Navarro consideró que todos los concejales tienen vocación de servicio y buscan resolver los problemas de la ciudad; dijo que 2016 fue un año de “acomodamientos” y que espera que en 2017 haya más actividad y más respuestas a los vecinos

“Fue un año muy positivo desde lo personal en cuanto al aprendizaje y al desempeño que tuvo el Concejo Deliberante dentro del funcionamiento de las instituciones, de la institucionalidad de la ciudad, de la vida en democracia”, aseguró Verónica Navarro, edil de Villa María para la Victoria, en una entrevista con EL DIARIO que inició haciendo un balance de su primer año dentro del cuerpo legislativo. Navarro había ocupado una banca con anterioridad, pero renunció a los pocos meses de asumir para cumplir funciones como secretaria de Economía en la gestión anterior de Eduardo Accastello.

“Creo que lo más rescatable de 2016 fueron los cambios que vivimos a nivel de partidos políticos en Nación, provincia y municipio. Acá hubo un cambio de intendente, pero el proyecto continúa. Es un proceso que tiene más de cuatro gestiones de gobierno, tres de Eduardo Accastello, una de Nora Bedano y la quinta de Martín Gill. Yo formo parte de este proyecto desde el inicio, en distintas funciones, por lo que conozco bien lo que es el proyecto y cómo ha transformado la ciudad en estos años. Estamos muy orgullosos y satisfechos con lo que se hizo, pero la gente siempre te hace saber lo que falta, por lo que uno siempre anhela más”, señaló.

“Se concretaron muchos sueños que tuvieron que ver con acercarle calidad de vida a los villamarienses, sobre todo a los niños, a quienes se los ha incluido desde siempre. Villa María evoluciona y eso no pasa en todos lados, más servicios a menor costo no es una ecuación que se dé en la Provincia o en la Nación”, sostuvo la edil.

“Hoy la situación del país es más complicada que antes y veo con preocupación algunas de las medidas que se van tomando a nivel nacional, y las que se toman o que no se toman desde el Gobierno provincial, que deberían ir orientadas a la seguridad, al control del narcotráfico, a la protección de los bosques nativos, a combatir la violencia de género”, indicó.

“Creo que no se está haciendo un cuidado racional de nuestros recursos en el afán de ampliar la frontera agrícolo-ganadera, con las consecuencias que después vemos de las inundaciones, porque los ríos no tienen contención, los suelos están agotados o erosionados por el desmonte, la falta de rotación de cultivo y las urbanizaciones se autorizan sin controles. Creo que municipio, Provincia y Nación tenemos que trabajar articulados en estas temáticas que trascienden a una gestión y que son, o deberían ser, políticas de Estado”, consideró Navarro.

Juego de fuerzas

Al hablar de cómo calificaría al año legislativo que concluyó, dijo que fue de “acomodamiento”.

“Creo que fue un año de acomodamiento, en el que se pudieron discutir algunos temas. El Concejo Deliberante tiene dos bloques, uno de la mayoría que gobierna la ciudad y otro de la minoría que gobierna la Nación; en ese sentido, hubo un tiempo de espera, de permitirles acomodarse a nuestro intendente, al gobernador y al presidente, de ver cómo se daba en lo político ese juego de fuerzas y de poder en el que cada uno tenía que negociar de acuerdo a sus necesidades o intereses”, remarcó.

“Lo veo como un año en el que no se tomaron determinadas medidas y se definieron otras, de acuerdo a este juego de fuerzas que mencioné. Hubo acuerdos y hay negociaciones pendientes que en un determinado momento concluirán en una solución”, opinó Navarro.

“Considero que faltó dialogo y trabajo articulado entre representantes del municipio y funcionarios nacionales que logren bajar programas vigentes y avanzar con obras concretas que mejoren la calidad de vida de los villamarienses, como, por ejemplo, la avenida Circunvalación de la ruta nacional 158, la rotonda de Jauretche y ruta 9 y viviendas, entre otras”, agregó.

Ir por lo que falta

“No sé cómo va a ser este año legislativo, sí puedo decir cómo me gustaría que fuera. Espero que sea un año en el que tengamos más actividad y podamos dar más repuestas a los vecinos”, puntualizó.

