Lo hizo Walter Domínguez, quien recordó cómo se gestó la obra, agradeció a las autoridades y calificó de “excelente” el trabajo realizado

Agradecimiento, pedido y orgullo.

Esos fueron los tres ejes en que basó su discurso Walter Hugo Domínguez, una de las personas que participó de la obra de adoquinado de las calles de acceso a la cárcel de barrio Belgrano (ver página 4).

Visiblemente contento con el logro, el hombre -que purga una condena y que recibió capacitación para ejecutar la obra – agradeció desde al intendente hasta a directivos del penal por “tener esta oportunidad”.

Dijo que el proceso se inició hace 120 días “cuando llegó Martín Gill” a la institución carcelaria y se empezó a planear lo que ayer ya se vio finalizado. “El resultado está a la vista, una perfección total”, expresó y lo aplaudieron. Calificó de “maravilloso” el trabajo.

Luego vino la demanda de más laburo. “Quería pedirles que por favor esto siga avanzando para que todos tengan la misma oportunidad que tuvimos nosotros, para reencontrarse con la sociedad”, declaró. “Que nunca esto se termine y sigamos avanzando”, expresó.