abiertos». ¿Fue, además, el último en la historia del Festival?

 

Un cantante de novela

Tras la apertura coreográfica a cargo de la academia Flor de Ceibo/Passion con un tributo a Celia Cruz, la joven animadora villanovense Lucía Díaz tuvo la difícil tarea de anunciar, «solita mi alma» y en su debut oficial dentro del evento peñero, al mexicano Carlos Rivera. Sin la presentación adecuada de un colega, Lucía -desconocida para el público y la prensa de foráneos- logró brindar una reseña puntualizada sobre el cantante y actor azteca.

Rivera, ataviado en estricta etiqueta negra, inició su set a las 21.15 con «Si te vas» de su álbum «Yo creo» (de 2016) y «Amar y vivir» de «Mexicano» (2010), con dos bailarinas en coreografía y mixturado con «Quizás quizás». El artista nacido en un reality show recordó que la primera vez que había actuado en Argentina había sido en Córdoba, acompañando a su «maestro» Franco De Vita. Su repertorio combinó un derrotero de canciones románticas, algunas reconocidas por ser cortinas musicales de telenovelas, con algunas un tanto más picantes. Sus puntos altos, hasta antes de la sorpresa en los bises, fueron «Recuérdame» (banda sonora que él aportara para el filme de animación «Coco» inspirado en la tradición mexicana), y «Serás» (que musicaliza a la novela de Telefé «Golpe al corazón») y «Solo tú».

En su don actoral y seductor también se permitió entrar en el juego de ícono de símbolo sexual:  «Al ser la primera vez aquí no saben las ganas que les tengo. Ustedes disfrútenme como quieran», lanzó antes de despojarse de a poco de la ropa y previo a subir a una fanática (Débora, del fans club «Solo tú»), para que la afortunada pudiese besarlo, franelearlo y escucharlo decir que será su «reina de ajedrez» (por el tema «Tu juego de ajedrez»).

Pero el primer estallido de una noche que iba a prodigar varios encuentros en escena, comprendió la cumbre del mexicano con nada menos que Abel Pintos, para el contagioso «Día de lluvia», incluido en la última placa de Rivera. El dueto fue ornamentado con una lluvia de papelitos y una coda a capela por ambos en el estribillo: «Buscaré algún refugio en el mar/Para que no lo encuentren, para que no se pueda borrar». Antes, Abel remarcó: «Que se lleve el amor de nuestro país a todo el mundo». A lo que Carlos respondió: «Yo soñaba contar con la bendita voz de Abel, que es uno de los mejores cantantes de Latinoamérica».

El cierre fue «bien arriba», con «Lo digo», que viralizara tiempo atrás con Gente de Zona, y su cuerpo de bailarines.

 

Fonsi lanzó sus bombas «Despacito»

A las 23.15 llegaría uno de los astros de la música melódica y urbana más preponderantes en este momento. Tras un paso en falso de los presentadores, que debieron anunciarlo en dos ocasiones, arribaría nada menos que Luis Fonsi.

Con la parafernalia de un show exclusivo (conteo regresivo en pantalla y voz en off), el puertorriqueño volvía a Villa María luego de tres años (en 2015 había remplazado a Sanz), para alumbrar el «Love and dance tour».

«¿Qué quieren, canciones románticas o quieren bailar? ¿Quieren las viejas o las nuevas? Veo que quieren todo», bromeó el artista, acompañado de bailarines masculinos y femeninos, que comenzó su set con la chispeante «Corazón en la maleta». Sería uno de los tantos temas que ya había interpretado en la anterior visita, cuando todavía no se hallaba en la cúspide de los rankings globales. Otras obras también coincidentes fueron «Imaginarme sin ti» (y el latiguillo «soy culpable ya lo sé»), «Llegaste tú» (en versión bachatera, que sufrió un pequeño corte de sonido), dedicada a su hija y a los hijos del público, y la balada «Quién te dijo eso».

También se animó a versionar a un recuerdo de The Police, «Message in a bottle», entre otros temas en inglés antes de detonar su primer bomba atómica, aquella cuya onda expansiva ha llegado a traspasar fronteras geográficas e idiomáticas. La alusión, sin lugar a dudas, tiene que ver con «Despacito». A esa altura, el Anfi estaba repleto como nunca. No había prácticamente lugar en los pasillos y en las tribunas no cabía un alfiler.

La combustión explosiva apenas se ponía en movimiento, dado que faltarían «Party animal», un tema bien bolichero, y el nuevo corte a nivel mundial  «Echame la culpa» (es la canción y el videoclip número 1 en estos días), con la voz e imagen de Demi Lovato en pantalla.

