River y Alumni igualaron 3-3 y la dejaron pasar. Los dos pudieron ganar y desaprovecharon la chance de sumar tres puntos valiosos de cara a la recta final. El Millo ganaba 3-1, pero el Fortinero lo empató y mantiene las esperanzas de clasificación

Escribe Beto Arce

Cuando el fútbol se digna a regalar emociones y situaciones vibrantes, hace que esos 90 minutos del domingo valgan la pena. Independientemente del modo de jugar, este River – Alumni fue un fiel reflejo de lo expresado. Empataron 3-3 en un duelo lleno de acciones de riesgo, jugadas “finas”, dos expulsiones e incertidumbre hasta el último minuto.

Arrancó con todo. A los 2’ Ramírez le dio un “beso” al poste con un zurdazo que se fue apenas desviado tras profundo pase de Depetris. Y a los 6’ llegaría el primero: Julián López lanzó un centro rasante en el que encontró la soledad de Richard Brusa para que toque al vacío y establezca el 1-0 parcial. Probó luego Galleguillo con un remate por arriba que se fue muy cerca (11’).

Hay cosas que el fútbol no puede explicar, por ejemplo venir penúltimo, estar venciendo a Alumni en el arranque y que tu capitán le meta un golpe en el rostro a un rival y te deje con diez. Eso sucedió con Moyano, que a los 15’ se fue expulsado. Sangre en la boca de Galleguillo y reclamos absurdos del marcador central, que fueron sentenciados por el árbitro: “Andate que estoy al lado tuyo”. Que panorama para los de Bengoa, que previsiblemente no la iban a tener nada fácil después de esta situación determinante que obligó a un rearmado.

No paso demasiado tiempo para que los hombres de Vicario arribaran a la igualdad. Genial maniobra de Pato Peñaloza por la derecha en un pie a pie con Sosa que lo dejó desairado; sacó un centro perfecto para la aparición en el primer poste de Delsole; el Sapo cruzó un cabezazo bárbaro para marcar el 1-1 sobre los 23’. El resultado se ajustaba más a lo producido en cancha, pero precisamente “ajuste” es lo que faltaba para que las máquinas de ambos no se mostraran “flojas”.

River, pese a tener un hombre menos, no perdió terreno y jugó cerca de Ayrton Cena los siguientes minutos. Sin claridad pero con efectividad, el dueño de casa convertiría el segundo. El arquero López cruzó toda la cancha con una buena salida de zurda y encontró a Brusa dentro del área para facturar con mucha categoría: la paró con el pecho, giró y de media vuelta la clavó en el ángulo: 2-0 en 30’.

Pareció penal de Guevara a Peñaloza sobre los 35’ cuando lo cruzó con una evidente patada a destiempo, y pareció que todo se venía abajo con la tercera conquista, acción que llenaría más de dudas a un Alumni “dormido” y sorprendido por fallas claves en defensa. El Gordo Ledesma ejecutó con precisión un tiro libre a posición del Puma Rodríguez, que con un certero cabezazo madrugó a todos para poner el 3-1.

También dejó dudas la mano de Sosa dentro del área, porque el juez la vio y no dijo nada al respecto, ni siquiera un “siga”. La última del primer tiempo fue la genialidad del arquero López que tapó una pelota imposible a Delsole, que con todo el arco a disposición encontró las manos milagrosas del “1”. Claramente el Fortinero era superior en cantidad de llegadas, pero no lo pudo reflejar en el marcador al cabo de la etapa inicial, donde River fue más que efectivo.

En el segundo tiempo el Albirrojo también se quedaría con diez, producto de una roja directa que recibió González tras un durísimo planchazo sobre Chiotti, y así la historia buscaría un equilibrio en función de los espacios disponibles. Pesutto le cambió la cara al ataque y sus proyecciones fueron decisivas para el resultado final. Se hizo cargo de un tiro de esquina que cruzó toda el área sobre los 24’ y Francucci, corrigiendo el envío, puso el descuento: 3-2. También Pesutto dispuso de un mano a mano que López tapó en primera instancia y luego desvió en el rebote.

River pudo liquidarlo. Primero con un remate de Julián López al pecho de Cena (29’) y luego con un tremendo zurdazo de Cabrera que casi pincha la pelota cuando se estrelló en el ángulo. Pero finalmente lo sufrió de la peor manera. Pesutto remató pero López tapó; Figueroa intentó dentro del área y no pudo; y Delsole con una chilena magistral enmudeció al Pozo. Brillante, para aplaudir (3-3). El propio Sapo tuvo el gol de la victoria definiendo bárbaro con un cabezazo, pero le marcaron un offside, que no pareció en absoluto.

¿Mereció más Alumni?, seguramente. ¿Perdió su gran posibilidad River y se aferró a un empate con gusto a nada?, posiblemente también. Mientras las chances estén, ellos jamás bajarán los brazos. A los que nos toca ver el fútbol nos quedamos con un partidazo, para no caer en el Pozo.

Figura: Nicolás Delsole

Definió de manera brillante en los goles convertidos (cabeza y chilena). Se generó como siempre sus propios espacios para hacer daño en campo rival. Le anularon un gol muy dudoso. En River, Brusa (dos goles) y el arquero López (aguantó la embestida) fueron los mejores.

Arbitro: Jonathan González

No erró en las expulsiones y eso fue suficiente como para aprobar en un partido “caliente” y friccionado. Dejó dudas en dos penales (uno para cada lado) y se apoyó mucho en sus asistentes a la hora de la gran cantidad de posiciones adelantadas que cobró. Sin sobrarle nada, cumplió.