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“Tengo un enorme agradecimiento, pero me siento en deuda con la ciudad”

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“Tengo un enorme agradecimiento, pero me siento en deuda con la ciudad”
Juan Manuel Cichello recordó con nostalgia su paso por el VM Vóley

Entrevista Gustavo Ferradans

Juan Manuel Cichello recordó con nostalgia su paso por el VM Vóley

Cuando llegó a Villa María, por 2009, pocos pensaban lo que podría generar su presencia en la ciudad y el legado que dejaría en el voleibol local. El VM Vóley se preparaba para jugar en el máximo nivel de la Liga A1 y Juan Manuel Cichello era el entrenador elegido para dirigir el equipo. Empezando el tercer año recibió una tentadora oferta y dejó la ciudad, para integrar un equipo técnico como asistente de Julio Velasco en la selección de Irán.

El pasado fin de semana, luego de casi cinco años, regresó para visitar amigos y EL DIARIO, enterado de su presencia, dialogó con él durante un largo rato, donde demostró que sigue enterado de lo que sucede en la ciudad y particularmente con el vóley.

-¿Cuánto hacía que no venías a la ciudad?

-Hacía de 2011; siempre es un placer volver a Villa María, donde uno, al igual que mi familia, vivió tantas cosas. Tenemos tantísimos buenos recuerdos. La vivencia de esos dos años fue fantástica. Hay un lazo afectivo y además toda una situación de aprendizaje personal, como la oportunidad de haberle dado a la ciudad el haber estado en el máximo nivel del voleibol y además a muchos de los jugadores que hoy vemos triunfar en los equipos de punta o en la selección, que han tenido su primera oportunidad gracias al Villa María Vóley.

-¿Qué te dejó aquella experiencia?

-Personalmente, la satisfacción de haber podido estar con Fernando Badrán y Claudio Coria, quienes han demostrado después del VM Vóley el legado tanto en Rivadavia como en Trinitarios con todos los chicos y la representación de ambos colegios, obteniendo campeonatos Sudamericanos escolares, siguiendo formando jugadores permanentemente.

-Por lo que se observa, seguís muy atento a lo que sucede con el voleibol en la ciudad.

-El afecto y el cariño sigue. Es una ciudad que me dio muchísimas satisfacciones. Tuvimos algunos momentos difíciles, pero fue una experiencia enriquecedora para mí. Estaré eternamente agradecido a Villa María. Lo que se hizo en ese momento fue fantástico, por la oportunidad que se les dio a muchos chicos, era la primera vez de competir, de mostrarse y desarrollarse. Y también la posibilidad a la ciudad de ser conocida. Si bien fue un paso corto o fugaz que hoy Rivadavia pueda estar jugando la A2 masculina o la Liga femenina, me llena de orgullo, más allá de que no soy parte. Era una ciudad que lo tenía al vóley incorporado. Fue fantástico poder trabajar todos juntos y por algo importante para la ciudad, para esos chicos. Todos esos jugadores tenían 19 años. Crer, López, Poglajen, Facu Imhoff, Cavanna, los hermanos Zanotti, Martín Ramos, Ribone, Ramonda. Todos los que pasaron por acá después confirmaron que eran de jugadores de nivel internacional. Fue una satisfacción para la ciudad, para mí, los profes y los jugadores que tuvieron la oportunidad de estar ahí.

Cichello, de paso por la
ciudad, demostró que sigue pendiente de lo que acontece con el voleibol villamariense

-Te fuiste de acá en 2011. ¿Cómo ha sido toda esa experiencia internacional que tuvo un hecho trascendente de estar en los Juegos Olímpicos junto a Irán?

-Luego de estar acá hubo una posibilidad, me llamó Julio Velazco y estuvimos en Irán, lamentablemente por eso no pude terminar el tercer año acá. Es una deuda pendiente, personal, no me gustó cómo me fui, lo digo desde mi corazón. La ciudad me dio todo y no terminé de la mejor manera o como me hubiera gustado terminar, con la gente y la ciudad que tan bien se portaron conmigo. Por eso estoy en deuda, con los dirigentes que nos ayudaron, el municipio, la Universidad, en la que en ese momento estaba el actual intendente Martín Gill; Pfaffen, Giraudo, todos los dirigentes que nos ayudaron a salvar el proyecto. Me surgió la posibilidad de estar con, para mí, el mejor del mundo: Julio Velasco. Tuve que dejar el último año del proceso. Luego de esa experiencia en Irán dirigí en Italia, que era un sueño, para el voleibol es como la NBA. Estuve en un equipo de segunda división, Molfeta, con el que ascendimos; estuve un año en la máxima categoría y el equipo aún permanece en esa división. Mi familia vive actualmente en esa ciudad. Luego tuve una experiencia en la selección de Qatar, económicamente muy importante, deportivamente de mucho aprendizaje porque no había mucho material humano; y luego el llamado de Irán, para conformar el cuerpo técnico (junto a Raúl Lozano), para la clasificación olímpica y cumplir otros de mis sueños que era participar en la competencia deportiva más importante, que son los Juegos Olímpicos. La promesa quedará recordada para toda la vida en mi brazo, por haber estado en Río (N. de la R.: muestra un tatuaje que tiene en su antebrazo derecho, que es la manifestación deportiva más importante). Tuve la posibilidad gracias a Irán de estar ahí, con muchos de los chicos que estuvieron en el VM Vóley y nos sacamos una foto en la ceremonia inaugural”.

