Inicio Locales “Valoramos su tarea cultural en bien de nuestra Patria chica”

“Valoramos su tarea cultural en bien de nuestra Patria chica”

0
“Valoramos su tarea cultural en bien de nuestra Patria chica”
Pajón era un viajero incansable y siempre estaba acompañado por sus fieles amigos

A tres años de su fallecimiento. El arquitecto Carlos Pajón tuvo una activa participación en la cultura local. Participó en la Junta Municipal de Historia, especializándose en Patrimonio Histórico

Escribe: Puqui Charras
ESPECIAL PARA EL DIARIO

Hoy 22 de enero se cumplen tres años del viaje sin retorno del arquitecto Carlos Pajón.

Su existencia concluyó en el Hospital Privado de Córdoba a causa de la leucemia que padecía desde tiempo atrás.

El corazón le falló aquella tarde. Pero su recuerdo permanece en quienes le conocimos y valoramos su esfuerzo, más la vida dedicada fervorosamente al quehacer cultural.

Ello nos induce a rendirle un homenaje desde las columnas de EL DIARIO.

De su continuo trajinar en bien de la ciudad, destacamos su activa participación en la Junta Municipal de Historia, como especialista en Patrimonio Histórico (valga la redundancia).

Ya nos parece ver a nuestro protagonista colocando carteles informativos en las casas o edificios antiguos como un modo de preservar los mismos.

Al decir del periodista Iván Wielikosielek, Carlos Pajón era una suerte de prócer del patrimonio local.

Esto es así porque nació con el don de historiador. Muchas veces nos manifestó que siendo estudiante de Arquitectura ayudaba en la cátedra de arte. Y precisamente de arte eran algunas de las conferencias que daba donde demostraba sus conocimientos, no solo por estudiarlo constantemente, sino teniendo visión directa de cada obra a través de sus viajes a múltiples países.

De esto saben muchos los amigos del Museo Fernando Bonfiglioli, prestigiosa asociación a la que nuestro profesional también pertenecía.

En otro orden, Pajón ayudó en la comisión que luchaba por la reapertura y remodelación del túnel ferroviario, ese vientre frío de azulejos gastados del que rememoramos tiempos idos y la nostalgia que infunde el recuerdo de los años de estudiante.

Tampoco nos olvidamos de su trabajo y capacidad creadora en bien de la belleza edilicia de nuestra Iglesia Catedral. Cuando el padre Ramón Gottardi se hizo cargo del templo, introdujo mejoras importantes y nuestro arquitecto fue el realizador de muchas de ellas.

Por último señalamos su entrega al quehacer dramático. De su actuación supo el Teatro Estable, la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y durante muchos años la dirección del Teatro Uno.

De ese considerable trabajo y tratando de fijar algunos títulos señalamos: El pájaro perdido, de Mauricio Maeterlink; Pelo de zanahoria, de Jules Renard; El gran canalla, de Gerardo Ribas; La bella y la bestia, de Leprince Beaumont; Deirdre de los pesares, de John Singe; Dónde está la señal de la cruz, de Eugenio Neill, y muchos más.

Como dijimos al principio, se fue Carlos Pajón un 22 de enero de 2015, pero está vivo en nuestro recuerdo, valoramos su tarea cultural en bien de nuestra Patria chica.

Porque su labor en ese campo tuvo proyecciones de señalada magnitud. Nuestro protagonista fue un ser talentoso y solidario, que se sintió siempre obligado a entregar su cuota de amor en cada uno de los actos realizados.

Print Friendly, PDF & Email