“Tenemos que ir por lo que nos falta, el municipio hace años que tiene una situación económica y financiera equilibrada y superavitaria, por lo que puede tomar la decisión de no aumentar la tasa de servicio a la propiedad. Una ciudad desendeudada está preparada para seguir avanzado. Tenemos que ir todos juntos, cada uno desde el lugar que le toque, por esas cosas que nos faltan”, insistió.

“Me gustaría un Concejo que legisle ideas propias y de los vecinos, que acompañe las iniciativas de quien conduce el Ejecutivo y que gestione y articule soluciones con los gobiernos provincial y nacional”, añadió la edil.

Encuentro y diálogo

Ante la consulta de cómo piensa que afectará al bloque oficialista la salida de la edil Mónica Lazos, respondió que “en este año de acomodamientos, de encuentros y desencuentros, el bloque no ha conseguido tener una dinámica capaz de articular los intereses de todos sus integrantes”.

“Espero que este año podamos articularlos y trabajar de manera más organizada. Estamos en una cultura del diálogo, la cual implica una nueva manera de hacer política, que es encontrarnos y hablar. A veces no sucede o sucede en los discursos pero no en los hechos”, apuntó.

Verdades y mentiras

“Lo peor de 2016 fue el abuso de la mentira y la difamación para denostar al otro y poder elevarse sobre el criticado. Esto de juzgar al otro desde el desconocimiento, la mentira, la ignorancia o el propio interés no le hace bien a la política ni a la ciudad ni a la comunidad. Así se entienden ciertas anécdotas de nuestra historia argentina sobre cómo tratamos a nuestros líderes”, afirmó Navarro.

“Me pregunto por qué los argentinos no logramos revertir esta cultura para poder expresarnos y respetarnos en las diferencias y construir a partir de ellas. Estos malos ejemplos a veces cunden en la sociedad y después nos preguntamos porqué la violencia, la ira, el resentimiento, y no nos damos cuenta de que con nuestras palabras no estamos ayudando a una convivencia en paz y armonía”, señaló.

“No estoy hablando de que todos tengamos que pensar igual, sí de que el otro pueda decir su verdad y ser escuchado. A veces no escuchamos la verdad del otro y nos encerramos en nuestras mentiras. A veces elegimos no tener memoria, no reconocer el valor de la transformación política, social, comunitaria, cultural, sanitaria, económica y en todos los sentidos que se evidencian en cuanto índice provincial podamos leer”, afirmó la edil.

De puertas abiertas

“Lo mejor de 2016 fue que más allá de las dificultades, creo que ha sido un año en el que hemos aprendido a conocernos entre los 12 concejales, a trabajar para la comunidad. Hemos logrado mantener el diálogo con todos los sectores y las instituciones. En cada oportunidad de debatir una norma, tratamos de consensuarla y escuchar opiniones, somos un Concejo que está cerca de la gente, un Concejo de puertas abiertas, queremos que la gente venga a contarnos y también nosotros salir a su encuentro”, precisó Navarro.

“Lo bueno es que todos tenemos la vocación de servicio y de instar a que se resuelvan los problemas de la ciudad. Las demandas van cambiando y es bueno que los concejales evolucionemos a la par de nuestros vecinos, escuchemos y tendamos la mano cuando haga falta. Somos un equipo joven, con ganas y sueños, y más allá de nuestras diferencias, vamos a seguir trabajando por la ciudad y nuestra gente”, aseguró.

Sin decisión política

“Lo que me hubiera gustado y faltó fue la decisión política de trabajar determinadas ordenanzas que tenían que ver con la promoción del empleo, lograr beneficios para nuestros industriales, la de adherir al blanqueo propuesto por el Gobierno nacional o la adhesión a la Ley Pyme”, enumeró, al referirse a lo que quedó pendiente.

“Para este año deberíamos hacer un acompañamiento más firme de todas estas cuestiones que tengan que ver con el empleo, la radicación de las industrias y proyectos relacionados con viviendas. Promover el ahorro local, los microemprendimientos, trabajar sobre la problemática de la mujer, la violencia que sufre, las dificultades para conseguir empleo, la falta de capacitación, etcétera. No olvidarnos de los barrios, de los vecinos y de sus necesidades”, concluyó la edil.