-Eso debe ser un recuerdo inolvidable…

-Obviamente. En cuartos de final fui a verlos y a alentar por ellos. Por más que trabaje para la selección de Irán, soy argentino. Muchos de esos chicos estuvieron en la selección juvenil conmigo y en el VM Vóley, hinchando para ver si podían meterse en semifinales. Fue una emoción impresionante. Es indescriptible con palabras lo que se vive, lo que es estar ahí con los mejores atletas del mundo. Para aquellos que amamos el deporte, es aconsejable hacer el esfuerzo para estar en uno. Es más que todo. En un Mundial estás con los tuyos, es un ambiente que vos conocés y los conocés a todos. No hay sorpresa. Acá te estás sirviendo la comida, te das vuelta y los tenés a Usain Bolt, Michael Phelps, Djokovic, Nadal, Murray, Del Potro… Le pedí una foto a Ginóbili con ropa de Irán y me dijo “qué iraniano raro que tenés”. Un montón de cosas que sólo te las dan los Juegos Olímpicos. Estás con los mejores del mundo, todos juntos y en una semana. No tiene precio.

-¿Qué es lo que viene?

-Tengo contrato con Irán por un año más. Cuando terminé el contrato con Qatar, por un problema del calendario escolar, pedí dos años para ver dónde ponía a vivir a la familia. Por una cuestión de cercanía volvimos a Italia. Después se verá qué sucede después de agosto. Veremos qué nos depara el destino, de dónde nos llaman y a dónde estaremos. La profesión del entrenador es un poco itinerante. Habrá que ver qué quiere hacer Irán y qué otra propuesta puede surgir. Después ver qué pasa profesionalmente. Estoy como segundo, y a veces a uno le falta la adrenalina de elegir y decidir. Siempre dije que donde haya una red de voleibol y chicos o chicas con ganas de aprender, soy feliz. No importa el lugar del mundo que sea. Soy un apasionado de poder trabajar de lo que más me gusta.

-Rivadavia esta temporada estará en mujeres y varones en Ligas nacionales. ¿Cómo lo ves?

-Es fantástico. Poder participar de la máxima categoría, con mayoría de chicos surgidos de la escuela o de la ciudad en general, creo que es un legado importantísimo. Hay un potencial que ha permitido que se desarrollaran, no solo jugadores, sino también entrenadores, como los hermanos Ambrosini, Martín Luna o René Luna, quien es preparador físico en Bolívar. Yo sabía que Villa María podía ser un polo de desarrollo. A veces a uno en el deporte solo le interesa ganar, si sos campeón, sos bueno, y si no, no servís. Villa María se debe sentir orgullosa de que es un polo de desarrollo importantísimo. Que hoy pueda participar de las dos competencias es un ejemplo a seguir, para alimentar a muchos de los chicos que puedan seguir practicando el deporte.

-¿Sentís una deuda con la ciudad?

-Me fui por una oportunidad importantísima de estar con el mejor. Pero tengo la deuda pendiente con Villa María que algún día me gustaría saldar. Me dio la posibilidad de comprobar que con jóvenes con potencial se puede ser algo importante y que fue una experiencia importante para todos. Hubo mucha gente que soñó de la primera dirigencia, de la segunda, que decía que Villa María podía estar en Primera. Hoy hay dos equipos en Ligas. Ojalá siga apareciendo gente con estos sueños y siga potenciando para el futuro esta pasión del voleibol que siempre tuvo la ciudad.

Estuvo apenas unas horas en Villa María. Suficiente para reunirse con amigos y excompañeros de trabajo, para visitar el entrenamiento de Rivadavia y de pasear por la costanera “Esta ciudad me encanta”, dijo varias veces.

 

Su presencia en los Juegos Olímpicos con la camiseta de Irán es algo que mencionó durante la charla. Como una promesa por el sueño cumplido, se tatuó su antebrazo derecho con el logo de Río 2016.

“Es indescriptible con palabras lo que se vive en los Juegos Olímpicos. Te estás sirviendo la comida, te das vuelta y los tenés a Usain Bolt, Michael Phelps, Djokovic, Nadal, Murray, Del Potro… Le pedí una foto a Ginóbili con ropa de Irán y me dijo “qué iraniano raro que tenés”.

“Esta ciudad me dio la satisfacción de haber podido estar con Fernando Badrán y Claudio Coria. Han demostrado después del VM Vóley el legado tanto en Rivadavia como en Trinitarios. Obtuvieron Sudamericanos escolares y siguen formando jugadores”.

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