La reducción en la firma Agrotransportes pone en vilo a los empleados. Contreras cuestiona el rol de los empresarios

«Agrotransportes SA está funcionando, pero con una docena de empleados», dijo a modo de lamento Ramón Contreras, titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores Etruria (UATRE). Es que justo ayer se cumplió un año de la audiencia en la Delegación local del Ministerio de Trabajo porque la firma de la familia Levrino había suspendido a todos los trabajadores, los casi 90 de las diversas actividades que se llevan a cabo en el predio manisero.

La reacción de aquella fecha fue tomar la planta, apenas fueron notificados de la suspensión total por 15 días. Ese fue el marco para que en representación de Agrotransportes SA, la asesora Silvina Alvarez, del estudio villamariense Alvarez y Asociados, iniciara el trámite ante la Delegación de Trabajo para el procedimiento preventivo de crisis.

Sin embargo, la preocupación de Contreras está en que «el pueblo perdió cerca de 80 puestos de trabajo y eso acarreó muchas cosas más, porque creó un desfasaje en los pagos, un retraso que afecta desde el almacén a la cuota de la moto o el auto o un crédito en una financiera. Es grave y se lleva puesto mucho».

De los 90 empleos, dijo el gremialista, quedan unos 12. «De la bolsa de la UATRE no llaman más gente y están debiendo 45 camiones de descarga (por gravitación) que están por convenio paritario», apuntó sobre Agrotransportes. La empresa tomaba unos 50 trabajadores de este sindicato. Los demás se dividen en su mayoría para el Centro Empleados de Comercio (CEC) y un porcentaje menor Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (Urgara).

Las instalaciones de la empresa ubicada a la vera de la ruta provincial 4, a escasos kilómetros de Etruria (al norte), mantiene hoy «un movimiento que realiza con los escasos trabajadores, manipulando maní de producción propia y algo más», sostuvo Contreras.

Pero además, «se da que trabajan la pareja en la misma planta, y al perder el empleo se arma un real despelote…», lanzó preocupado.

Resignados

«La gente se dio por vencida. Nunca atendieron los reclamos por los derechos de los trabajadores. Los que se fueron, algunos, se llevaron el 50% de la indemnización, otros tuvieron que conformarse con cuotas. Pasa que todo es muy precarizado y si no estamos y exigimos los gremios, nada se respeta y todo sería peor», describió el hombre de la UATRE etrusca.

Y sin más, reclamó porque «los empresarios andan con total impunidad, andan por el pueblo, cuando han perjudicado a trabajadores y a productores, a comerciantes, a muchos muchos. Hay que cambiar la ley porque no puede haber tanta impunidad en lo laboral por parte de los empresarios».

«Ahora a nosotros no nos dan más trabajo, ni siquiera el abogado conoce la planta, nos admite que no sabe qué es cuando le hablamos de movimiento…», deslizó. La frase remite a esa historia de hace un año, cuando tomaron la planta y bloquearon los accesos y los representantes de la firma solicitaron dejar salir camiones para que obtuvieran a partir de esas ventas sus salarios, «pero resultó que no cobramos esa vez, no fue así. Es una mentira terrorífica».

Se presume

Sobre las condiciones que presume pudieron llevar a la firma Agrotransportes a esta situación, cuando apenas un tiempo atrás proyectaban un crecimiento exponencial multiplicando considerablemente su capacidad, Contreras sostuvo que «apuntar al Gobierno sería siempre echar la culpa a los mismos». «Sabemos que las empresas bien administradas han crecido (dio el ejemplo de Manisel en Pasco) o dan pelea», arriesgó.

En ese sentido, y respecto al apoyo de los distintos estamentos que pudo tener para sostener las fuentes de empleo, afirmó que «hubo al menos dos versiones». «A nosotros nos mintieron diciendo que ni la Municipalidad ni la Provincia dieron respuesta, pero cuando esto pasó nos dimos con que hubo allegados y hasta la diputada (Nora) Bedano ofreciendo ayuda y la empresa no quiso», narró Contreras.

Y sostuvo que «algo pasó o algo pasa, porque dicen del Gobierno y los aprietes impositivos o lo que fuera, pero no todos los empresarios viajan cada 15 días al exterior…».

Se fue de la UCR

«Me fui del radicalismo muy molesto por cosas que pasaron en el partido», dijo habiendo sido afiliado de la Unión Cívica Radical (UCR) «y estoy en el espacio del Frente para la Victoria (FPV), porque dieron ayuda a los trabajadores». «Hay personas molestas también por esta relación con el municipio, pero nuestra lista rotativa del sindicato no da la vuelta a veces y ahora tenemos jornadas laborales, que hacen a los ingresos de varias familias. Con la Municipalidad nunca tuvimos enfrentamientos, pero faltaba tener conversaciones para acercarnos, y las hubo», concluyó el gremialista.

Dos empresas

ETRURIA CEREALES «es un grupo de productores que dejó de acopiar maní y sólo procesan su producción, y es una empresa con la que se mantiene la demanda de trabajo».

AGROTRANSPORTES SA «está realizando movimientos de su producción y algo más con personal propio, esos 12 trabajadores, sin pedir a la bolsa de la UATRE como indica el convenio colectivo de trabajo (CCT) y usando al personal en tareas que no les son propias».

La vecina Agromaní

La firma Agromaní de La Laguna (de capitales etruscos Pac y Vignetta) cerró sus puertas en diciembre de 2013 y dejó en la calle alrededor de 70 trabajadores. La historia fue parecida. Hace algunos meses se reactivó con poco personal, pero renovando algunas esperanzas, con nuevos dueños. Los anteriores «desaparecieron», contó una fuente.