El informe del médico forense determinó que el hombre, cuyo cadáver fue hallado en la cava de barrio Botta, no falleció por asfixia por inmersión, sino que un bolo alimenticio le obturó las vías respiratorias. Se detectaron golpes en la cabeza, pero no se pudo establecer cómo los recibió

El fiscal Gustavo Atienza confirmó ayer que Marcelo Omar Rodríguez (34), el hombre oriundo de la localidad de La Laguna que fue hallado muerto en la cava de barrio Felipe Botta, falleció al broncoaspirarse con alimentos.

Según el informe del médico forense de los Tribunales locales, Gustavo Rodríguez, la causa eficiente del deceso de Rodríguez es “muerte por broncoaspiración”.

“Concretamente es un ahogo; por las vías por donde ingresa el aire, hubo una obturación”, explicó el titular de la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno en conferencia de prensa, aunque precisó que “hemos encontrado como elemento curioso, pero importante, un hematoma en la cabeza, como así también un hematoma en el arco superciliar del ojo izquierdo y otro en el maxilar”.

Atienza dijo que, según la valoración efectuada por el forense, “esos hematomas pudieron haberse producido por una caída o por un impacto fuerte con elemento romo”.

“No se descarta que pueda ser que la propia víctima se haya caído o que haya habido intervención de terceros, como podría ser por golpes de puño o patadas”, añadió el fiscal.

En otro pasaje de la charla con los medios de prensa, el funcionario judicial aclaró que al realizarse la autopsia “se encontraron restos de alimentos en las vías aéreas superiores que obturaron los canales de respiración”.

¿Estaba inconsciente?

“La hipótesis que manejamos es que, al momento de broncoaspirarse, Rodríguez estaba inconsciente”, sostuvo Atienza, y agregó que esa inconsciencia “pudo haber sido generada por los golpes que presentaba el cuerpo”, producto de los tres impactos antes descriptos.

“Quizás el golpe más importante sea el que (Rodríguez) recibió en la cabeza, pero no hubo rotura de cráneo, no hubo edema cerebral ni fractura de base de cráneo; sí un importante impacto que podría haberle causado un adormecimiento”, añadió el investigador judicial del caso.

Cabe recordar que el cadáver de Rodríguez fue encontrado el viernes pasado en la cava denominada “laguna Genovese”, aunque luego se determinó que el cuerpo estuvo semisumergido alrededor de 48 horas, por lo que su deceso se habría producido el miércoles 10.

Sigue investigando

En otro momento, Atienza conjeturó: “Nuestro desafío es (averiguar si esos golpes) se los ocasionó solo; si por las condiciones de vida que esta persona llevaba, debemos suponer que estaba ‘cirujeando’ en el lugar, se broncoaspiró y cayó al agua, o si intervinieron terceras personas, quienes tras aplicarle un golpe con algún elemento o con golpe de puño o patada, lo adormecen y queda arrojado en el lugar… y tras quedar inconsciente, se broncoaspira y fallece”.

El fiscal precisó también que Marcelo Rodríguez “vivía solo y en condiciones muy humildes, muy sencillas, viviendo prácticamente como un menesteroso”.

Sobre el final de la charla con los periodistas, el funcionario aclaró puntualmente que Rodríguez no murió asfixiado por inmersión, es decir que no falleció por ahogarse con el agua de la cava, sino que se broncoaspiró con restos alimenticios.

“Su respiración se vio interrumpida por un bolo alimenticio que le obturó las vías aéreas”, concluyó Atienza.

Solicitó el sobreseimiento de Alves por el crimen de Airasca

Por otra parte, el fiscal Atienza informó que, tal como se preveía, ya solicitó el sobreseimiento de Joaquín Alves Carneiro (26), el joven villamariense que el pasado viernes 31 de marzo degolló a Daniel Alfredo Airasca (50) cuando circulaban por las calles de barrio Lamadrid.

“He pedido el sobreseimiento por inimputabilidad, a tenor de lo establecido por el artículo 34, inciso primero, del Código Penal”, explicó el funcionario judicial y agregó que “no puede seguirse la acción penal en su contra porque los peritos forenses han determinado que, al momento de cometer el hecho, no tuvo comprensión del acto ni supo dirigir sus acciones”.

Atienza enfatizó que, “por esa razón, es imposible continuar una persecución penal en su contra”, y sostuvo que el expediente ya fue remitido a la jueza de Control de los Tribunales villamarienses, Edith Lezama de Pereyra, quien deberá resolver la cuestión, aunque se descarta que confirmará el sobreseimiento.

Por lo pronto, Joaquín Alves continuará internado en el Centro Psico Asistencial (CPA) de la ciudad de Córdoba, aunque finalmente será la jueza Lezama quien deberá disponer si permanece allí o si es alojado en otro establecimiento de salud mental.