Fonsi apaciguó los ánimos por un momento al ofrendar su hit melódico «No me doy por vencido» y luego «Aquí estoy yo». «También hay que dar mensaje de unión», acotó antes.

Para el cierre, el cantante volvió a recrear «Despacito» (como hiciera Carlos Vives el año anterior con su éxito «La bicicleta»), antes de despedirse definitivamente luego de hora y media de show con un tributo a Soda Stereo, con «De música ligera».

 

Abel, pájaro luminoso

Abel Pintos no es solo un artista excepcional, con un talento increíble para componer canciones con pálpito consciente sobre la consideración masiva y con una capacidad vocal formidable, que le permite interpretar desde el susurro hasta las notas más altas en un ápice de santiamén. No.

El bahiense cuenta además con una personalidad singular que transmite paz a quien lo vea y exuda una sensibilidad más que evidente en su manera de dirigirse a sus seguidores («mi familia», esa cofradía de incondicionales que lo siguen por donde vaya), así como a la hora de intercambiar palabras con el público en un tono de modulación zen.

Luego de haber regalado versiones de «Bella flor» de su disco «Sentidos» (2004), y tras pedir que lo sigan con las palmas en «Tiempo» de «La Llave»  (con el fraseo «En el alma hay estrellas / Que se encienden con el tiempo»), y «Aquí te espero», Abel se hizo un momento para dedicar su concierto especialmente a María del Carmen Contreras, la «Negrita», madre de Luis López, su sonidista desde hace años que falleciera días atrás. Evidentemente emocionado recreó «Cómo te extraño».

Luego, llegaría el turno de «Pájaro cantor», coreado corte de su último disco «11», al igual que el poderoso «Oncemil (así como si no doliera)», que contó en escena con la participación especial del destacado bailarín Facundo Mazzei, integrante de la «troupe» de «Mahatma» de Flavio Mendoza.

Ya despojado de su guitarra, de su chaqueta y sus lentes, quedándose con una floreada camisa como distintivo, Pintos se desplazó de su banqueta hacia los costados para ofrendar su honda canción de ruptura amorosa: «Tanto amor».

Acto seguido se adentraría en aquellas obras a las cuales abrevaba un pequeño, inquieto y enrulado Abel en sus primeros años de carrera y que traería a ese mismo escenario varios lustros atrás, como la chacarera «La flor azul».

El bahiense, ya con sombrero y remera azul como atuendo, proseguiría su cancionero con «Todo está en vos» de «La Llave» y «Yo ya estuve aquí», hasta levantar los ánimos con «Por una gota de tu voz (De par en par)» y «Crónica», donde modifica su último verso, dedicado a sus fans, por «los llevo junto a mí».

Ya en el cierre regalaría una exquisita serie de éxitos como «Motivos» y «De solo vivir», para que el delirio cundiera en todo el «coloso de cemento». Parecía que se venía su tema de despedida, «A-Dios», pero cuando Lucía Díaz salió ante el público, el «soberano» aclamó por una más. Abel hizo lo que sabe hacer como gran «showman»: llevar el nivel de exaltación a un grado superior con «Revolución» para coronar poco más de una hora de recital.

Al cierre de esta edición, Axel llegaría a escena con la promesa de recobrar sus hits, adelantar su nuevo disco «Ser» («Malgre tout» y «Que nos animemos») y cantar junto a Abel y a Carlos Rivera, como había adelantado en las redes sociales.

 

En pocas líneas

Abel le dedicó el show a la “Negrita”: Abel Pintos le dedicó el concierto a María del Carmen Contreras, la madre de Luis López, sonidista villamariense que acompaña al cantante desde hace varios años. «Negrita», como la conocían todos y que fuera cocinera del cantante en sus distintas visitas a la ciudad, falleció días atrás. La «Negrita» es nuera de doña Hortensia.

Público y clubes de fans: Entre los espectadores se encontraban asistentes de La Pampa, Corrientes, Santa Fe, Corrientes y Jujuy, además de países limítrofes.

500 Premios de Bancor: con la presencia de autoridades provinciales y municipales se formalizaron premios a los ganadores de los sorteos de 50 mil y 100 mil pesos que entregó Bancor. En total, la entidad cordobesa entregó 500 mil pesos. «Gracias por traer dinero», dijo Borsatto ante el micrófono.

Sonido: Hubo un corte de sonido apenas segundos cuando Fonsi recreaba «Llegaste tú».

Facu Mazzei: Invitado de Abel, el bailarín Facundo Mazzei participó en escena coreografiando el tema «Oncemil» del cantante.

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