Actuó el viernes en Mundo Rojo ante cerca de 350 personas
Más allá del paso de los años, los premios obtenidos y los discos vendidos, Raly Barrionuevo sigue siendo el mismo “chango” que configuraba su mundo afectivo y social rodeado de amistades, colegas, música y alegría.
Dicha esencia se mantiene intacta y se percibe en mayor medida cuando se encuentra en ambientes permeables a la cofradía. El viernes pasado, el solista oriundo de Frías luego de disertar a la tarde en el Campus, presentó oficialmente su disco “Niña de los andamios” en Mundo Rojo, como concierto extensivo del 6º Congreso Latinoamericano de Formación Académica en Música Popular que se llevó a cabo en la UNVM.
Distendido, dicharachero y con ánimo de defender con sólidos argumentos musicales su reciente placa (que todavía no ha llegado a las bateas), Raly dialogó holgadamente con el público entre tema y tema.
Tras la canción que da nombre al álbum, creada en homenaje y en recuerdo a su madre, recreó “Agua de los tiempos” y “Y seremos agua” (chacarera con aires celtas), un tándem alusivo al líquido elemento como “espejo de la sociedad, tanto en el abuso, el exceso como en la sequía”, acotó. Luego rescató “Chacarera de la espada” (de “Noticias de mi alma”), y “Tu memoria y tu mañana”, un carnavalito nuevo que tuviera como compañeros en escena al cordobés Juan Pablo Toch (el joven productor del flamante disco) y a José Luis Aguirre (destacado cantautor de Villa Dolores). Párrafo aparte para Aguirre quien, el jueves pasado, resultó uno de los artistas destacados en la peña del congreso realizada en el Club Rivadavia. Allí plasmó su repertorio compositivo de chacareras y vidalas, además de ofrendar un encendido recitado contra el avance del capitalismo predador sobre nuestros recursos naturales.
Referencias
La velada fue derivando en anécdotas propias y en introducciones alusivas a cada pieza mientras el público se iba acomodando en las sillas. Alrededor de 350 personas finalmente asistieron al concierto que también comprendió referencias a Eduardo Galeano y a una historia particular del libro “Los hijos de los días”, al compositor Horacio Banegas, quien le mandara la letra de “Guitarra de sal” por mail, y a Jacinto Piedra, respecto a un tema que él había comenzado y que Raly finalizó tras la muerte de Jacinto.
Entre medio, Raly invitó a bailarines a escena como en “Niña fuego de la América sangrada”, inspirada en un viaje a Cuba.
Por supuesto, una secuencia de chacareras no faltó al convite, especialmente para aquellos que extrañaron el formato peñero de la presentación, pergeñada en plan teatral.
Juan Ramón Seia
