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Verano: cuidados para los más pequeños

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Verano: cuidados para los más pequeños
Un pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua

Es necesario prestar especial atención a bebés y niños para que no se vean afectados por el sol y el calor. También es importante prevenir las diarreas de verano. Desde Maternidad e Infancia de la Provincia aportan también algunas recomendaciones para prevenir accidentes en piletas y natatorios

Un pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua
Un pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua

Durante el verano, es preciso que toda la familia se cuide de los efectos nocivos del sol y el calor. Pero con los bebés y niños pequeños es necesario prestar especial atención, ya que son más susceptibles a las altas temperaturas.

Desde la Dirección de Maternidad e Infancia, Marcela Yanover aporta algunas recomendaciones: “Los niños menores de un año no deben exponerse al sol de ninguna manera. Si hay una exposición ocasional al sol, recordar que los protectores solares son aptos sólo para bebés de más de seis meses”.

La doctora recuerda que los efectos causados por las radiaciones ultravioletas son acumulativos a lo largo de toda la vida. Por eso, aconseja que los niños mayores de un año eviten el sol del mediodía -entre las 10 y las 16- y que se les aplique protector solar de amplio espectro.

Al respecto, precisa: “Hay que colocar una capa generosa, y cubrir toda la piel expuesta, no olvidar las orejas, el cuello, los pies y el dorso de las manos; y renovarlo cada dos horas o luego de sumergirse al agua”. Estos cuidados hay que tenerlos aún en día nublado.

Para prevenir los efectos del shock térmico o golpe de calor, Yanover sumó la recomendación de vestirlos con ropas claras y ponerles gorros o sombreros. Además, señaló la importancia de la hidratación: “En el caso de los bebés, en los días de calor, hay que darles el pecho con mayor frecuencia. Si tienen más de 6 meses, ofrecerles agua fresca y segura, sin esperar que la pidan”.

Los síntomas del golpe de calor en los bebés y niños pequeños son fiebre, sed intensa, piel roja, caliente o seca, letargo o desmayos, falta de apetito, náuseas y vómitos, irritabilidad. Ante cualquiera de estos signos, no hay que demorar la consulta y, mientras tanto, suministrarles agua o leche materna y utilizar compresas frías para ayudar a bajar la temperatura. No administrar ningún medicamento sin concurrir al médico.

La lactancia materna también es clave para prevenir otro mal del verano: las diarreas. La doctora recordó que la leche materna debe ser el único alimento hasta los 6 meses de edad y que debe continuarse hasta los 2 años junto con la alimentación complementaria para la edad. El lavado de manos, la correcta higiene y cocción de los alimentos y la utilización de agua segura son otras medidas fundamentales para evitar estas enfermedades.

Otro consejo importante es mantener al día los carnés de vacunación, ya que el calendario oficial ofrece una amplia protección contra varias de las enfermedades infantiles más comunes.

Accidentes en piletas

También es necesario estar atentos para evitar accidentes en ríos y piletas. “Un niño pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua y en muy poquito tiempo; por eso es necesario no perderlo de vista en ningún momento”, advierte la doctora.

Al respecto, Yanover recuerda -en línea con las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría- que no hay que confiarse de flotadores, ya que son susceptibles a pincharse, tener pérdidas de aire, y no siempre son eficaces para sostener la cabeza del niño fuera del agua. En ese sentido, los dispositivos más apropiados son los chalecos, que deben tener broches seguros y correa en la zona inguinal. Pero en todos los casos deben ser utilizados con un adulto al lado.

Las piscinas domiciliarias, según esa entidad, deben estar protegidas siempre por un cerco que las rodee por completo, con una altura mínima de un metro, que hay que mantener cerrado a toda hora. Se recomienda, además, no dejar sillas de jardín próximas al cerco, ya que los niños podrían usarlas para treparse. Tampoco dejar en la pileta objetos o juguetes que les llamen la atención, ya que probablemente intenten buscarlos.

En el caso de ríos o mar, los niños menores de 2 años sólo deben permanecer en la orilla y sujetos en todo momento por un mayor.

Es preciso, además, prestar atención a posibles resbalones en superficies mojadas alrededor de la pileta, tanto del bebé como de niños más grandes o de adultos, que pueden provocar otras caídas, empujones o accidentes.

Es importante transmitir a toda la familia que no se debe correr alrededor de las piscinas.

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