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Universitario, adaptado y ganador

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Universitario, adaptado y ganador
Universitario goleó 3 a 0 a Argentino y quedó más cerca de lograr el campeonato

LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – Primera final

El 3-0 fue generoso para la U, aunque supo manejarse en los momentos claves en la primera final ante Argentino. Dos de Pratti y uno de Acosta, los gritos del domingo en el Campus, que acercan al título al conjunto académico

El golazo de Pratti en el tiro libre va directo a pegarse bajo el parante superior. Fue la joya de la tarde

Escribe: Beto Arce

Universitario se llevó demasiado premio en el primer duelo final ante Argentino. No por desmerecer el modo en que buscó la victoria, sino porque enfrente tuvo a un rival que siempre olfateó el empate y a punto estuvo de cazarlo.

Cuenta el equipo de Bernadó con un as de espadas al servicio de la urgencia, y es además integralmente una formación preparada para el choque y la efectiva utilización de los instantes de claridad. Universitario está armado, tiene orden, evidencia fácilmente la estructura que lo sostiene, y desde esa firmeza ejecuta el partido que tiene planeado. Digamos que trabaja hasta cuando juega.

En tanto, Argentino muestra más claramente un sentido colectivo aguerrido y lleno de coraje, al mismo tiempo que ofrece buenas intenciones ofensivas. Sus individualidades más destacadas conforman el espectro de posibilidades que tiene para marcar. Generó peligro, pero jugó apurado; tuvo ideas, pero cayó en el atropello; manejó el balón, pero equivocó algunos caminos… La tarea del domingo no debió quizás condenarse con una diferencia tal, si es que se mira con profundo valor el exhibido desgaste.

Pratti transformó en gol la primera escena a los 7 m. Una pelota detenida, desde el sector que más lejanía presenta hacia el arco, casi en el vértice del área mayor. Viajó con fuerza y dirección el impecable envío que se desvió en Fuente. Tomó destino de ángulo hacia el segundo palo del portero, esa pelota llena de rosca y grito sagrado. Un golazo para abrir la furiosa tarde de domingo (1-0).

La actuación de Mellano fue fundamental. Su seguridad neutralizó las intenciones de Argentino

Fue el viento, el dueño de los destinos que la naturaleza del partido arrojaría. Sus resultados eran determinantes. Quien se adaptara al medio y a sus circunstancias podría encontrar el camino de la evolución. “Quien se adapta, sobrevive; quien no, muere”, dice uno de los principios de la teoría de la evolución de Darwin, que toma sentido en cualquier orden mientras haya algo que intente explicarse. Quien manejara los vientos llevaría las velas hacia tierra firme. Porque en el aire perdieron los dos, aunque más perdió Argentino, por el final resultado y por las oportunidades que dejó escapar.

Vega contuvo un tiro libre de Barengo a los 11 m; Pratti definió desviadamente y por arriba ante el achique a los 20 m; no llegó a soplarla Moreno a los 24 m luego de que entre Rosales y Díaz elaboraran una buena y profunda acción por derecha; y con cierto alivio recibió Jacobi una amarilla luego de cruzar muy a destiempo a Pratti a los 26 m.

Daba la sensación de que los dos tendrían la oportunidad de sacarle provecho a la adaptación del medio, aunque Argentino fue contra el viento, de frente a la corriente y por entonces encontró la forma de torcer el rumbo. Rosales, Díaz y Fuente, los nombres en orden de aparición antes de que Picotti evitará la caída interponiéndose con la mano. Un penal abría un nuevo horizonte, contra toda probabilidad. Fuente ejecutó con la pelota en movimiento, porque no hubo forma de dejarla quieta, y Mellano adivinó la intención de ese remate que debió anularse por el árbitro Díaz. “No tendría que haber pateado”, confesó el ejecutor en el entretiempo, mientras mascaba amargura.

En el travesaño impactó un anticipo de Fuente con colaboración de Mellano a través un tiro de esquina a los 33 m; en dos oportunidades intervino Vega, forzando las definiciones de Pratti y Barengo a los 38 m; otra vez Vega descolgó un intento de Acosta a los 43 m y una nueva salvada de Mellano con un milagroso corte, opacó el plan de Jacobi a los 45 m.

 

Juan Acosta define el segundo gol, en el complemento, para estirar la ventaja necesaria para la U

Apuro de Lobo

Muy apurado estaba el Lobo, tanto que esperó el ingreso del rival durante cuatro minutos en el centro del campo. Ansioso, al acecho, con deseos de primerear, con el instinto cazador a flor de piel, aunque olvidando que la paciencia es la clave del éxito. Intentó llevárselo puesto, soplando ahora con el viento, y cerca estuvo. Rosales probó con un derechazo que se fue elevado a los 6 m; Gaitán obligó a un espectacular vuelo de Mellano para que el cabezazo conectado viajara al córner a los 12 m; la sacó barata Galíndez al levantar de más el brazo sobre el rostro de Barengo a los 21 m; lustró el primer palo Pratti con un zurdazo enroscado a los 23 m; e increíblemente Moreno no pudo festejar cuando su cruzado remate salió apenas desviado a los 24 m.

La última gran oportunidad de empatar para Argentino la tuvo Moreno, recibiendo entre líneas y definiendo al cuerpo, mano a mano con Mellano. El resto, un apartado capítulo que se presenta como resumen de las cosas que mejor le salen al práctico y estudioso equipo Universitario, que pacientemente espera sus momentos, aunque esta historia se le había puesto densa para aguantar la mínima ventaja.

Barengo fue a fondo, Pratti probó con un incómodo remate que no prosperó y Acosta le dio sentido feliz a esa búsqueda nacida en un contragolpe, parida en las repetidas mieles que estudia Universitario, gestada en la adversidad y eufóricamente celebrada: 2-0 a los 35 m. Parecía una sentencia, un golpe a las rodillas, un disparo al corazón… Quedaba tiempo y viento por jugar, pero ya no había fuerzas…

Debilitado el Lobo, el paciente Pratti intuyó que podía ganar de anticipo ante Jacobi. Metió un frentazo, ganó de guapo, lo comió en velocidad, encaró hacia el último obstáculo, cargó el remate, y pese al roce de Vega, la pelota quiso que el telón se baje con un 3-0 a los 41 m.

Demasiado sabor a mucho para Universitario que con empatar el próximo domingo será campeón. Demasiado sabor a poco para Argentino, que deberá ganar para soñar con un partido más… Ganó la U, porque demostró que sobrevive quien se adapta.

 

El árbitro

José Díaz

Se equivocó en una jugada crucial: cuando el partido estaba 1-0 cobró una mano (penal) de Picotti que impidió el tanto, y en la fallida ejecución de Fuente la pelota se movió notablemente a causa del intenso viento. Debería haber sancionado al defensor y repetido la acción del penal, pero las dejó pasar.

 

La figura

Tomás Pratti

Condujo a Universitario al mejor final del domingo. Marcó de tiro libre, participó del segundo gol y en una maniobra de gestación individual liquidó el pleito. Solo le bastaron unos instantes de lucidez para marcar una vez más el camino a la victoria. El arquero Mellano fue fundamental para conservar el cero, tapando un penal y bancando el empuje del Lobo.

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